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2021 año decisivo para el Galeón San José

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Aunque aún se están haciendo los ajustes de la Alianza Público Privada (APP), se espera que en este nuevo año finalmente el mundo comience a conocer más detalles de este tesoro.

El viernes 27 de noviembre de 2015, tras un esfuerzo conjunto del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), la Armada de Colombia y un equipo de científicos internacionales, se halló en inmediaciones de la Costa Caribe un yacimiento arqueológico correspondiente al galeón San José.

El hallazgo es considerado uno de los más importantes de los últimos años y promete revelar detalles de la historia económica, social y cultural de su época. Sin embargo, aún no se han podido dejar claras todas las reglas del juego para su exploración, intervención, conservación y divulgación. Hasta ahora solo se tiene certeza de que es un proyecto de muy largo plazo.

¿Qué ha pasado con la APP?

Meses después del descubrimiento del galeón, el Gobierno nacional anunció que contaba con una propuesta de Alianza Público Privada (APP) con la cual se buscaba, sin recursos públicos, desarrollar el proyecto científico para la recuperación del San José. La propuesta cumplía con los “más altos estándares científicos, tecnológicos y financieros requeridos para la preservación y divulgación de este patrimonio cultural de los colombianos”.

En ese tiempo, cuando se confirmó el punto donde se encuentra el galeón, se estimaba que su extracción, con los métodos para no deteriorar los elementos, podría superar los 70 millones de dólares, incluyendo la construcción de un museo que estará en Cartagena.

El pago de los servicios a dicha empresa se haría con la parte extraída que no sea considerada patrimonio cultural y el manejo por tres años de dicho museo, empero, en 2018 se suspendieron los términos de la APP hasta tanto el Tribunal Administrativo de Cundinamarca no emitiera una decisión judicial sobre una acción popular.

Tras casi dos años de litigio, en junio de este año el tribunal falló en contra de la acción popular y denegó las pretensiones de los demandantes, por lo que la Veeduría Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia (VNPCS), coadyuvante de la acción popular, indicó que el proceso se llevaría entonces ante el Consejo de Estado, con el fin de terminar con la APP.

Un cambio de rumbo
Paralelo al proceso judicial, a través de la Resolución 0085 del 23 de enero de 2020, firmada por la entonces ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez Camacho, todos los restos del galeón San José fueron declarados Bien de Interés Cultural de la Nación, por lo que no se podrán pagar los millones de dólares que cuesta la extracción con los lingotes de oro, o cualquier otro tesoro que se dice están entre sus ruinas.

Esta declaratoria cambió las reglas del juego de la APP y llevó a repensar el mecanismo con el que se explorará el galeón.

Aunque se esperaba que para esta fecha estuvieran listas todas las definiciones legales bajo la nueva modalidad, aún el Estado guarda silencio sobre lo que pasará.

“Todo el sitio del naufragio es considerado como una unidad Patrimonio Cultural de los colombianos, eso implica que lo que se había pactado antes con los ingleses ya no se puede hacer y toca cambiar toda la estructura de la APP, porque no se pueden llevar ni una astilla del galeón, eso es patrimonio imprescriptible e inalienable, es decir, no se puede entregar nada para ningún propósito distinto.

“Esto es para que los colombianos lo conozcan y sea parte de la historia”, señaló el director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, Camilo Gómez Alzate. Añadió que para el nuevo proceso no se hablará de rescate sino de expediciones arqueológicas.

“Esto cambió de una expedición para sacar un tesoro a una para hacer arqueología, donde todo se queda en Colombia y eso es todo lo que se está cambiando”, dijo.

Según explicó Gómez Alzate, cuando se termine de resolver la contratación se pasará al modelo de financiación, donde esperan contar con cooperación internacional.

Cabe recordar que Colombia no hace parte de los convenios internacionales que obligan a los países a compartir el patrimonio, razón por la cual el tesoro del galeón, como patrimonio cultural, permanecerá en el país exhibido en un museo. Desde el Ministerio de Cultura respondieron algunas preguntas trascendentales para entender lo que ha pasado con el galeón San José.

¿Cómo lo encontraron?

Con un método de exploración denominado Prospección Sistemática Regional, que emplea sonar, cámaras fotográficas especiales y un AUV (Vehículo Autónomo Subacuático) para navegar, desde el cual se operan los equipos.

¿Se puede sacar alguna conclusión sobre la causa del hundimiento del barco?

Es temprano aún para sacar conclusiones, pero la evidencia recopilada apunta a que el barco no explotó, como se ha dicho en casi todos los libros de historia.

¿En qué estado encontraron las cosas?

Todavía no es posible saberlo. Pero, por la evidencia visual, podemos afirmar que la embarcación no ha sido intervenida.

¿Cuánto durará la recuperación de lo hallado?

Es un proyecto de muy largo plazo que puede durar varios años. La etapa que se ha adelantado es apenas la de exploración. Faltan las de excavación, intervención, conservación y divulgación.

¿Por qué están seguros de que es el galeón San José?

La información de sonar fue evaluada por equipos de científicos nacionales y extranjeros.

Se han registrado cerca de cien millas cuadradas, lo cual le da a Colombia un conocimiento claro y específico de esta zona en torno al patrimonio cultural sumergido. Por las especificaciones de los cañones de bronce, que están en buen estado, no existe ninguna duda de que se trata del galeón San José.

¿Quién maneja la información confidencial del San José?

El registro completo de los bienes contenidos en el hallazgo quedan en manos del Ministerio de Cultura y el Icanh; la información de mayor confidencialidad, a saber, las coordenadas, quedan bajo la protección del Archivo General de la Nación. Así mismo, el Ministerio de Defensa y la Armada Nacional dan fe de que el galeón San José está completo, no ha sido saqueado y, hasta la fecha, nadie ha tenido acceso a este.

Hechos históricos

El 28 de mayo de 1708, el galeón San José zarpó de Portobello, en el istmo de Panamá, con destino a Cartagena, acompañado por 14 naves. Las dos principales, eran la nave capitana San José y la nave almiranta San Joaquín.

Luego de once días de travesía y a punto de entrar al puerto de Cartagena de Indias, la flota se vio confrontada a los barcos ingleses dirigidos por el comodoro Charles Wager. La batalla fue inminente y en el intercambio de artillería el San José se fue al fondo del mar iniciando la noche del 8 de junio de 1708, sin que hoy conozcamos el motivo real de su hundimiento.

Este buque, de los más importantes que se hicieron en los tiempos coloniales, naufragó tras enfrentarse con una flota inglesa. Estaba a punto de llegar a Cartagena, de ahí salía rumbo a la Península Ibérica, pero este viaje nunca ocurrió. En la batalla, el barco se fue a pique con sus 600 ocupantes y una herencia invaluable para la humanidad.

Después de 307 años de búsqueda, un grupo de científicos y arqueólogos subacuáticos hicieron el más grande hallazgo submarino de la humanidad: encontrar el San José, uno de los últimos galeones del siglo XVII, hundido en aguas colombianas. El Gobierno colombiano hizo este anuncio en diciembre de 2015.

Via: https://www.eluniversal.com.co/cartagena/2021-un-ano-decisivo-para-la-exploracion-del-galeon-san-jose-FH3999777

El Galeón San José muestra haber sido violado y posiblemente saqueado desde 2015

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Por: Francisco Muñoz

El pasado domingo 13 de septiembre de 2020, dentro del ciclo internacional de conferencias: “TODA LA VERDAD SOBRE EL GALEÓN SAN JOSÉ”, que adelanta la Veeduría Nacional para el Control Social del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia (VNPCS), en el canal de YouTube “SALVEMOS AL GALEÓN”, se presentó: “La versión de Sea Search Armada (SSA)”, la cual estuvo a cargo de las cabezas de esta compañía norteamericana, en la que se mostraron evidencias inéditas de haber sido descubierto el galeón San José en 1982, por parte de los profesionales que participaron en esa expedición. En dicha presentación se dijo:

“Desafortunadamente, según las imágenes publicadas de este supuesto hallazgo de 2015, es obvio que este sitio arqueológico ha sido violado, no está intacto. Ya que los cañones están completamente visibles y los otros artículos expuestos […] sin esa cubierta de limo. [Por tanto] es imposible saber qué ha sido saqueado y en qué medida ha sido afectado el campo arqueológico”.

