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Rescate del Galeón San José con una alianza público-privada entró en su recta final

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Rescate del galeón San José avanza contra viento y marea

La decisión de rescatarlo por medio de una alianza público-privada APP entró en su recta final. Así será el pago, rescate y destino final de lo que emerja de esta legendaria embarcación. Mitos y verdades.

El sigilo, confidencialidad y precaución con que el gobierno ha manejado el rescate del galeón San José se ha prestado para todo tipo de rumores y equivocaciones. Los expertos y países que están en desacuerdo con esta operación los han usado para sembrar en las últimas semanas nubarrones sobre una de las operaciones arqueológicas sumergidas más importantes hechas en el mundo.

En juego no solo está el destino final de la carga, los elementos que aún quedan de la embarcación y los secretos que los vestigios puedan revelar sobre esa época. La verdadera disputa se centra en las consecuencias que tendrá el camino solitario que Colombia tomó para preservar y recuperar las numerosas embarcaciones que yacen en sus mares. Esa ruta se enfrenta a la que España, Francia, algunos miembros de la Unesco y otras naciones han tratado de imponer en el mundo: que las embarcaciones de Estado y sus cargas, sin importar la época y el lugar, pertenecen a la nación de su bandera. Y, frente a cualquier intento por sacarlo de forma no científica, algo que también es motivo de debates, lo mejor es conservarlas in situ.

No es nueva la decisión soberana de Colombia de rescatar estas embarcaciones, que reposan en sus aguas, a las que considera parte de su patrimonio cultural sin importar su procedencia o bandera. Sí lo es que nunca había estado tan cerca de rescatar uno de estos grandes galeones, como el mítico San José, uno de los navíos que dejaron el pecio (término técnico que designa a los restos de un naufragio) más valioso conocido de la época colonial.

El 25 de mayo se cierra el plazo para que las empresas interesadas se presenten al proceso de selección de la alianza público-privada (APP), que definirá quién financiará y trabajará con el Estado. El trabajo incluye hacer las excavaciones arqueológicas sumergidas; extraer los bienes y elementos fundamentales, y conservarlos y exhibirlos en un nuevo museo situado en Cartagena.

El inversionista deberá asumir en su totalidad -como ha ocurrido hasta ahora- todos los costos, estimados en 60 millones de dólares, pero también los sobrecostos y riesgos.

Tras casi tres años de trabajos técnicos y científicos, la empresa británica Maritime Archaeology Consulting Switzerland AG (MACS) entregó la información y financió los 6,1 millones de dólares que costaron los trabajos que realizó con apoyo de la Armada, el Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icahn). También estructuró la APP durante tres años, y todo ello hace que sea el más probable ganador de la escogencia.

Un largo camino

Este capítulo comenzó en 2014 cuando el historiador y antropólogo cubano-norteamericano Roger Dooley le dejó un regalo al presidente Juan Manuel Santos en una reunión diplomática en Estados Unidos. Se trataba de un mapa antiguo del Caribe colombiano en el que aparecía la ubicación secreta del San José. Al principio nadie tomó en serio el regalo, pero después el Ministerio de Cultura y el Icanh se encargaron de reunirse con el equipo de Dooley, quien trajo documentos nunca antes conocidos de los archivos de La Habana, Jamaica y España. El lugar del naufragio aparecía como una isla que no existe.

Entonces, el proceso comenzó en serio. Dooley consiguió al inversionista inglés Ross Kevin Hyett, quien aceptó financiar la expedición a todo riesgo, para adelantar las exploraciones. Tras una larga etapa jurídica y de planeación mantenida como secreto de Estado, pero totalmente registrada en actas y grabaciones, los investigadores definieron el polígono a explorar y las autoridades dictaron las medidas necesarias, como la Resolución 1456 del 26 de mayo de 2015 del Ministerio de Cultura.

Como se trata de un equipo reservado, el gobierno contactó a su homólogo estadounidense para que le facilitara el acceso a un vehículo submarino autónomo (AUV, por sus siglas en inglés) dotado de sonar y cámaras. Washington autorizó a la empresa Woods Hole Oceanographic Institution, que se lo alquiló al gobierno a razón de 100.000 dólares diarios. El ARC Malpelo, con ese y otros equipos, zarpó de Cartagena en junio de 2015. Además de la gente de la Armada y del director del Icanh, Ernesto Montealegre, a bordo estaban Dooley; Gary Kozac, investigador encargado del sonar que trabajó en la exploración del Titanic; y Mike Purcell, operador del AUV, entre otros.

Todos los tripulantes firmaron una estricta cláusula de confidencialidad. Al cabo de tres semanas, luego de barrer la mitad del polígono y cerca de devolver el AUV, no apareció ninguna anomalía en el lecho marino. La expedición había gastado 4 millones de dólares sin éxito y la continuidad del proyecto estaba en entredicho. El último día llamaron a Hyett, quien dijo: “En la otra mitad está el ciento por ciento”. De inmediato programaron una nueva expedición que zarpó en noviembre, para explorar el segundo polígono. El primer día de exploraciones apareció una gran anomalía, que tras un par de días más, se comprobó. Era el San José.

La tripulación estuvo cuatro días en altamar incomunicada, para que no se filtrara la información. Por fin hablaron, en desarrollo del protocolo acordado, con Mariana Garcés, ministra de Cultura, que estaba en Providencia. Luego, ella le comunicó la noticia al presidente, que estaba en un viaje oficial en Europa. Tras su regresó le anunció al país el hallazgo del mítico San José, el 4 de diciembre de 2015.

Con el hallazgo, comenzó el trabajo de estructurar la operación científica, a la par de los puntos fundamentales de una alianza público-privada. “Hemos impuesto los más estrictos protocolos y procedimientos porque para nosotros el San José no es un botín, sino una pieza fundamental de nuestra historia colonial. Lo que hagamos va a marcar nuestro camino, y seguramente el de otros países, acerca de cómo hacer estas operaciones arqueológicas sumergidas. Puedo decir que difícilmente algún país, incluso miembro de la Unesco, tiene un camino como el que diseñamos”, dijo el director del Icahn.