Lo anterior confirma lo dicho por el diario ABC de España, publicado el 7 de diciembre de 2015: “LO QUE LOS ARQUEÓLOGOS DESCUBREN EN LAS FOTOS DEL GALEÓN SAN JOSÉ”
https://www.abc.es/cultura/abci-arqueologos-descubren-fotos-galeon-san-jose-201512070925_noticia.html

Las imágenes del hallazgo son elocuentes. Es imposible que elementos de un naufragio con más de tres siglos en el fondo del mar aparezcan descubiertos, sin la natural mortaja de sedimento que debe cubrirlas. ¿Por qué un hecho de esta gravedad ha permanecido oculto a la opinión pública colombiana? ¿Quiénes son los responsables de esta violación arqueológica?

Para responder a la primera de estas preguntas, hay que decir que esta realidad fue discutida en su momento por verdaderos arqueólogos subacuáticos, como lo confirma el citado artículo del ABC. Incluso, cualquier persona aficionada al buceo sabe que los objetos en el fondo del mar son cubiertos a través del tiempo por partículas sedimentarias, y mientras mayor sea ese período de tiempo, mayor será la sedimentación que los cubra. Característica que es mucho más evidente en zonas marinas afectadas por desembocaduras de ríos, como lo es en la que fue hallado el galeón San José, donde la pluma del río Magdalena es el principal generador de sedimentación.

Lo anterior nos lleva a la enunciada segunda pregunta: ¿Quiénes son los responsables de esta violación arqueológica? Pues no pueden ser otros que todos aquellos que estuvieron involucrados en el proceso de exploración. En primer lugar, la Armada Nacional, por medio de la Dirección General Marítima (DIMAR); el Ministerio de Cultura; el Instituto Colombiano de Arqueología e Historia (ICANH); la Universidad del Externado; la firma de papel de neopiratas y arqueogánsteres Maritime Archaeological Consultants (MAC); y la supuesta entidad sin ánimo de lucro norteamericana llamada Woods Hole Oceanographic Institution (WOHI), (la que aparentemente cobró más de tres millones de dólares por su “desinteresado apoyo” al proyecto), entre otros.

¿Cómo pueden las propias autoridades responsables de la preservación del patrimonio de la nación cohonestar en semejante delito? Posibles respuestas: (1) porque están involucradas en la trama de expolio que se fraguó contra el patrimonio de los colombianos; (2) porque no tienen la menor idea de cómo se realiza una exploración no intrusiva y mucho menos cómo se investiga científicamente y se interviene técnicamente un contexto arqueológico subacuático; (3) porque son sumisos ante los poderosos y prefieren callar ante la evidente corrupción para mantener el puesto; (4) porque no respetan las leyes en especial lo consignado en el numeral 1 del artículo 4 de la ley 1675 de 2013, donde, entre otras cosas relacionadas con la etapa de “exploración”, dice: “…no se realice sobre dichos bienes intervención, alteración o modificación de sus condiciones físicas ni del contexto en que se hallen…”; (5) todas las anteriores.

¿Actuarán los entes de control sobre estos hechos? Por supuesto que si, pero no para castigar los responsables de los enunciados delitos, lo harán sólo para perseguir a quienes se atrevieron a destapar la criminal trama de expolio, para seguir facilitándoles las cosas a sus patrones políticos, y para empapelar a quienes levantan la voz en defensa del interés general. Pues a fin de cuentas, no son más que el temible brazo de la corrupción. Luego, se oirá el coro de apoyo de la rama judicial, quienes se encargarán de retorcer hasta donde sea necesario el ordenamiento jurídico para no cumplir con su función y más bien condenar a quienes osaron señalar el delito, pues a fin de cuentas, la impunidad en este país ha sido la eterna ramera de la corrupción.

 

Se estuvo apunto de regalar Galeon San José

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El día en que Colombia estuvo a punto de regalar el Galeón San José

En 2001, intentó suscribir que tesoros en barcos hundidos como el caso del Galeón San José son del país cuya bandera los identifica.

Asomó su quilla frente a las costas de Barú, a solo 48 kilómetros de Cartagena, en línea recta, con el mar de por medio. Eran las 8 de la noche del 8 de junio de 1708. Están a punto de cumplirse 308 años. Parece que 8 es el número cabalístico de aquella tragedia.

De repente, el Galeón San José se vio rodeado por cuatro barcos ingleses. Le ordenaron que se detuviera. Pero los españoles habían divisado ya las primeras luces de la bahía de Cartagena y creyeron que tendrían tiempo de llegar a la ciudad amurallada. Por eso prefirieron templar velas, que es como se llama la aceleración entre los navegantes.

Representación Artística Galeón San José
Representación Artística Galeón San José

Al descubrir la maniobra, los ingleses le dispararan un cañonazo de advertencia. Bonita advertencia: cayó directamente en el depósito de pólvora, llamado polvorín o santabárbara, y el barco se despedazó. “Se abrió como un plátano”, dice, estremecido, Eugene Lyon, el respetado historiador naval de los Estados Unidos.

Los cangrejos

El resto de la historia se ha contado mil veces en estos días. Lo que no se ha contado es que el Gobierno de Colombia estuvo a punto de regalar el galeón. Los invito a que hagamos un viaje de 300 años en la máquina del tiempo. Aterrizaremos a finales del siglo veinte.

Estamos en 1988 (ahí van dos ochos más). Es la presidencia de Virgilio Barco. Empiezan a llegar reclamos de varias empresas internacionales que exigen rescatar y compartir la riqueza del San José. Una de ellas, llamada Sea Search Armada, asegura que ese derecho es suyo porque acaba de descubrir las coordenadas del lugar exacto donde está el naufragio.

La respuesta del Gobierno consistió en contratar al gringo Tommy Thompson, uno de los buscadores de tesoros más famosos del mundo, que sumergió sus equipos electrónicos en las aguas señaladas. Cuando volvió a tierra, donde lo esperaban ministros y marineros con el credo en la boca, Thompson los miró con calma, se tomó su tiempo y, por fin, exclamó en buen español:

–Ahí lo único que hay es cangrejos…

Los quijotes del galeón

Fue tal el estropicio armado con aquellas noticias que en Barranquilla se organizó un grupo de soñadores, historiadores aficionados y amantes de la aventura. Ellos mismos querían buscar el galeón.

A la cabeza estaba el médico Andrés Cadena Osorio, de quien sus amigos creían que se había vuelto loco. Aun así, se le unieron el abogado Fernando Borda Castilla y el ilustre médico bogotano Jorge Reynolds, especialista en asuntos del corazón, el mismo que fabricó en 1958 –otra vez el 8– el primer marcapasos portátil del mundo. Entre todos convencieron a Carlos Lleras de la Fuente para que los ayudara desde Bogotá.

Su entusiasmo era tan grande que viajaron a los Estados Unidos, investigaron por todas partes, intentaron conseguir un crédito para su expedición, se matricularon en la Escuela Naval de Cartagena, aprendieron historia y, ya preparados, mandaron una petición a las autoridades marítimas del Estado colombiano para que les permitieran iniciar la búsqueda.

El 18 de agosto de 1998 –ahí van otros ochos– la Dirección Marítima les contestó que lo sentía mucho, pero que, como no había leyes que reglamentaran esas materias, no podían concederles la autorización.

El pacto de la Unesco

Ahora, cuando han pasado tantos años, me siento a conversar con el médico Cadena, frente al mismo paraje donde fue abatido el San José. La bahía que divisaron los tripulantes del galeón es lo único que nos separa del lugar donde lo hundieron. El mar está manso esta mañana del domingo. El sol está bravo.

–Nosotros no éramos unos cazadores de tesoros –me dice Cadena–. Claro que yo quería ganarme una platica con ese trabajo, pero lo que me inquietaba, y me sigue inquietando, es que somos un pueblo sin memoria histórica. No tenemos orgullo de lo nuestro. Ahora que lo pienso bien, lo que buscábamos, más que rescatar el galeón, era rescatar la historia de Colombia.

Andaban en esas y estaban a punto de darse por vencidos. Una mañana del 2001, Andrés Cadena abrió el periódico y casi se desmaya: perdida en el rincón más humilde estaba la noticia: el gobierno del presidente Andrés Pastrana anunciaba que había resuelto firmar, con otros países del mundo, la Convención de la Unesco sobre barcos hundidos.

Cuando vio que hablaban de galeones, naufragios y tesoros, Cadena paró la oreja. Se puso a averiguar de qué se trataba aquel acuerdo internacional. La Unesco es la entidad cultural de las Naciones Unidas, con sede en París.

Aparece el senador Lizarazo

El médico andaba entre rabioso y atónito. “Imagínese usted”, recuerda ahora, “que semejante tratado decía que, a partir de su aprobación, las especies náufragas, como barcos y tesoros, le pertenecerían al país cuya bandera llevaba el barco. Es decir, a España”.

Cadena lo averiguó todo, aunque tuviera que perder sueño, sacrificar domingos, cancelar almuerzos. Supo, por ejemplo, que el director de la Unesco era un diplomático llamado Federico Mayor Zaragoza. ¿Adivinan ustedes de dónde es? Sí, señor: español.

Entonces, convertidos otra vez en don Quijote, el mismo Cadena, Borda, Reynolds y Lleras de la Fuente salieron a cabalgar de nuevo en un combate contra los molinos de viento. Se reunieron en Bogotá.

Buscaron ayuda de la Procuraduría y la Contraloría, pero nadie les paró bolas. En ese momento Cadena recordó que él tenía un amigo senador. Se trataba de Alfonso Lizarazo, uno de los colombianos más populares de su época, el hombre que hace 45 años creó y dirigió Sábados felices, el programa humorístico de la televisión.

Con su admirable campaña televisiva de construir escuelas por todo el país, a Lizarazo lo habían elegido congresista en 1998. Cadena lo había conocido poco tiempo atrás, en Barranquilla, mientras almorzaban en un club campestre.

El regalo

En medio de nuestra charla, el senador Lizarazo me dice que quedó perplejo cuando su amigo le contó la historia.

Dedicó días enteros a investigar el asunto. Eso fue hace catorce años.

–Lo que me dijo Cadena resultó exacto –comenta–. Me comuniqué con la Presidencia de la República, los ministerios, cónsules y embajadores. Era cierto: el Gobierno había decidido firmar el pacto de París y no estaba dispuesto a echarse para atrás. Me dijeron que la decisión de suscribirlo estaba tomada y que al frente del asunto se movía el Ministerio de Cultura. Colombia iba a entregarle a España toda su riqueza sumergida.

El único que les halló la razón fue el canciller Guillermo Fernández de Soto, quien le sugirió a su propio gobierno que no firmara. Entonces, viendo que el tiempo se les venía encima, Lizarazo resolvió llevar sus inquietudes a la Comisión Sexta del Senado, de la que era miembro.

–Todos mis colegas me apoyaron porque estábamos defendiendo al país. Los senadores me decían “Colombia no puede firmar eso”. Venían a pedirme más información. Y me aconsejaron que le planteara el asunto a la sesión plenaria.

Así se hizo. Lizarazo aprovechó una tarde en que el recinto estaba lleno, pidió la palabra y les echó el cuento completo. Luego presentó una proposición, que fue aprobada por una gigantesca mayoría, en la que el Senado de Colombia les pedía al presidente Pastrana y al Ministerio de Cultura “que se abstuvieran de firmar la Convención de la Unesco sobre barcos hundidos y especies náufragas”.

Nos habíamos salvado por un pelo. Gracias a ellos, el galeón San José sigue siendo nuestro. Lizarazo, en la placidez del retiro, vive tranquilo en Barranquilla, y los sábados se dedica a jugar golf con Cadena.

‘Era el más grande’

Pasan los años. El médico Cadena ha atesorado emociones y conocimientos sobre el galeón. Hasta ahora es lo único que ha atesorado. Le pregunto por qué, habiendo tantos galeones hundidos bajo el oleaje caribe que rodea a Cartagena, el San José es el más famoso, el más apetecido, el más buscado.

–Por una razón muy sencilla –responde–: porque era el más grande. En la formidable flota de galeones españoles, a comienzos del siglo XVIII, solo había dos, que podían transportar hasta mil toneladas cada uno: el San Joaquín y el San José. De ellas, quinientas toneladas eran para cargar mercancía y las otras quinientas para llevar pasajeros.

Ahora soy yo el que recuerda: aquella última noche en que divisó las primeras luces de Cartagena, además de sus 596 pasajeros, el San José iba cargado con monedas de oro y plata, lingotes de ambos metales, perlas y esmeraldas, pero también de otras joyas invaluables que producía América, como las plantas medicinales, la quina o la ipecacuana, tan apreciadas por los médicos y los enfermos europeos.

Epílogo

¿El tesoro del San José es de Colombia o de España? ¿O de ambos? ¿Tienen también derecho Ecuador y Perú, de donde procedía el cargamento de oro y plata? ¿Y Panamá, que fue su última escala antes del desastre, y donde embarcaron los costales de perlas? ¿Y también las comunidades indígenas del Cauca, que reclaman la propiedad del oro? ¿Y también tendríamos que darles una parte a los descendientes de los piratas ingleses, porque, al fin y al cabo, fueron ellos quienes lo hundieron y lo pusieron ahí donde está?

La pregunta más importante de todas, sin embargo, no es ninguna de esas. Es esta: ¿ustedes están seguros de que todavía queda alguna cosita de valor dentro del galeón? Porque, si seguimos en esas, les vamos a quedar debiendo…

JUAN GOSSAÍN
Especial para EL TIEMPO

El Galeón San José desde la historia global

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El tesoro que cargaba el galeón San José no sólo despertó la atención de Colombia, sino de España y empresas que quieren encabezar su rescate.

Han transcurrido tres años desde que esta embarcación fue hallada en la península de Barú, en el mar Caribe, y a la fecha no se ha concretado la Alianza Público Privada (APP) con la que pretenden rescatarlo y hasta crear un museo para exponer las piezas que sean establecidas como patrimonio sumergido.

-Manuel Lucena Giraldo, historiador del CSIC, España: Leyenda negra y conspiración del lenguaje. El San José desde la historia global.

-Juan Guillermo Martín, Universidad del Norte, Colombia: Dilemas: cuando un gobierno promueve el expolio.

Más vídeos del evento ocurrido en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, España, en el canal de youtube del periodista Jesús Calero

https://www.youtube.com/user/caleroje/videos

Solicitan a Petro no intervenir el galeón de San José por presunto saqueo

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Hace unos días, el ministro de Cultura confirmó la exploración en la embarcación en 2024. Sin embargo, hoy la Veeduría Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia le pidió al presidente cambiar de decisión, tras una denuncia penal que inició en la Fiscalía General de la Nación.

“Entre marzo, abril y mayo, y digo esos tres meses, porque el comportamiento del mar es muy importante en este proceso, y eso me lo ha explicado la Armada, haremos esa inmersión, esa primera extracción de algunos materiales. Una vez saquemos esos materiales, tendrán que ir a un laboratorio”, dijo hace algunos días Juan David Correa, ministro de Cultura, refiriéndose a la exploración y extracción de objetos que se realizará en el galeón de San José en 2024. Sin embargo, la expedición podría tardar más de lo planeado.

Hoy, a través de un documento, Francisco Hernando Muñoz Atuesta, director general de la Veeduría Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia (VNPCS), le solicitó al presidente Gustavo Petro que no adelante ninguna exploración en el galeón San José por un “presunto saqueo del contexto arqueológico”, que obliga a que antes de la expedición se realice “la inspección judicial del lugar de los hechos”.

Como se menciona en la carta, el 21 de enero de 2021, la Veeduría Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia presentó una denuncia penal por presunto saqueo ante la Fiscalía General de la Nación (FGN). Seis días después, la misma fue trasladada a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, debido a que uno de los involucrados era el expresidente Juan Manuel Santos.

“Ese traslado inactivó el caso en la FGN, lo que resultó en exención de responsabilidad para los demás involucrados carentes de fuero. Desde entonces, hemos solicitado reiteradamente a la FGN una explicación sobre los fundamentos legales de esa exención sin obtener una respuesta satisfactoria”, aseguró Muñoz.

“Entre marzo, abril y mayo, y digo esos tres meses, porque el comportamiento del mar es muy importante en este proceso, y eso me lo ha explicado la Armada, haremos esa inmersión, esa primera extracción de algunos materiales. Una vez saquemos esos materiales, tendrán que ir a un laboratorio”, dijo hace algunos días Juan David Correa, ministro de Cultura, refiriéndose a la exploración y extracción de objetos que se realizará en el galeón de San José en 2024. Sin embargo, la expedición podría tardar más de lo planeado.

Hoy, a través de un documento, Francisco Hernando Muñoz Atuesta, director general de la Veeduría Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia (VNPCS), le solicitó al presidente Gustavo Petro que no adelante ninguna exploración en el galeón San José por un “presunto saqueo del contexto arqueológico”, que obliga a que antes de la expedición se realice “la inspección judicial del lugar de los hechos”.

Como se menciona en la carta, el 21 de enero de 2021, la Veeduría Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia presentó una denuncia penal por presunto saqueo ante la Fiscalía General de la Nación (FGN). Seis días después, la misma fue trasladada a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, debido a que uno de los involucrados era el expresidente Juan Manuel Santos.

“Ese traslado inactivó el caso en la FGN, lo que resultó en exención de responsabilidad para los demás involucrados carentes de fuero. Desde entonces, hemos solicitado reiteradamente a la FGN una explicación sobre los fundamentos legales de esa exención sin obtener una respuesta satisfactoria”, aseguró Muñoz.