“Fueron tres años de intensa negociación, en muchas ocasiones todo estuvo a punto de romperse por nuestras exigencias o las de los ingleses. Teníamos claro que ante todo debíamos proteger el patrimonio”, reveló una fuente que hizo parte del equipo.

Si bien MACS hizo el denuncio y tiene prelación, todo el proceso se adelanta como una especie de licitación, en el que cualquiera puede presentarse. En caso de que otra empresa haga una mejor propuesta, MACS tiene el derecho de mejorarla. Pero si esto no ocurre, quien gane el concurso deberá seguir lo ya acordado y reembolsarle los gastos incurridos hasta ahora.

El contrato establece que el operador se compromete a invertir 197.727 millones de pesos o su equivalente en dólares para excavar, recolectar y conservar los vestigios encontrados en el yacimiento; construir un laboratorio especializado en arqueología marina y un museo (que la empresa administrará y usufructuará durante tres años); y hacer procesos de transferencia tecnológica al país.

Al contrario de lo que se ha dicho, no recibirá el 90 por ciento de todo lo que no sea patrimonial, es decir, lingotes de oro y plata, monedas y piedras preciosas. En las negociaciones definieron una escala de cuatro rangos que establecen su retribución. En el primer rango se contempla que mientras lo encontrado en bienes no supere 455.739 millones de pesos, el operador recibirá el 45 por ciento. En adelante, entre 455.739 y 911.478 millones de pesos, el operador recibirá el 40 por ciento. Cuando lo rescatado oscile entre 911.478 y 1.519 billones de pesos, la empresa se quedará con el 10 por ciento. Y a partir de esta última cifra, la Nación se quedará con el cien por ciento del resto.

Como explica uno de los estructuradores de los rangos, “los porcentajes no son acumulativos, por lo tanto no le entregaremos el 95 por ciento de los bienes no patrimoniales del galeón. Esta fórmula se diseñó para que al final el concesionario reciba máximo el 30 por ciento de los bienes no patrimoniales y el 8 por ciento de los patrimoniales y no patrimoniales que recibirá el gobierno”. El generador de la APP recibirá monedas, lingotes y piedras preciosas, pero dentro de las negociaciones el gobierno estableció que puede recomprar cualquier pieza por su mismo valor o hasta el 25 por ciento de la parte que le corresponde al operador. Esto, para garantizar la conservación del patrimonio cultural. El Estado debe decidir qué hará con su parte no patrimonial, lo que sin dudas abrirá nuevas polémicas.

El debate sobre el rescate del galeón San José se ha centrado en el valor de la carga, que según los estudios puede ser de 10 millones de pesos de la época. Sin embargo, “más allá de los metales y piedras preciosas, el barco encierra un incalculable valor patrimonial que hemos tenido siempre presente a la hora de estructurar la APP. Nosotros dejamos claro en el pliego que este proyecto debe procurar la preservación de los bienes patrimoniales”, explica la ministra de Cultura.

Los trabajos por recuperar los vestigios durarán entre 3 y 6 meses. El barco tendrá una tripulación de 80 personas y Roger Rusel y un miembro del Icanh codirigirán el proyecto. La concesionaria siempre tendrá que consultar decisiones con el gobierno colombiano.

Una vez en el sitio de la excavación, el equipo instalará un sistema para permitir que 3 ROV se ubiquen en el yacimiento, disperso en un área de alrededor de 250 metros de ancho y 700 metros de largo (ver infografía). Los arqueólogos decidieron zonificarlo con el fin de comprender el proceso de formación del sitio y aplicar técnicas (excavación estratigráfica en profundidad y en extensión, recolección superficial, entre otras), seguidas por la reconstrucción tridimensional del sitio y el registro en alta resolución de cada uno de los bienes extraídos.

Todo lo excavado y extraído será grabado e inventariado mediante un software especializado, con un altísimo nivel de seguridad en el que nadie puede hacer alteraciones. Se depositará en unas cajas con un gel especial. Estas cajas, bajo estrictas medidas a cargo de la Armada, irán al laboratorio para su tratamiento, conservación y exhibición en la base naval, custodiadas por tres anillos de seguridad. En otras palabras, la posibilidad de hurto o pérdida es cero.

Las próximas semanas son cruciales para el gobierno y para Colombia, que deberá enfrentar la batalla que se avecina con España, la Unesco y otras países que quieren quedarse con el San José y alguno de los más de 1.100 naufragios que hay en los mares y ríos nacionales. Una batalla que tiene su frente interno en la campaña de un grupo de antropólogos y la Procuraduría, que consideran que hay que rescatar al San José con recursos públicos y no por medio de una APP.

No olvide leer: Contrato para recuperar el Galeón San José debería darse después de elecciones

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Via: Semana.com

Contrato para recuperar el Galeón San José debería darse después de elecciones

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Identificación de objetos y dimensiones aproximadas del sitio a partir de análisis de imagen de sonar de barrido lateral de sitio. Captura de pantalla de video YouTube Presidencia de la República.

El procurador General de la Nación recomiendo una revisión estricta de la adjudicación del contrato.

En ocho puntos dirigidos a la ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, el procurador General de la Nación, Fernando Carrillo Flórez, recomendó al Gobierno Nacional una revisión estricta de la adjudicación del contrato de recuperación del galeón San José, sumergido frente a las costas de Cartagena desde el siglo XVIII.

El procurador explicó que es indispensable un blindaje jurídico del patrimonio que podría haber en el galeón y manifestó su inconformidad por el proceso de constitución de una Asociación Público Privada (APP) en época electoral. También destacó la urgencia de tener en cuenta recomendaciones del organismo global que protege el patrimonio cultural, es decir, la Unesco.

Por Ley de Garantías

Carrillo Flórez escribió que a los proyectos APP, se les aplicarían las restricciones del artículo 33 de la Ley 996 de 2005, norma que prohibe la contratación directa hasta la elección del presidente de la República, por lo que la celebración del contrato solo procedería después de las elecciones presidenciales.

“Hay que respetar la ley de garantías, que inhabilita cualquier tipo de contratación del Estado en esta época”, destacó.

“No hay reglas claras”

El procurador resaltó que la figura de APP plantea algunos riesgos en la protección del patrimonio que deberían blindarse antes de efectuar la contratación, entre ellos el esquema de remuneración, pues prevé el reconocimiento de un porcentaje de los bienes recuperados que no sean declarados como patrimonio cultural y derechos para el privado.

El Ministerio Público recomendó revisar la interpretación de estas disposiciones, “en especial para realizar los ajustes o precisiones que fueren del caso en el proyecto, evaluando si la entrega de un porcentaje de los bienes recuperados que no constituyan patrimonio cultural, se hace en calidad de aporte en especie por parte de las entidades estatales”.

Finalmente, el ente sugirió que la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado prevea los posibles problemas judiciales que surjan y también la forma como se defenderían los derechos patrimoniales, en caso de que ocurran acciones que lo pongan en peligro.

Colprensa

Así se va a rescatar el ‘tesoro’ del Galeón San José

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Con altísima tecnología, Colombia hizo una imagen del barco que está a 600 metros de profundidad

Por: Olga Lucía Martínez Ante | 25 de abril 2018 , 12:41 a.m.

Se ven pequeñas, pero ahí están. Se trata de un buen número de tazas de origen chino. A su alrededor, los cañones del galeón San José, hundido por barcos ingleses el 8 de junio de 1708 cerca de Cartagena, en el mar Caribe. Más allá, se aprecian nítidas ánforas, una de ellas del Cusco.

La imagen es el resultado de juntar 6.000 fotos tomadas a 600 metros del fondo del mar. Cada una se hizo con un submarino autónomo que recorrió cada objeto a una altura de 80 centímetros, sobre el lecho del mar. Es la primera vez que se puede observar la totalidad de la embarcación.

En el fondo marino están estos vestigios arqueológicos que Colombia quiere rescatar con una APP (Asociación Público Privada). Las fotos dan una idea de cómo quedó el barco. Hundido, sin su proa, al parecer destruida por los cañonazos del ataque.

Al día de hoy está abierta la licitación para que un originador adicional a Maritime Archaeology Consultants Switzerland AG entre a competir. La licitación se cerrará el 25 de mayo próximo.

El ganador deberá hacer la exploración, intervención, preservación y divulgación y aprovechamiento de lo que Colombia considere que es patrimonio nacional, que puede ser todo lo que se extraiga.

“Rescatarlo no es tarea fácil”, dice Ernesto Montenegro, director el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh). Aunque será como una excavación en tierra firme, el hecho de que esté a unos 600 metros de la superficie marina, en medio de la absoluta oscuridad, y a donde el ser humano no puede ir, obliga a utilizar una tecnología de punta.

Como en cualquier excavación, el área se rodeará. Y a su vez, el espacio donde está la mayoría de los objetos, se dividirá en diez subáreas, “para obtener la información arqueológica más relevante del sitio y optimizar la metodología necesaria para la investigación”, informa Montenegro.

En cada una se trabajará removiendo el sedimento con gran cuidado y recogiendo los objetos con robots. Cada una de las aproximadamente 10 millones de piezas se meterán en una bóveda con gel para evitar su deterioro. Luego irán al barco y de allí al laboratorio.

“Aquí se determinará la singularidad y la representatividad de los objetos que se recuperen. También hay factores como la repetición (de monedas y objetos), el estado de conservación y su importancia científica y cultural”, dice Mariana Garcés, ministra de Cultura.

Garcés explica que este es el proyecto más ambicioso que emprenda el país en el ámbito de la ciencia.

En cuanto a la ganancia para el originador, esta se basa en lo que puede obtener de lo que no es patrimonio, “que será hasta el 50 por ciento del valor de los bienes que no constituyen valor cultural”, se lee en un documento del Ministerio.

De acuerdo a lo que el Consejo Nacional de Patrimonio defina qué es de interés cultural, se irán acomodando los porcentajes del originador que, incluso, como dice Juan Manuel Vargas, del departamento jurídico del Ministerio, “podría no ser nada y solo conseguir el aprovechamiento del museo por un tiempo de tres años”. El valor del monto del proyecto es de 197.727’182.757 de pesos

La ministra de Cultura cuenta que esta aventura comenzó cuando un antropólogo le hizo entrega al presidente Juan Manuel Santos, en un viaje a Estados Unidos, de un mapa con las posibles coordenadas. Santos, que en su juventud hizo parte de la Armada, envió al arqueólogo al Ministerio de Cultura y tras una reunión le dijeron que debía conseguir una empresa dedicada a este fin para determinar si era o no el San José.

En el 2015, desde el buque ARC Malpelo se realizaron los registros marinos en áreas definidas con un vehículo autónomo subacuático y en distintas frecuencias, para a través de varios estudios determinar la existencia de objetos, especialmente de artillería.

Esos estudios se realizaron en un área de 20.000 metros cuadrados. Se determinaron cuatro sitios de concentración de materiales arqueológicos. Después del 25 de mayo, cuando se conozcan los licitantes adicionales al originador se determinará quién acompaña a Colombia en el proyecto.

Se han escuchado voces que han entrado en una discusión de si la forma como se haría el rescate es la más apropiada. La Convención del Mar de la Unesco dice que un barco hundido es del país del que sea su bandera y que recomienda la conservación en el lugar donde está. Pero Colombia no está obligada porque no es firmante de este tratado.

Jurídicamente, la decisión más reciente es de la Corte Constitucional, de febrero pasado, en la que ratifica que “las piezas provenientes del presunto hallazgo del galeón San José que sean declaradas patrimonio cultural sumergido pertenecen a la Nación”.

Y ahora, por fin, se aprecia en su conjunto.

OLGA LUCÍA MARTÍNEZ ANTE
​Olgmar@eltiempo.com

Navegue por la cubierta del Galeón San José

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Por primera vez se ve el galeón San José tras unir 6.000 fotografías.

Descripción:

1. Cañones: Los cañones del Galeón San José son de bronce, estos tienen un número de registro y el escudo de la Corona española, esto permitió determinar que eran del galeón y miden 9x12x16 pulgadas

2. Tazas provenientes de China. Desde ese entonces había un comercio entre China y Panamá. Están en la superficie y no tienen sedimentación.