Debido a lo anterior, el 30 de noviembre de 2023, la Veeduría Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido interpuso una acción de tutela contra la Fiscalía General de la Nación. El 13 de diciembre, la Sala Penal del Tribunal Superior de Cartagena falló a su favor.

Tras el fallo, se le ordenó a la Comisión de Acusación del Congreso de la República estudiar la denuncia que le había trasladado la FGN, en un plazo máximo de cinco días hábiles a la notificación de la decisión judicial. No obstante, como ordena el Tribunal Superior de Cartagena, la Fiscalía General de la Nación tendrá que asumir la investigación de los denunciados que no gocen de fuero.

El primer paso para la indagación penal sería una inspección judicial de la embarcación. “Por tanto, resulta imprescindible que el gobierno se abstenga de cualquier intervención en el contexto arqueológico del galeón de San José antes de llevarse a cabo la inspección judicial correspondiente. Cualquier acción previa puede, no solo alterar la escena de un presunto hecho delictivo, sino que podría interpretarse como un intento de encubrimiento en favor de los involucrados”, aseveró el director general de la VNPCS.

Via: El Espector / Colombia

Un año de la declaratoria del galeón San José, como un Bien de Interés Cultural (BIC)

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Por: Francisco Muñoz Atuesta

Inexplicable obstinación

El próximo 23 de enero se cumple un año de la declaratoria del galeón San José, como un Bien de Interés Cultural (BIC) de ámbito nacional. ¿Por qué razón no se da inicio a la expedición arqueológica?

La respuesta, en mi opinión, es: la expedición arqueológica del galeón San José no se ha adelantado porque el gobierno Duque persiste obstinadamente, en que esta se tiene que hacer con los “asociados” que trajo el expresidente Juan Manuel Santos; y es por ello que el gobierno “simula” estar enredado en una interminable maraña jurídica que le “ata”, tanto al contratista, como a la abominable Asociación Público Privada (APP); ambos, engendros de la administración Santos.

Es preocupante que hoy día esa vergonzante “APP” del galeón San José, se encuentre vigente. ¡No se le ha cambiado una sola sílaba!, es decir, aún hoy día, esa aberrante “APP” pretende remunerar al originador con parte de la carga, como si la declaratoria del galeón San José como un BIC no existiera o fuera, simplemente, letra muerta. ¡Qué horror!

Debemos tener presente que hace muy pocos días, el director de la Agencia Nacional para la Defensa Jurídica del Estado (ANDJE), dijo en medios de comunicación, que se iba a firmar ese adefesio de “APP” para antes del 31 de diciembre pasado ¡Lo cual por fortuna no pasó!

Ahora, la señora vicepresidente, Marta Lucía Ramírez, sale a decir que, de aquí a junio de 2021 se hará un cambio de fondo a la “APP”, lo que permitirá al gobierno definir la forma jurídica que tendrá la nueva contratación. ¿Pero qué es esto por Dios?

Si el Gobierno se acercase ligeramente a su deber, cumpliendo con su obligación de salvaguardar y proteger el BIC del galeón San José, acataría que las situaciones jurídicas en curso, discusión o litigio, no afectan ni condicionan dicha salvaguarda, protección o manejo del BIC (Ministerio de Cultura -Resolución 0983 de 20 de mayo de 2010).

¿Cohonesta el alto gobierno contra el patrimonio de los colombianos, permitiendo se dilate la expedición arqueológica del galeón San José, al insistir terca e inexplicablemente, en favorecer los intereses del pasado gobierno y a sus singulares asociados en esa espantosa trama de expolio?

El Gobierno está en mora de cancelar esa tal APP e iniciar sin pérdida de tiempo la expedición arqueológica. Los contratistas de Santos que se vayan a los tribunales, al fin y al cabo, allá van a terminar de todas maneras. Los responsables de la trama, a prisión; y lo que nos queda de nuestro galeón San José, que sea expuesto cuanto antes en la seguridad de su museo en Cartagena de Indias.

¡Deus exaudi nos!

*Veedor nacional del patrimonio cultural

sumergido de Colombia.

Así será la operación para recuperar el galeón San José

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Con tecnología de última generación, la dirección marítima DIMAR empezará en medio del mar Caribe las operaciones para recuperar las primeras piezas del Galeón San José que serán parte de un estudio que determinará si estas pueden estar en la superficie para luego ser expuestas como patrimonio cultural de la nación.

A pesar del reciente comunicado expertos de 13 universidades y de centros de investigación arqueológica advierten sobre “debilidades” en los estudios para una posible intervención de la nave colonial hundida en el mar caribe colombiano.

 

El Juicio del Galeón San José ante la CPA: ¡La Suerte está echada!

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Por: Francisco Hernando Muñoz Atuesta*

En medio del despliegue mediático del gobierno Petro mostrando en Cartagena “que quiere hacer las cosas bien con el galeón San José”, la directora encargada de la Agencia Nacional para la Defensa Jurídica del Estado (ANDJE) Paula Robledo, notificó al país que la Corte Permanente de Arbitraje (CPA) rechazó la solicitud de Colombia sobre la competencia de esa Corte; con la cual pretendió Colombia dar fin anticipado a la demanda que instauró la empresa norteamericana Sea Search Armada (SSA) por los derechos que aduce tener esa empresa sobre el 50% de las riquezas contenidas en el galeón San José. Esta acción marca el comienzo de un juicio de enormes proporciones cuyas conclusiones deberíamos conocer en el término expedito de un año.

Para aquellos que hemos seguido de cerca el caso del galeón San José, el juicio ante la CPA plantea la aclaración de ciertos interrogantes de vital importancia. (ver https://pca-cpa.org/en/cases/300/)

¿Ignorancia o complicidad del gobierno Petro?

En 2021 se denunció ante la Fiscalía General de la Nación la intrusión y presunto saqueo del galeón San José. La Fiscalía no investigó y dijo haber enviado el caso a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes ya que entre los denunciados se encuentra el expresidente Santos. En diciembre de 2023 un juez ordenó a la Comisión de Acusaciones que determinara a cuales aforados investigará y devolviera la denuncia a la Fiscalía para que esta determine el nivel de participación y responsabilidad de los demás involucrados carentes de fuero mediante la apertura de la indagación penal.
Ahora, en febrero de 2024, la Comisión de Acusaciones dice que ellos jamás recibieron de la Fiscalía la denuncia instaurada en 2021. Se espera que en los próximos días la Fiscalía explique y se vea precisada a iniciar la indagación penal y como parte de ella, ordene la inspección judicial del contexto arqueológico antes que el gobierno Petro lo altere. De todo esto está el gobierno enterado y es preocupante que siga en su despropósito de ir a sacar “algunas cositas”. Dato curioso: al menos uno de los denunciados ante la Fiscalía en 2021 acompaña al gobierno Petro en su “proyecto” en 2024.

La intrusión y posible saqueo del galeón San José no será, en el corto plazo, tema de interés de la CPA pero sin duda lo será, de llegar a probarse que lo hallado en 2015 fue lo mismo que en 1982.

¿El la SSA una víctima inocente de un presunto saqueo continuado de su descubrimiento hecho en 1982?
Esta hipótesis contempla que lo descubierto en 2015 sea lo mismo que en 1982. Tras haber contratado SSA (o sus empresas cesionarias) con el gobierno colombiano cumpliendo las leyes que entonces regían este tipo de operaciones, la SSA denunció en 1982 el hallazgo de especies náufragas en el área en que le fue autorizado explorar. Hay prueba técnicocientífica que registra la profundidad del hallazgo de 1982 a 235 metros de profundidad, acompañada por el registro del nivel de la pendiente del suelo marino donde fue encontrado, información que se encuentra consignada en un registro magnetométrico(medida del material ferroso que se encuentra en el naufragio), datos que, en su conjunto, constituyen una prueba singular e irrepetible del hallazgo de 1982.

¿Ha sido la SSA utilizada como una cortina de humo para encubrir el expolio de otro naufragio?

Esta hipótesis plantea, que si lo hallado en 2015 es un naufragio diferente al denunciado en 1982, no se explica la razón por la cual esta posibilidad no se ha aclarado por parte del Estado con el simple contraste de los enunciados registros de profundidad, inclinación del lecho marino y registro magnétometrico de 1982, con los registros obtenidos en 2015, que confirmarían o desvirtuarían, si se trata, o no, en ambos casos del mismo naufragio (ambos registros están en poder del gobierno colombiano).