3. Metate: utensilio usado por los indígenas para moler el maíz, no estaba en la cocina, por lo que se presume que se tenía como adorno.

4. Jeringas francesas y clavos.

5. Dormitorio del capitán: vasenilla que solo usaba el comandante de la embarcación, había loza, platos y vasijas.

6. Vasijas.

7. Arganeo (anillo) de un ancla.

Haz clic para ver en grande los detalles

Infografia: Eltiempo.com

 

El último combate del San José

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Después de combatir a boca de fuego durante más de hora y media contra el buque inglés HMS Expedition de 74 cañones, el San José -de 62 cañones- seguía presentando batalla mientras las sombras del anochecer cayeron sobre el mar cerca de Cartagena de Indias. En pleno combate, el San José estalló y de su entera tripulación de 600 hombres apenas se salvó media docena. Ante la preocupante noticia de que Colombia puede rescatar y poner a la venta el 80% del galeón que es también una tumba de guerra, recuperamos el relato de cómo fue el último combate del San José.

Publicado por Agustín Ramón Rodríguez González

El último combate del San José

El “San José”, como su gemelo y compañero hasta su fin, el “San Joaquín”, había visto contratada por la Corona su construcción en 1696, en el astillero de Usurbil, no lejos de San Sebastián, botándose y entregándose ambos buques dos años después, y siendo ambos destinados a custodiar las Flotas de Indias. Su armamento, más bien débil para la época y para su porte, era de 26 cañones de a 18 libras de bala, otros tantos de a 10 libras y ocho o diez de seis libras en cubierta, más pensado para enfrentarse a corsarios que a buques de línea enemigos.

Popa del San José, según plano del Archivo de Indias.Cortesía de D. Enrique García-Torralba
Popa del San José, según plano del Archivo de Indias.Cortesía de D. Enrique García-Torralba

Ambos buques fueron a Cádiz, y ante el estallido de la guerra de Sucesión Española, contribuyeron a la defensa del puerto y de la plaza ante el ataque y desembarco de la escuadra angloholandesa del almirante Rooke, distinguiéndose en la victoria el ya viejo marino D. José Fernández de Santillán, Caballero de la Orden de Alcántara, que recibió por sus servicios el condado de Casa-Alegre y el mando, que ya tenía, de la Flota de Tierra Firme.

En plena guerra, y ante el dominio del mar de las escuadras angloholandesas, el anual viaje de la Flota se fue retrasando, hasta que una relativa calma hizo que partiera en 1706, con los dos navíos mencionados, transcurriendo la travesía sin novedad, unidas ahora las de Nueva España y Tierra Firme para más seguridad. La vuelta fue más lenta, pues tenía que confluir en Panamá, en las ferias de Portobelo, con las mercancías traídas por la Flota del Mar del Sur, desde Callao, cargas que atravesaban el itsmo por tierra, celebrándose en el puerto citado la consabida feria.

Los ingleses no tardaron en saber del caso, y para interceptar aquel valioso convoy, enviaron al comodoro Charles Wager, al frente de una escuadrón compuesto de los navíos “Expedition”, insignia y de 74 cañones, “Kingston”, de 60 y el más pequeño “Portland”, de 50, así como la fragata “Severn”, de 44 y un brulote o embarcación incendiaria, el “Vulture”, de ocho cañones. Cabe señalar que el buque insignia inglés era mucho más potente que el español, pues su batería baja era de cañones de a 24 libras de bala, mucho más contundentes que las españolas de a 18.

Pero Wager no sabía si los españoles pensaban dirigirse a Cartagena de Indias o a La Habana, en su viaje de regreso a España y como escala previa, así que extremaron la vigilancia.

Aparte de problemas burocráticos y relacionados con las alteraciones de los precios en la feria por el ya tradicional contrabando, el jefe español se vió preocupado por el mal estado de sus barcos, haciendo el “San José” bastante agua, por lo que decidió recalar en Cartagena para su reparación, antes de abordar el largo y siempre difícil regreso.

Por fin salió la Flota de Portobelo, pero con pocos y malos vientos, que le obligaron a recalar ante las islas de Barú, cerca ya de Cartagena, en la atardecida del 8 de junio de 1708. Ninguno de los reiterados avisos que se les habían mandado sobre la presencia de la escuadra inglesa les pudo llegar.

Formaban la Flota española, lejos del número y poder de años muy anteriores, los dos navíos mencionados, siendo el “San José” la capitana o buque insignia y el “San Joaquín” el del segundo jefe, D. Miguel Agustín de Villanueva. Otro más, el “Almudena”, tuvo que quedarse en puerto por las averías, substituyéndole el buque de un naviero particular, el “Santa Cruz”, armado precariamente con 44 cañones, y la urca mercante “Concepción”, con solo 24 cañones. El resto eran unidades ligeras, los pataches de la época, no aptas para el combate entre buques mayores, y once mercantes, incapaces de una seria defensa.

El ataque británico no se hizo esperar, cambiando andanadas las dos agrupaciones y batiéndose el “Expedition” con el “San José” a menos de 60 metros durante más de hora y media, hasta que con la caída de las sombras, el buque español estalló al reventar su Santabárbara por una u otra razón, hundiéndose inmediatamente, de forma que de sus casi 600 tripulantes y pasajeros, apenas pudieron salvarse entre 5 y 11 personas, según las distintas relaciones de la época.

Ante aquel desastre, el resto de los ya muy inferiores buques españoles tuvieron que batirse en retirada, siendo apresado el mercante armado “Santa Cruz”, al mando de D. Nicolás de la Rosa, conde de Vega Florida, tras una más que heroica resistencia que duró hasta las cuatro de la madrugada, luchando solo contra tres enemigos, y perderse encallada la urca “Concepción”, al huir, si bien pudieron salvarse sus ocupantes y quemar el casco, para que no fuera apresado por el enemigo.

Por su parte, a la mañana siguiente, el “San Joaquín” reagrupó a los once mercantes, y tras desarbolar a uno de sus perseguidores y utilizando habilmente su conocimiento de los fondos costeros, lograron entrar en Cartagena con más o menos averías el primero e intactos los indefensos cargueros por los que se había sacrificado la escolta.

Los británicos quedaron bastante defraudados pese a su triunfo, pues el “San José” se hundió con toda su carga y el “San Joaquín” logró escapar, y era costumbre que el oro y la plata se embarcasen precisamente en los buques de guerra, para mayor seguridad y control, por lo que el botín en el “Santa Cruz”, único apresado, fue bien modesto para lo esperado.

Tal había sido su confianza en una victoria total, que el Almirantazgo separó del servicio a los capitanes de los dos navíos menores, Bridges y Windsor, por su floja actuación en el combate. Ascendió sin embargo a contralmirante a Wager, que empezó así una continua promoción que le llevaría a ser Primer Lord del Almirantazgo en los últimos años de su vida. Por cierto que ya había participado anteriormente en la toma de Gibraltar en esa misma guerra, en el gran combate de Vélez Málaga (donde resultó herido Blas de Lezo, aún guardiamarina) y en la toma de Barcelona, hasta entonces fiel a Felipe V.

Sir Charles Wager, en un retrato de época.
Sir Charles Wager, en un retrato de época.

Ese fue el combate que dio origen, presumiblemente, al hallazgo de estos días, en apretado resumen por la urgencia de la noticia, y utilizando como fuentes el clásico de Fernández Duro, “Armada Española”, tomo VI, páginas 89 y 90, y el libro de Pablo Emilio Pérez-Mallaina “Política Naval Española en el Atlántico, 1700-1715”, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Sevilla, 1982, páginas 48 y 49, que además de partes oficiales y relaciones de época, incluye documentación del Archivo de Indias. Sin mencionar el trabajo de la gran investigadora Carla Rahn Phillips sobre los dos navíos españoles, y la biografía del almirante español por su heredero, ambos de reciente aparición.

Restos encontrados del Galeón San José
Restos encontrados del Galeón San José

Tesoros del Galeón San José se perderían según los pliegos

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Algunos tesoros de galeón San José se perderían según los pliegos: Veeduría

Según la veeduría Nacional, el ‘originador’ podría quedarse con 50% de lo que no sea declarado bien cultural

Francisco Hernando Muñoz Atuesta, director general de la Veeduría Nacional para el control social del patrimonio cultural sumergido de Colombia, hizo la advertencia después de revisar los pliegos de condiciones para la extracción, manejo, estudio y exhibición del pecio del galeón Señor san José, descubierto en aguas cercanas a la ciudad de Cartagena de Indias.

En este pliego de condiciones publicado el 23 de marzo se encuentra compuesto por 27 documentos;

“algunos de considerable extensión con todos los pormenores de la contratación y los roles a cumplir por parte de los diferentes estamentos que formarán parte de este magnifico proyecto, en el cual, la ciudad de Cartagena de Indias tendrá especial protagonismo”, señaló Muñoz.

El objeto de estos pliegos es: Seleccionar la Oferta más favorable para la Adjudicación de un (1) Contrato de Concesión bajo el esquema de APP, cuyo objeto es la: “Intervención, provechamiento económico, Preservación y divulgación del Hallazgo por parte del Concesionario; así como el diseño, la construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura pública asociada, la cual se compone de un laboratorio para la conservación de materiales y un Museo que permita la divulgación y apropiación del patrimonio cultural de la Nación.”

“En resumen ,el proyecto se aprecia bien estudiado. Aunque seguimos ignorando un asunto de mayúscula importancia, el cual no hace parte del tema contemplado en estos pliegos, como es que seguimos sin saber la participación que el gobierno determinará para del ‘Originador’ sobre los bienes que no sean determinados como patrimonio cultural”, agregó Muñoz.

Igualmente, preocupa a la Veeduría Nacional para el Control social del patrimonio cultural, “que no se respete la politica estatal de Colombia, sobre patrimonio cultural sumergido, que es la política de preservación del patrimonio, y se mantenga la determinación de fragmentarlo, para oprobio de la Nación”, dijo.

Para la veeduría, la ley contempla la posibilidad que sobre este patrimonio se declare el “principio de unidad” y sea preservado en su totalidad, sin embargo, “la misma ley garantiza el despojo cuando determina que el ‘Originador’ podrá percibir hasta un 50% del total de los bienes que no sean declarados patrimonio cultural y que de ese 50 %, si la Nación quisiese preservarlo, recurriendo para ello a pagarlos en efectivo, como está contemplado en la misma ley, solo podrá adquirir una cuarta parte, es decir, el 25% del 50% del total de los bienes que no fueren declarados como “Patrimonio Cultural de los colombianos”que le hayan sido reconocidos al “Originador” como participación por haber hallado el Galeón. En sintesis ¾ partes, de lo entregade en contraprestación al “Originador” no tienen forma de recuperarse”, dijo Muñoz.

“Esta Veeduría Nacional para el control social del patrimonio cultural sumergido de Colombia, hará cuanto esté a su alcance para que se preserve hasta la última astilla de madera del galeón Señor San José, no solo como patrimonio cultural de los colombianos, sino como patrimonio cultural de la Hispanidad, ya que este Galeón es único en la pluralidad de su contenido y representa culturalmente a todos los hispanohablantes, desde México al Argentina, desde España a las Filipinas”, puntualizó.

Via: Caracol Radio

Estiman rescate del Galeón San José en US$71 millones

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El rescate del galeón San José costará más de US$71 millones

El Ministerio de Cultura publicó los pliegos en los que se detallan los pormenores para los interesados en sacar del lecho marino los tesoros del pecio, y se indica que se realizará a través de una asociación público privada (APP) “sin desembolso de recursos públicos“.

El rescate del galeón San José, hundido frente a las costas de Cartagena de Indias en el siglo XVIII, tendrá un costo de $197.700 millones (unos US$71,3 millones), según la licitación del Ministerio de Cultura de Colombia.

El despacho oficial publicó los pliegos en los que se detallan los pormenores para los interesados en sacar del lecho marino los tesoros del pecio, y se indica que se realizará a través de una asociación público privada (APP) “sin desembolso de recursos públicos”.