El gobierno Petro ha dejado conocer la única información documentada del hallazgo de 2015 que confirma que el naufragio está a más de 600 metros de profundidad, esto en el Plan de Manejo Arqueológico del galeón San José, que fue publicado recientemente. Aparte de este hecho, queda el discurso gubernamental que viene desde 2015 con el cual aseguran los del gobierno que el galeón de 2015 fue hallado en unas coordenadas distintas y distantes de las de 1982.

Por lo anterior, no hay justificación para que se haya permitido complejizar este asunto hasta los niveles de hoy día; salvo que sea, y en esto estriba la hipótesis, que efectivamente el naufragio de 2015 es diferente al de 1982 y que el mismo haya sido saqueado de manera continuada y, quieran los involucrados, que parezca que si es el de 1982 mientras ganan tiempo (van más de 5 años) para que sea este quien cubra sus huellas, o peor, que sean los mismos presuntos responsables los que tengan la misión de adelantar el rescate, o al menos que a estos se les dé la oportunidad de alterar de alguna forma “legal” la escena del crimen, para que sea imposible saberse qué cosa hicieron los “saqueadores” antes y qué los “investigadores” ahora.

¿Y si el naufragio está fuera del mar territorial colombiano?

Por último, un hecho de singular gravedad sería que efectivamente el naufragio de 2015 fuera diferente al de 1982 y que por la profundidad declarada por el gobierno Petro (más de 600 metros) ese naufragio estuviera, no en el mar territorial colombiano, donde en la zona de interés no hay 600 metros de profundidad; sino en su zona contigua, donde sí hay esa profundidad en el área de interés, y donde la soberanía de Colombia no incluye de ninguna manera la propiedad del Patrimonio Cultural Sumergido que se encuentre en esas aguas. Esto implicaría que Colombia estaría directamente involucrada, como Estado ribereño, en el expolio del Patrimonio Cultural Sumergido de la humanidad.

En fin, cualquiera que sea la realidad de las cosas, el juicio de la CPA las aclarará, llevando al país a un pleito descomunal del cual los responsables y sus cómplices no tendrán escapatoria. ¡Alea iacta est!

(*) Historiador. Veedor Nacional del Patrimonio Cultural Sumergido de Colombia. Miembro de Número de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias. Miembro del Comité Técnico de Patrimonio Histórico y Cultural del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena de Indias IPCC. Autor del libro: Galeón Señor San José. Tomo I. Patrimonio Cultural Indivisible (2019), y Tomo II. La emboscada (2023).

Problema de fondo del Galeón San José

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Francisco Hernando Muñoz Atuesta, veedor nacional del patrimonio cultural sumergido de Colombia, ha entablado hasta el momento tres acciones legales contra el proceso de contratación del proyecto de intervención del galeón Señor San José, la primera dio pie para que el gobierno detuviese dicho proceso “hasta por dos meses”, mientras se conoce la decisión que tomará el Tribunal; una vez este se pronuncie, se establecerá un nuevo cronograma para reactivación del cuestionado proceso de contratación. Otras dos solicitudes radicadas se encuentran a portas de entrar al despacho del Magistrado, que podrían prolongar el mencionado proceso de contratación por un tiempo adicional aún indeterminado.

“Considera esta Veeduría, que la “pausa” establecida por parte del gobierno “hasta por dos meses” no pretende en ningún momento revisar el proceso ni darle el manejo que merece un Bien de Interés Cultural de estas dimensiones, sino más bien, superar los inconvenientes legales y proseguir el mismo como viene planteado en los cuestionados pliegos de condiciones, que pretenden repartir este patrimonio único e irrepetible, entre el gobierno nacional y una firma extranjera, que en la parte correspondiente a los metales preciosos (oro y plata), se hará “al peso”, como si fuese chatarra, sin tomar en cuenta el valor histórico, cultural y numismático de los mismos, que le otorgan un precio de mercado infinitamente superior, lo que no es más, que un vergonzoso asalto al patrimonio cultural de la nación.

Sabido es que el problema de fondo del galeón Señor San José, es un asunto sumamente complejo, cuyo manejo el gobierno ha complicado en gran medida; y es oportuno advertir, que si esto avanza como viene planteado, se va a enredar mucho más, acarreando irreparables daños a la Nación.

El nuevo Presidente de la República, manifestó en campaña sobre este litigio:

“Ese proceso tiene que esclarecerse bien, yo creo que hay muchas dudas que están empezando a surgir en torno a ese proceso que me parece vergonzoso y yo creo que eso se tiene que aclarar, y además, yo creo que también es muy importante que el manejo que se le da a ese tipo de hallazgos tiene que tener, primero, una concordancia con el derecho internacional que regula esas materias y lo otro, que además, aceptemos que es un patrimonio, que si bien nos corresponde a nosotros desarrollarlo, es un patrimonio también de la humanidad que tenemos que buscar cómo, se lo ofrecemos a la humanidad desde nuestro territorio, no sé si haciendo un gran museo en la costa caribe, pero además un museo que pueda tener hermandad también con los grandes museos de la propia España y eso darlo a conocer ante el mundo por el beneficio de Colombia”.

Los objetivos que pretende alcanzar la Veeduría nacional del patrimonio cultural sumergido de Colombia, ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en pro de la defensa del patrimonio cultural de todos, son:

1. Que el gobierno de Colombia declare el GSSJ como un Bien de interés cultural -BIC-, bajo los lineamientos de la ley 1185 de 2008, activando su salvaguardia como una unidad indivisible, inalienable, imprescriptible e inembargable, en consonancia con los superiores artículos 63 y 72 de la Constitución.

2. Que el plan de intervención del GSSJ sea un proyecto de Nación, iniciativa pública de exclusivo carácter científico y cultural, el cual debe ser conducido directamente por el Estado colombiano en todas sus actividades: Exploración, identificación, preservación y divulgación; donde Colombia como nación soberana, propietaria absoluta de este singular e irrepetible BIC, con colaboración internacional, vincule los mejores profesionales en cada materia, para que este proyecto sea admirado a nivel mundial, generando identidad y sentido de pertenencia sin precedentes entre los colombianos.

Señor Presidente Iván Duque Márquez: Colombia y el mundo NO ESPERAN MENOS DE USTED, ordene la declaratoria del galeón Señor San José, como lo que indiscutiblemente es, un Bien de Interés Cultural, que todos queremos apreciar cuanto antes expuesto completo, en su espléndido museo en Cartagena de Indias, su entorno perfecto, honrado y respetado en su real majestad”.

Sigue a Francisco Munoz Atuesta en Twitter: @franciscomunoza y en Youtube en el siguiente canal: https://www.youtube.com/user/Mrfranciscomunoz7/videos

Sus vídeos sobre historia del Galeón San José:

12 millas náuticas podrían cambiar el destino del tesoro del galeón San José

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Un libro sitúa restos del pecio más allá de las aguas territoriales de Colombia

Francisco Muñoz habla en conversación telefónica desde Suecia. Faltan solo unos días para la publicación de su nuevo libro, ‘La emboscada’, y el responsable de la Veeduría Nacional del Patrimonio Sumergido de Colombia ha preferido alejarse de su país, consciente de que su narración sobre el «descubrimiento, redescubrimiento, saqueo y encubrimiento» del galeón San José causará revuelo. «Esto lo estoy haciendo con el dolor de mi alma», afirma este miembro de número de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias. Basándose en documentación revelada a este mecanismo de control ciudadano, Muñoz denuncia que parte de los restos de esta nave española hundida por piratas ingleses en 1708 frente a Cartagena de Indias con un tesoro de lingotes, monedas y joyas se halla más allá de las 12 millas náuticas del mar territorial colombiano, en aguas internacionales.

«No presento nada en el libro que no esté sustentado», asegura el veedor, que reproduce en sus páginas documentos confidenciales que llegaron a él por orden de un juez, «a pesar de las reticencias de la Armada». En los estudios previos para la compra del ROV, la Armada señalaba la ubicación del galeón en una imagen generada a partir de Google Earth, con una escala y una parte del litoral costero que ha permitido a Muñoz integrarla en los mapas «como una pieza en un rompecabezas». La documentación indica que los restos se encuentran dispersos en una zona de 32 millas náuticas cuadradas que denominan «área vital» y cuyo nombre clave es «teniente de navío José María Palas».

Señala además que dentro de esta zona «se presentan profundidades máximas que oscilan entre los 452 y 1.241 metros». En ese polígono de 32 millas cuadradas, los restos del barco se hallarían diseminados en cuatro puntos principales, pero en la Veeduría tienen dudas sobre su disposición.

«Si están en posición noreste, tres de esas cuatro partes se encontrarían fuera del mar territorial colombiano y en caso de que estuvieran en posición sureste, habría tres dentro de las aguas territoriales pero quedaría el punto principal del hallazgo fuera», explica Muñoz. Además, «dentro del mar territorial colombiano, en esa zona, no hay profundidades superiores a los 400 metros».