El documento agrega que a través de la APP también se busca “la intervención, preservación y aprovechamiento económico de los bienes que se encuentran en el polígono autorizado en el mar Caribe“.

Igualmente, incluye “el diseño, la construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura pública asociada, la cual se compone de un laboratorio para la conservación de materiales y un museo que permita la divulgación y apropiación del patrimonio cultural de la Nación”.

Según el Ministerio de Cultura, el proyecto representará una fuente económica, cultural, científica y académica de gran valor para la sociedad de Cartagena generando condiciones para aumentar el nivel educativo.

“Es previsible que por su importancia histórica, científica y cultural las infraestructuras de preservación y divulgación atraigan un alto número de público en general y especializado de visitantes extranjeros”, dice el documento.

El ministerio ha señalado “la intención” de adjudicar el contrato a Maritime Archaeology Consultants Switzerland AG “si no existieren otros interesados en la ejecución del proyecto”.

Esa compañía, agrega el despacho, presentó una iniciativa de asociación público-privada y forma parte de la “lista de precalificados”.

Sin embargo, al Ministerio aclara que de todos modos “el Gobierno evaluará con sus equipos técnicos todas las propuestas y aprobará la más conveniente para el Estado colombiano de conformidad con los pliegos”.

El legendario galeón San José fue hundido por una flota de corsarios ingleses el 8 de junio de 1708 en las cercanías de Cartagena de Indias, hacia donde se dirigía cargado, según crónicas de la época, con cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata, que había recogido en la feria de Portobelo (Panamá).

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció el 4 de diciembre de 2015 que el pecio del San José había sido hallado en el fondo del mar Caribe.

Desde el hallazgo han surgido disputas entre España y Colombia por la titularidad del galeón, ya que el país europeo aduce que la Unesco le ampara pues se trata de un “barco de Estado“.

Sin embargo, las partes han expresado su voluntad de alcanzar un acuerdo “amistoso”.

Via: EFE

Estiman 3 años para recuperar contenido del Galeón San José

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Excavación en el galeón San José duraría de dos a tres años

El proceso, que debe adelantarse a más de 700 metros de profundidad, requiere tecnología robotizada y debe tener un meticuloso registro arqueológico.

Con el fallo del Consejo de Estado que ratifica lo dicho antes por las otras dos altas cortes, la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional, hay una mayor seguridad jurídica y administrativa sobre la propiedad de la Nación colombiana de los hallazgos que se puedan hacer en el galeón San José, que se encuentra sumergido en las costas de Cartagena.

De acuerdo con el profesor José Luis Socarrás, director de la carrera de arqueología de la Universidad Externado de Colombia, la decisión tomada por el Consejo de Estado es un importante respaldo a los pronunciamientos anteriores.

“Es la tercera corte que se pronuncia en el mismo sentido, señalando claramente que el contenido y los bienes que se encuentren en el Galeón u otros naufragios son inalienables, inembargables, imprescriptibles, y que pertenecen a la Nación colombiana. Lo que hace realmente es ratificar esos fallos que ya existían”, explica Socarrás.

¿QUÉ HABRÍA AL INTERIOR DEL GALEÓN?

Con este respaldo del máximo tribunal de lo contencioso administrativo, Colombia ratifica su propiedad sobre los elementos que se encuentren en el punto arqueológico determinado por el área circundante al naufragio del galeón que fue hundido en el siglo XVIII. Si bien se dice que para ese momento a bordo de la embarcación se encontraba un importante cargamento de metales y piedras preciosas, también hay importantes elementos con valor histórico, cultural y arqueológico en su interior.

“El contexto arqueológico en el que estamos, está conformado por los sedimentos en los que se encuentra la embarcación, por la estructura misma del barco (componente fundamental en el sentido arqueológico) y están los objetos muebles que responden a la carga de la embarcación, de los pasajeros y la tripulación. Eso incluye una infinidad de objetos”, indica el académico.

“También hay evidencias de armas, como los cañones de la embarcación, espadas y otras armas cortas”, detalla Socarrás.

Agrega que “hay un cargamento importante de lingotes, monedas de oro y plata, y probablemente piedras preciosas, como esmeraldas, que es alrededor de lo cual más se polemiza y se habla en medios. Para los arqueólogos, estamos hablando de un contexto en el que, además de estos bienes muebles, está la estructura del barco y el contexto mismo que contiene el sitio arqueológico”.

ESTE ES UN PROCESO ÚNICO

El director del programa de Arqueología de la Universidad Externado afirmó que el rescate de los elementos y del galeón como tal constituyen un ‘proceso único’ pues sería la primera vez que se aborda, con criterios eminentemente científicos, una embarcación de esta envergadura y a esta profundidad.

“Se estima que el galeón se encuentra a más de 700 metros de profundidad en las aguas del Caribe, y por lo tanto se requiere tecnología robótica y de sensores remotos para extraer los objetos del lecho marino”.

A estas condiciones extremas de trabajo se suma el proceso que debe hacerse con el mayor cuidado para lograr la extracción de los elementos sin eliminar la información de importancia histórica y cultural.

“No sabemos cuánto dure la investigación arqueológica, de todas maneras todo proyecto de arqueología tiene unos tiempos muy dilatados debido a que la excavación arqueológica implica destrucción. Un arqueólogo mientras excava el contexto lo va destruyendo, por lo tanto tiene que hacer procesos minuciosos de registro fotográfico, de dibujo y de video, para garantizar la integridad de ese contexto a la hora de hacer las interpretaciones. Yo estimo que el proyecto pueda durar dos o tres años de investigación continua”, aseguró el profesor.

Consejo de Estado: Patrimonio del Galeón San José no se puede embargar

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El patrimonio que se encuentre será de propiedad de Colombia, determinó el tribunal

La Sala Plena del Consejo de Estado determinó que el Patrimonio Cultural Sumergido que eventualmente se encuentre en el lugar del naufragio del Galeón San José, pertenece a la Nación.

La Corporación explicó que cuando se haga la recuperación efectiva del naufragio, será el Consejo Nacional del Patrimonio Sumergido el que tiene la competencia para definir si hay algo que pueda considerarse un tesoro y para determinar qué tipo de bienes constituyen patrimonio sumergido.

“A la fecha de expedirse esta sentencia aún no se ha encontrado naufragio alguno en el sitio exacto (…) En caso de que ello ocurriere, las normas hoy vigentes han precisado que el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural es la única entidad competente para decidir cuales bienes de un hallazgo han de ser considerados patrimonio cultural sumergido, sin más condicionamientos que los impuestos por los criterios de representatividad, singularidad, repetición, estado de conservación e importancia científica, tal y como lo indicó la Corte Constitucional en la sentencia C-264 de 2014”, dice el fallo.

Y aclaró que:

“bienes que el Consejo considere excluidos de la categoría de Patrimonio Cultural Sumergido, se regulan por las normas del Código de Comercio y los artículos 710 y concordantes del Código Civil en cuanto al salvamento”.

La determinación del Consejo de Estado se dio al negar una acción popular que buscaba tumbar la resolución 354 de la Dirección General Marítima y Portuaria (Dimar) del 3 de junio de 1982, que le dio el carácter de denunciante del Galeón San José a la empresa Compañía Glocca Morra, que tiene como cesionaria a la Sea Search, lo que le dio derechos de exploración y de propiedad sobre los hallazgos del Galeón pero en las precisas coordenadas que entregó en su momento y no en otras, como al parecer ocurrió.

Al negar la acción, la Sala Plena dejó intacta esta resolución y señaló que el patrimonio de la Nación no se encuentra en riesgo por el hecho de que la Dimar haya reconocido que la Sociedad Glocca Morra Company puede ser denunciante de tesoros en relación con ese probable hallazgo.

Esto, porque, aunque inicialmente se creía que la resolución generaba confusiones al equiparar los conceptos de “tesoro” y de “especies náufragas”, esto quedó subsanado con un fallo de la Corte Suprema de Justicia del 2007 que determinó que los bienes que integran el patrimonio histórico, cultural y arqueológico, incluido el submarino, que se hallen en las coordenadas exactas objeto de la Resolución 354 de 1982, serán amparadas por la autoridad nacional legalmente encargada de ello, y por tanto, no pueden ser considerados “tesoros”.

“La Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado considera que la Resolución 354 de 1982, que reconoció la calidad de denunciante a la sociedad Glocca Morra Company, sí fue una grave amenaza o riesgo de los derechos e intereses colectivos invocados en esta acción popular, pero con todo, la sentencia de la Sala Civil de Casación de la Corte Suprema de Justicia, al excluir de los posibles derechos de propiedad de la sociedad norteamericana, los bienes que sean clasificados como patrimonio cultural, histórico o científico, evitó en forma eficiente y oportuna cualquier daño contingente, peligro, o amenaza sobre los derechos e intereses colectivos cuyo amparo se ha solicitado”, dice el fallo.

La Sala se pronunció sobre una acción judicial que fue radicada por el director del Centro de Pensamiento sobre Mares y Océanos de la Universidad Nacional, Antonio José Rengifo, quien alegaba que la justicia de Colombia debía determinar, “cuál es la validez de esos derechos que le otorgaron a la Sea Search la condición de denunciante del Galeón San José, y con base en la cual esa compañía se ha sentido facultada y legitimada para demandar al Estado colombiano para que se le reconozca el 50% de la carga del Galeón”.

El San José, hundido de un cañonazo por piratas ingleses, era un barco insignia de la Armada española del siglo XVIII que llevaba en su bodega varias toneladas de doblones, barras de oro y de plata, así como toneladas de joyas y piedras preciosas.

“El derecho colectivo relacionado con la defensa del patrimonio cultural, histórico, arqueológico, o patrimonio cultural sumergido, es objeto de salvaguarda judicial reforzada aunque los hechos causantes de su amenaza o vulneración hubiesen ocurrido con anterioridad a la vigencia de la Ley 472 de 1998. Esto, porque a la luz de los artículos 63 y 72 de la Constitución Política, dicho patrimonio pertenece a la Nación, es inalienable, inembargable e imprescriptible y está bajo la permanente protección del Estado, si los efectos nocivos son actuales y persistentes”, dice la sentencia.

Esta es la sentencia del Consejo de Estado

Colprensa

Consejo de Estado decidirá sobre el Galeón San José

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En 2018, Consejo de Estado decidirá sobre el Galeón San José

Uno de los primeros temas que debatirá el Consejo de Estado cuando reanude sus funciones a mediados de enero, será la suerte que correrá el tesoro que está hundido en el Galeón San José, en aguas de la Costa Caribe cerca a Cartagena.

El alto tribunal deberá definir la resolución 354 del 3 de junio de 1982 de la Dirección General Marítima y Portuaria (Dimar) que beneficia con derechos de adquisición a la sociedad norteamericana Sea Search Armada.

La ponencia del magistrado William Hernández de la Sección Segunda señala que compartir los derechos sobre el tesoro violaría “la defensa del patrimonio público y el patrimonio cultural de la nación en especial el cultural sumergido”.

Paro el escritor y periodista Nelson Fredy Padilla, el Consejo de Estado sentará jurisprudencia y dará recomendaciones al Estado colombiano sobre “ratificar que la propiedad del tesoro es de los Colombianos como está previsto en la Constitución”.

Sin embargo, señaló que una vez el tesoro sea rescatado del mar, Estados Unidos podría activar las demandas y “estarán listos para embargar cualquier bien que sea subido a flote en Cartagena, lo que diga el Consejo de Estado se podría tener en cuenta, pero no cambiará el panorama frente al tesoro y el rescate”.

El Galeón está hundido desde el 8 de junio de 1708 a varios kilómetros al oeste de Cartagena con 200 toneladas de oro, plata, esmeraldas y tesoros de las colonias del continente americano.

Via RCN Radio

Tesoro de los Quimbayas vs. Galeón San José

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Tesoro de los Quimbayas vs. Galeón San José, controversia del ministro de Educación de España

De acuerdo con la declaración del ministro de Educación, Cultura y Deporte de España, Íñigo Méndez de Vigo, la petición del gobierno colombiano a España para que le devuelva el Tesoro de los Quimbayas, atendiendo una sentencia de la Corte Constitucional, estaría amarrada a los requerimientos que el país ibérico ha hecho a Colombia sobre el galeón San José, hundido en el mar del Caribe frente a Cartagena.