«El discurso de que el galeón está a 600 metros o más lo colocaría automáticamente fuera», dice.

Para el veedor, Colombia ha tenido conocimiento de estos hechos desde hace tiempo y «ese ha sido el motivo por el cual han tenido todo este manejo desafortunado del tema». Ahora cree que «España estará muy interesada en verificar la ubicación del galeón y en hacer valer sus derechos».

Via: ABC de España

Carta abierta al Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia

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Más allá y más acá del Galeón San José

-Carta abierta al Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia-

Colombia, 12 de diciembre de 2023

Respetado señor Ministro, Juan David Correa,

El propósito que nos anima en esta ocasión es contribuir a una comprensión integral, por parte del gobierno, los funcionarios del Estado y la opinión pública, de lo que se encuentra en juego al tomar decisiones acerca del tratamiento del yacimiento arqueológico correspondiente a los vestigios del Galeón San José, que es una parte sumamente significativa, pero de ninguna manera aislada, del patrimonio arqueológico y cultural sumergido de la Nación.

En días recientes se han reproducido en diferentes medios de prensa, sobre todo extranjeros, entrevistas concedidas por usted en donde se indican varios asuntos que resultan por lo menos preocupantes: 1) que es el propósito del actual gobierno avanzar prontamente en la extracción del Galeón San José ; 2) que para tal efecto, se establecerá una alianza público-privada; 3) que, previamente, se realizarán intervenciones del yacimiento, para extraer muestras de evidencias arqueológicas que permitan diseñar el cronograma preciso de tal extracción; y 4) que las “voces críticas” sobre el particular se escucharán en un evento a organizar en Cartagena durante el próximo mes de enero. Cada uno de estos asuntos amerita ser tratado con cierto detenimiento.

1. La extracción de los elementos que componen el contexto arqueológico del Galeón San José aparece en sus declaraciones, y en otras efectuadas antes y de manera reiterada por el señor presidente Gustavo Petro, como un imperativo, es decir, como algo que es un mandato de obligatorio cumplimiento. Tal rumbo, desconoce o desprecia de entrada las advertencias efectuadas por voces expertas que desde hace por lo menos 13 años han recomendado considerar, en primer lugar, acciones de preservación in situ, antes de explorar cualquier alternativa de extracción (1).

No es impedimento que Colombia no sea miembro de la Convención de la Unesco sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, para que se tengan en cuenta, dentro del rigor científico que siempre debería acompañar las decisiones en la materia, los argumentos que subyacen a la recomendación de dar prioridad a la conservación y gestión in situ como premisa para la protección y salvaguarda de este patrimonio (2). Adicionalmente, hay que advertir que no se han generado las condiciones necesarias para dar adecuado tratamiento a lo que eventualmente se extraiga, entre ellas, la existencia de un laboratorio de conservación idóneo para la preservación de muestras y bienes del patrimonio cultural sumergido. En general, y aparte de la falta de rigor científico que expresa bien el imperativo de “sacar” los restos del Galeón, el afán extractivista resulta inconsistente con el énfasis dado en este gobierno a la conservación y protección de los bienes comunes de la Nación, de los cuales el patrimonio cultural sumergido es parte integrante y muy importante.

2. El establecimiento de una alianza público-privada para materializar la extracción de los bienes que hacen parte del contexto arqueológico del Galeón San José resulta sumamente inconveniente para la protección y mejor conocimiento del patrimonio cultural sumergido del País. Con la figura jurídica y administrativa de la asociación público-privada, propia del desarrollo de infraestructuras viales por concesión, pretende tratarse un asunto absolutamente diferente, como es el de la investigación, conservación, preservación y gestión del patrimonio cultural de la Nación. También se convalidan las inconsistencias jurídicas de la Ley 1675 sobre Patrimonio Cultural Sumergido, algunas de ellas advertidas ya por la Corte Constitucional en fallos sobre inexequibilidad de sus articulados (3), y se revive un procedimiento ideado durante el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018), para la extracción del pecio del San José, con intereses fundados en las ganancias económicas de empresas cazatesoros (4). La inconveniencia y los riesgos asociados a la suscripción de tal alianza fueron calculados incluso durante el Gobierno del expresidente Iván Duque (2018-2022), tan amigo de aplicar esquemas de negocios privados a los procesos culturales, bajo la figura de las “economías naranjas”. Como se sabe, durante ese gobierno se suspendió el proceso de establecimiento de la asociación público-privada con la firma extranjera de cazatesoros Maritime Archaeology Consultants, y contando con el concepto del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, en 2020 se declaró el contexto arqueológico del Galeón San José como Bien de Interés Cultural del Ámbito Nacional. Teniendo en cuenta lo anterior, así como el mandato constitucional que define los bienes que integran el patrimonio arqueológico como pertenecientes a la Nación, inalienables, inembargables e imprescriptibles, surge la pregunta: ¿cuál será ahora el negocio de los privados? En general, las consecuencias negativas de revivir ahora la mencionada alianza público-privada son varias: a) puede anteponer esquemas económicos propios de los negocios privados al tratamiento de los bienes comunes que pertenecientes al patrimonio cultural de la Nación; b) desconoce las capacidades nacionales en materia de investigación, protección, conservación y gestión del patrimonio cultural de la Nación, las desestimula y puede erosionarlas, partiendo siempre del pobre argumento de que somos un país pobre y atrasado económica, científica y tecnológicamente; y c) profundiza los riesgos de demandas en curso o por venir, adelantadas por empresas cazatesoros que afincan sus especulaciones financieras en el “tesoro” del Galeón San José, haciendo aún más difícil e incierto el trabajo de Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado.

3. Cualquier intervención previa del contexto arqueológico del Galeón San José, como la que se planea efectuar, según sus declaraciones, durante el próximo mes de marzo, debe contar con un Plan de Manejo Arqueológico previamente formulado y aprobado por el Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, mediando una evaluación estrictamente científica del mismo. El que dicha autorización esté en manos de entidades del Estado, no las exime de cumplir con los procedimientos legales que aplican en el país para cualquier intervención de bienes de interés cultural del ámbito nacional y del patrimonio arqueológico. Antes bien, deben dar ejemplo de legalidad, y hacer público dicho Plan, antes de cualquier intervención, incluyendo, como establece la normativa, la exposición científicamente argumentada acerca de la necesidad de tal intervención, los procedimientos detallados de la misma, y las medidas de manejo de los bienes del patrimonio arqueológico a que haya lugar.

4. Como ya habrá notado, en esta ocasión, como en otras, las llamadas “voces críticas” se han anticipado, advirtiendo acerca de la inconveniencia de los puntos 1, 2 y 3 aquí tratados. Voces que son diversas y que desde hace por lo menos trece años han estado advirtiendo, con argumentos técnicos, científicos, legales y éticos, lo inapropiado e inconveniente del rumbo que sucesivos gobiernos han venido dando a la protección y gestión del patrimonio cultural sumergido y en específico al yacimiento del pecio del Galeón San José. El posicionamiento crítico de estas voces ha estado acompañado de un espíritu propositivo, como se ha hecho visible en los llamados de la Red Universitaria de Patrimonio Cultural Sumergido-RUPCS, a la formulación de una Política de Estado en la materia, que reconozca procesos culturales y evite, precisamente, que cada gobierno trate el asunto de manera improvisada, mal informada y atendiendo a intereses de particulares. Igualmente, ha propuesto la construcción de una iniciativa de investigación, preservación, divulgación y valoración de dicho patrimonio, liderada por el país y sus instituciones científicas, con el concurso activo de las universidades y centros de investigación con capacidades en esas materias, y el acompañamiento internacional de entidades académicas y culturales de reconocida trayectoria. Pero en la gran mayoría de las ocasiones que hemos manifestado nuestro concepto y propuestas, valga decir, en varias de ellas durante el presente gobierno, no se ha generado una dinámica de diálogo que pueda considerarse como un debate. Entonces, escuchar las “voces críticas” puede resultar en un gesto diplomático que sólo sirve al propósito de validar decisiones gubernamentales ya establecidas de antemano. En su lugar, cuando se escuchan los argumentos y se dialoga acerca de los mismos, pueden tomarse decisiones mejor informadas, consecuentes con los intereses públicos, y no simplemente con el cumplimiento de imperativos.

Señor Ministro, en una de sus declaraciones más recientes, publicada en el diario El Tiempo (5), introducía el asunto del Galeón San José diciendo “Este es un tema que no terminamos de entender en la dimensión histórica que tiene, porque llevamos 40 años en esta discusión”. Si dimensiona bien la importancia del tema que le ha encomendado sacar adelante el señor presidente de la República, reconocerá que las decisiones que se tomen ahora en relación con el caso Galeón San José tendrán repercusiones más allá: sobre el patrimonio arqueológico en general y sobre procesos culturales de largo aliento. Preguntamos: ¿se sumarán dichas decisiones a la larga historia de intenciones por expoliar los contenidos del patrimonio arqueológico en agua y en tierra, así como a los intereses por reabrir la puerta a quienes han valorado dicho patrimonio como una mercancía y objeto de negocios? ¿O se sumarán, como es nuestra esperanza, al tratamiento del patrimonio arqueológico como parte de los bienes comunes de la Nación, en perspectiva de garantizar los derechos culturales de la ciudadanía, y al necesario fortalecimiento de un régimen jurídico de protección que, después de décadas de grandes esfuerzos, quedó consignado en la Constitución política?

Pero es también justo advertir que hay que ser sensibles a un más acá, en el sentido de que las decisiones que se tomen sobre el caso del Galeón y en general sobre el patrimonio arqueológico subacuático, deben tomar el pulso, consultar e informar, en primera instancia, al país. Sus últimas declaraciones, efectuadas inicialmente en medios de prensa internacionales, y sólo luego, en medios nacionales, resultan sintomáticas acerca de la actitud con la cual, durante las últimas décadas, las decisiones sobre el galeón San José se toman a puerta cerrada, con el concurso de actores internacionales y, bajo el argumento de que se trata de un asunto de secreto de Estado, no se informa suficientemente a los públicos del país. Adicionalmente, esta actitud, sumada al propósito de revivir la figura de la alianza público-privada, da a entender que no se confía en las capacidades nacionales en materia de ciencia y tecnología aplicables a la protección y gestión del patrimonio cultural sumergido, poniendo en manos de iniciativas privadas con un interés esencialmente económico, la extracción de los bienes que lo integran. Las iniciativas de apoyo internacional son bienvenidas, siempre y cuando sean de estricta cooperación científica, tecnológica y cultural, y con un liderazgo claro del Estado colombiano sobre las intervenciones del patrimonio cultural sumergido presente en las aguas de Colombia. Estamos seguros de que una iniciativa claramente liderada por el Estado colombiano, sus universidades y centros de investigación, apoyada firmemente en una Política pública sobre patrimonio cultural sumergido y con la cooperación internacional, puede movilizar los recursos suficientes sin necesidad tener que comprometer altas sumas de recursos públicos y la integridad de los bienes culturales en esquemas de negocio como las denominadas alianzas público-privadas.

Agradeciendo de antemano su atención a lo expresado en esta carta abierta, ponemos nuevamente a su disposición nuestras capacidades para que, en una escucha auténtica se pueda avanzar en diálogos conducentes a consolidar iniciativas que hagan honor a los preceptos de la Constitución política de la República de Colombia: la responsabilidad conjunta del Estado y las personas en la protección de “las riquezas culturales de la Nación” (artículo 8); el deber estatal de promover y fomentar el acceso de la ciudadanía a la cultura, el desarrollo de la investigación y la difusión de los valores culturales de la Nación (artículo 70); el patrimonio cultural de la Nación “está bajo la protección del Estado”; y expresamente, que “el patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la Nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles” (artículo 72; ver también artículo 63).

NOTAS A PIE DE PÁGINA

1. Tempranamente, desde 2010, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) emitió un concepto técnico sobre los aspectos del proyecto de ley 1675 que corrían el riesgo de ser inconstitucionales y podían dificultar la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales. En los años siguientes, se generaron críticas y propuestas alternativas efectuadas por exdirectores(as) del ICANH, la Sociedad Colombiana de Arqueología, y grupos organizados de profesionales en arqueología y estudiantes de varias universidades públicas y privadas. También se manifestaron de manera crítica los presidentes del Congreso Mundial de Arqueología y la Sociedad Americana de Arqueología. De igual modo, se hicieron advertencias por parte de la Procuraduría General de la Nación, preocupada por la vulneración de los derechos constitucionales por cuenta de la ley y la licitación de la alianza público-privada, y la Dirección de Patrimonio de la Unesco se manifestó indicando que el proyecto de ley iba en contravía de las normas establecidas por ese organismo para la protección del patrimonio cultural sumergido, lo que propiciaría, además, el negocio de los cazatesoros, lo cual fue reiterado por el Consejo Consultivo Científico y Técnico de esa entidad. Más recientemente, se conformó la Red Universitaria de Patrimonio Cultural Sumergido-RUPCS, que desde 2018 se ha pronunciado públicamente en contra de la mercantilización del patrimonio arqueológico subacuático, y ha efectuado propuestas para el diseño de una Política de Estado en la materia. Ver los comunicados de la RUPCS en: https://opca.uniandes.edu.co/red-universitaria-de-patrimonio-cultural-sumergido/

2. Ver, en especial, el Anexo 1, sobre “Normas relativas a las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático”, que acompaña el texto de la Convención en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000126065_spa

3. Corte Constitucional de Colombia, Sentencias C-264/14 y C-332/23.

4. Ver el concepto sobre los pliegos de la licitación de la asociación público-privada, emitido en 2018 por un grupo experto de la Universidad de Antioquia, por solicitud de la Procuraduría General de la Nación: https://www.udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/952d1ba6-c97c-4d99-ab68-80e6c3b8bf2c/Respuesta+Radicados+Nos.E-2017-13786+%281%29.pdf?MOD=AJPERES&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp&CVID=menv2Bp

5. El Tiempo, edición en línea de diciembre 1 de 2023. https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/entrevista-con-el-ministro-de-cultura-juan-david-correa-habla-del-galeon-san-jose-831374

Atentamente,

Firman en orden alfabético según su apellido:

Pedro María Argüello García, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, RUPCS

Sergio Andrés Castro Méndez, Universidad de Santander

David Cohen Daza, Universidad de los Andes, RUPCS

Ana Crespo Solana, Consejo Superior de Investigaciones Científicas

Mario Omar Fernández Reguera, Universidad de los Andes, RUPCS

Hernando Javier Giraldo Tenorio, Universidad del Cauca

Alba Nelly Gómez García, Universidad de Antioquia, RUPCS

Juliana Gómez Mejía, Universidad de Caldas

William Gómez Pretelt, Korean Maritime and Ocean University

María Amelia Gutiérrez, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

Antonio Jaramillo Arango, Universidad del Norte

Luis Gonzalo Jaramillo Echeverri, Universidad de Los Andes, RUPCS

Roberto Enrique Lastra Mier, Universidad del Atlántico, RUPCS

Roberto Lleras Pérez, Miembro de Número, Academia Colombiana de Historia

Juan Guillermo Martin Rincón, Universidad del Norte, RUPCS

Santiago Ortiz Aristizábal, RUPCS

Rodrigo Pacheco Ruiz, National Museum of Royal Navy

Diógenes Patiño Castaño, Universidad del Cauca, RUPCS

Juan Felipe Pérez Díaz, Fundación Proyecto Navío, RUPCS

Carlo Emilio Piazzini Suárez, Universidad de Antioquia, RUPCS

Claudia Mercedes Rojas Sepúlveda, Universidad Nacional de Colombia

Manuel Salge Ferro, Universidad Externado de Colombia

Juan Carlos Vargas Ruiz, Universidad del Magdalena, RUPCS

Agencia de Defensa Jurídica del Estado: hay una amenaza real y latente que enfrenta el país, una amenaza jurídica

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Sea Search Armada
Jack Harbeston, the managing director of the salvage firm Sea Search Armada, shows the location of the Spanish galleon San Jose as he poses for a portrait, Thursday, May 24, 2007 at his house in Bellevue, Wash. Sea Search Armada has been involved in a 20-year legal battle against Colombia's government, over claims to the Spanish galleon San Jose's loot, that has been lying on the ocean floor off Colombia for three centuries. (AP Photo/Andrei Pungovschi)

Inició litigio con Sea Search Armada por derechos patrimoniales de Galeón San José

La directora general de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado sostuvo que, hay una amenaza real y latente que enfrenta el país, una amenaza jurídica.

Desde Cartagena, la directora general de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, Paula Robledo Silva, anunció que, el litigio arbitral con Sea Search Armada por los derechos patrimoniales del Galeón San José acaba de iniciar formalmente.

La funcionaria del Gobierno Nacional aseguró que hay una amenaza real y latente que enfrenta el país, una amenaza jurídica.

“El camino de la defensa de nuestro Galeón San José no será un camino fácil y desde el punto de vista jurídico tampoco lo será, porque el riesgo jurídico proviene de un viejo conocido nuestro Sea Search Armada esta vez con un reclamo de USD $10.000 millones, correspondiente a lo que ellos llaman el 50% del tesoro del Galeón San José”, expresó Paula Robledo Silva.

Añadió, “hago hincapié, ellos llaman porque no es el tesoro del Galeón San José, es nuestro patrimonio cultural; hemos repelido las amenazas y los reclamos de estos caza tesoros en las Cortes del Distrito de Washington, incluso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.

“Ahora nos corresponde defender nuestro patrimonio cultural en el contexto de un complejo arbitraje de inversión, iniciado en el marco del tratado de promoción comercial entre Colombia y Estados Unidos”, indicó Robledo Silva.

El 19 de diciembre del año 2022 Colombia recibió una notificación de arbitraje presentada por Sea Search Armada, alegando ser la presunta receptora de derechos tras el presunto descubrimiento del Galeón San José en el año 1982 y el también presunto reconocimiento de un 50% de aquellos elementos del Galeón.

La Agencia Nacional Jurídica del Estado desarrolló una estrategia jurídica tendiente a eliminar la amenaza, solicitó al tribunal el rechazo de la demanda de Sea Search Armada, exponiendo su frivolidad, con el fin de que el tribunal la rechazara sin estudiar el mérito y su contenido.

“La Agencia conocía las dificultades de que una estrategia jurídica tan agresiva prosperara, no podíamos dejar de hacerlo porque teníamos el deber de generar todas las estrategias jurídicas posibles para defender nuestro patrimonio cultura (…) el proceso como tal, el proceso arbitral donde se reclaman los derechos patrimoniales por parte de Sea Search Armada ha empezado apenas con esta decisión del tribunal”, sostuvo la directora general de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado.

Puntualizó, “esto nos genera una alerta que como Estado tenemos que atender de manera coordinada el sector cultura, el sector justicia, el sector defensa y todos los que hacemos parte de esa mesa de trabajo de la defensa de nuestro patrimonio cultural”.

“No hemos perdido nada, el estado colombiano no ha perdido nada y Sea Search Armada no se ha fortalecido en lo más mino, simplemente agotamos una etapa inicial de todo proceso arbitral”, enfatizó la directora Paula Robledo Silva.

Paula Robledo Silva le hizo saber al país que asume el compromiso de defender el patrimonio y el Galeón con nuevos y mejores argumentos jurídicos, con estrategias diseñadas de manera más coordinada entre todas las entidades responsables de atender este proyecto y con un liderazgo verdaderamente asertivo.

Via Wradio Colombia

Estas son las coordenadas de la ubicación del Galeón San José

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Estas son las coordenadas de la ubicación del Galeón San José

El mapa del tesoro más grande en la historia de Colombia ya estaba escrito, 30 años antes de que el Gobierno hiciera el anuncio oficial de que lo encontró. O, al menos, tenía una primera versión que data de 1982, y quedó consignada en un documento que fue reconocido entonces por la Dirección General Marítima. Eso es lo que viene diciendo la compañía que lo halló, es lo que acaba de negar el presidente Santos y lo que los mantiene trenzados en un litigio trasnacional sobre el cual ya pesan varias sentencias.

coordenadas
coordenadas galeón san josé 1982

EL HERALDO tuvo acceso al “Reporte confidencial sobre la exploración submarina efectuada por la compañía Glocca Morra en el Mar Caribe, Colombia, febrero 26 de 1982”, documento que es la piedra angular de la disputa por los restos del Galeón San José, hundido hace más de 300 años en aguas de Cartagena, y que permanecía inédito hasta ahora.

Además de detallar la ruta de cómo se habría producido la supuesta localización en el lecho marino, el reporte señala las coordenadas concretas en torno a las cuales estaría el barco español, que según los registros llevaba una carga de más de 200 toneladas de oro, plata y joyas extraídas de colonias americanas. El tesoro estaría valorado hoy alrededor de los US$10.000 millones, es decir unos 30 billones de pesos colombianos.

Exclusiva Las coordenadas de la polémica del Galeón San José El Heraldo
Portada del “Reporte confidencial sobre la exploración submarina efectuada por la compañía Glocca Morra en el mar Caribe en 1982”.

Este es identificado en el denuncio formal del hallazgo como el Objetivo A. Es descrito como una “anomalía” de entre 4 y 6 metros de altitud sobre el fondo, cubierta por una capa ligera de sedimento, que “tiene varios rasgos que indican que no es natural del suelo marino”, y que produjo que se alojaran “unas cuantas piezas de madera” en el submarino que descendió a hacer la exploración. “Porciones del objetivo tienen formas que son difíciles de descubrir o explicar en términos de fenómenos naturales. (..) Pareciera que es un artefacto asociado a otros objetivos en la zona de operación”, señala el Reporte, en relación al hallazgo en varias áreas, ampliamente extendidas, de “montones de madera” y “escombros que consistían en despojos u objetos”.

El llamado Objetivo A sería el navío español según lo que defiende la empresa estadounidense Sea Search Armada, a quien Glocca Morra le cedió los derechos del hallazgo. Y este se encuentra ubicado, según el primer documento que registra el descubrimiento del San José, en la “vecindad inmediata” de las coordenadas 10°10’17” N – 76°00’20” W.

Exclusiva Las coordenadas de la polémica del Galeón San José El
Registro de las fases de la exploración en 1982.

Cinco tesoros que permanecen hundidos en las aguas del mar Caribe

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Además de los tesoros recientemente encontrados en el interior del galeón San José, el mar Caribe ha albergado en sus aguas las valiosas cargas de embarcaciones que naufragaron desde mediados del siglo XVI.

Los barcos, cargados con tesoros de la época de la colonia, hacían largas travesías partiendo de los puertos de Veracruz en México, Cartagena en Colombia y El Callao en Perú. Los tesoros más representativos son:

Flota Las Córdobas: compuesta por 8 galeones al mando de Luis Fernández de Córdoba con rumbo a La Habana, naufragaron en aguas cercanas a la isla de San Andrés. La caravana fue azotada por una tormenta y cuatro de las naves que la componía terminaron en el fondo del Caribe: el San Roque, el San Ambrosio, Nuestra Señora de Begoña y el Santo Domingo. Las mercancía hundidas en esta flota fueron consignada en el archivo histórico como: 80 toneladas de oro, 500 toneladas de plata, 70 kilos de esmeraldas y las pertenencias de alrededor de 1.200 marinos.

Nuestra Señora del Juncal: insignia de la flota Nueva España, perdió el rumbo en una trayectoria hacia Cádiz, España, con escala en La Habana, el 14 de octubre de 1631 debido a fuertes vientos que se convirtieron en tormenta, se estima que la carga se componía de maderas preciosas, sedas, cerámicas orientales y especias; también oro, plata y esmeraldas. Se presume que la embarcación se encuentra en el mar territorial cubano.

Nuestra Señora de Atocha: en 1985 es encontrado el casco del galeón español en las costas de Florida, Estados Unidos, por el buceador Mel Fisher. El hundimiento se produjo en el verano de 1622 a su regreso a España desde La Habana, como consecuencia de su partida en la temporada de vientos de septiembre. Las embarcaciones que lo custodiaban también terminaron en hundimiento. 24 toneladas de plata en 1.038 lingotes, 180.000 pesos en monedas de plata, 582 lingotes de cobre, 125 barras y discos de oro, 350 cofres de índigo, 525 fardos de tabaco, 20 cañones de bronce y 1200 libras de platería y marroquinería fueron los tesoros que contenía su interior.

El Concepción: El galeón, perteneciente a la Flota Nueva España, parte del puerto de Veracruz, en el golfo de México, con rumbo a España, acompañado por una caravana de 30 naves. En su carga se estimaron 25 toneladas de oro y plata, acuñadas en miles de monedas de Felipe IV, correspondientes a la producción de los dos años anteriores de las minas de México y de Potosí, en Bolivia. El galeón es encontrado en 1978 por el explorador Burt Webber en aguas dominicanas.

Nuestra Señora de Las Mercedes: Construido en La habana en 1786, fue una fragata de la Armada Española encargada del intercambio de plata mexicana por mercancías orientales (cerámicas, sedas y especias). La embarcación es hundida en un enfrentamiento con la Armada británica, al momento del hundimiento sus bodegas contaban con 500.000 monedas acuñadas en Perú a finales del siglo XVIII, un equivalente a 17 toneladas de oro y plata, telas de vicuña y canela.

Tomado de: https://www.eluniversal.com.co/mundo/cinco-tesoros-que-permanecen-hundidos-en-las-aguas-del-mar-caribe-213184-GSEU316440