El gobierno español está a la espera de recibir una solicitud oficial de Colombia acerca de la devolución del Tesoro.

Méndez dijo que el gobierno español está a la espera de recibir una solicitud oficial de Colombia acerca de la devolución del Tesoro, advirtiendo que las relaciones entre los dos países son muy buenas, pero recordó que “en ocasiones hemos tenido alguna controversia como el galeón San José, donde también España tiene una posición y no siempre es atendida”.

Para los expertos en negociaciones diplomáticas, la declaración de Méndez es un adelanto de lo que será la controversia entre los dos países cuando se haga oficial la reclamación colombiana, como lo ordenó la Corte Constitucional. La lectura de los consultados es:

“Nosotros les devolvemos el Tesoro de los Quimbayas y ustedes nos dejan intervenir en el rescate de nuestro galeón San José”.

“En todo caso nosotros haremos lo que se hace siempre y más con los amigos que queremos y es que cuando nos llegue un requerimiento por parte del gobierno de Colombia lo estudiaremos con gran atención”, dijo Méndez al conocer la noticia de la Corte Constitucional de Colombia.

Por su parte, la canciller colombiana María Ángela Holguín ofreció ayer en Bogotá una rueda de prensa sobre el tema y dijo que no ha sido notificada del fallo de la Corte Constitucional y anunció que una vez lo sea analizará con su equipo las determinaciones y los caminos a seguir, lo que se hará en concordancia con el Ministerio de Cultura.

Le puede interesar: La providencia de la Corte Constitucional donde le pide al gobierno que solicite a España la repatriación del Tesoro de los Quimbayas es un triunfo de la Academia de Historia del Quindío

También dijo que no existe ninguna instancia internacional a la que el gobierno de Colombia pueda llevar el caso, para que se le obligue a España a devolver el Tesoro, y, por tanto, el tema pasa por una negociación entre los dos países. Esta tesis de la ministra ratifica el planteamiento de la controversia que ha surgido entre los dos países, en el sentido de negociar la devolución del Tesoro de los Quimbayas por la intervención de España en el rescate del Galeón San José.

Sea Search Armada pide arbitraje internacional

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Sea Search Armada
Jack Harbeston, the managing director of the salvage firm Sea Search Armada, shows the location of the Spanish galleon San Jose as he poses for a portrait, Thursday, May 24, 2007 at his house in Bellevue, Wash. Sea Search Armada has been involved in a 20-year legal battle against Colombia's government, over claims to the Spanish galleon San Jose's loot, that has been lying on the ocean floor off Colombia for three centuries. (AP Photo/Andrei Pungovschi)

Piden arbitraje internacional obligatorio para galeón San José

La firma estadounidense Sea Search Armada dice que el gobierno evade solicitud de verificación in situ y que demandará Asociación Público Privada para el rescate.

El mapa de la propuesta de verificación reducida que ahora propone la firma norteamericana Sea Search Armada en la zona donde fue encontrado el galeón San José.
El mapa de la propuesta de verificación reducida que ahora propone la firma norteamericana Sea Search Armada en la zona donde fue encontrado el galeón San José.

En cartas enviadas al presidente Juan Manuel Santos y a la ministra de Cultura, fechadas el pasado 8 de agosto y el 24 de julio, la multinacional norteamericana Sea Search Armada -que defiende derechos sobre parte de la carga del galeón San José- pide al gobierno aceptar un arbitraje internacional para dirimir el litigio que sobre el galeón colonial sostiene con el Estado colombiano desde hace 35 años.

Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo de verificación directa en inmediaciones de las Islas del Rosario, apenas a 12 millas náuticas de Cartagena, SSA propone como último recurso:

 “que las partes acudan a un arbitraje técnico internacional, de carácter obligatorio, que conforme a las circunstancias de la época determine la extensión de la vecindad inmediata que en 1982 se denunció como lugar de ubicación del naufragio”.

Se refiere a que desde ese año ellos denunciaron la posible localización del San José en el mar Caribe colombiano en unas coordenadas que fueron reconocidas por la Armada Nacional y validadas por un fallo de la Corte Suprema de Justicia de 2007, en el que le otorgó a esa firma busca tesoros derechos sobre la mitad de lo que el Consejo Nacional de Patrimonio considere tesoro (objetos repetidos comercializables) más allá del respeto del patrimonio cultural sumergido que es propiedad única de los colombianos.

Se lee en las cartas:

“en el área que resulte de ese arbitraje se realizaría la verificación. Se trata, sin duda, de un procedimiento imparcial, técnico, e inobjetable, si se quiere una solución pacífica, y se tiene fe en lo que se dice”.

Desde febrero 15 de 2017, cuando se reunieron en Bogotá representantes de SSA, la Dirección marítima de la Armada (Dimar) y el Ministerio de Cultura, se ha intentado sin éxito llegar a un acuerdo para que delegados de SSA vayan al lugar donde, según el gobierno de Juan Manuel Santos, se encontró el naufragio a fines de noviembre de 2015.

“El objeto de esa verificación es determinar con absoluta certeza si en 1982 se descubrió o nó el galeón San José. Si su resultado es negativo terminará en la práctica en favor de la Nación, el proceso iniciado el13 de enero de 1989 que aún cursa para algunas actuaciones posteriores a la sentencia. Pero si el resultado es positivo se deberá cumplir, sin más dilaciones, la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que hace 10 años resolvió definitivamente el litigio sobre la propiedad del naufragio”.

Danilo Devis, abogado apoderado general de SSA en Colombia y quien firma las cartas, asegura: “SSA probará que el nuevo descubrimiento se realizó en la vecindad inmediata de las coordenadas señaladas en el denuncio de 1982. Y se trata, por tanto, del mismo naufragio 33 años antes descubierto”. Y añadió: “el descubrimiento de 2015 fue una farsa. No era necesario ese derroche de tecnología que supuestamente se utilizó, dado que Whoi se limitó a redescubrir lo ya descubierto a partir de las coordenadas entregadas por SSA”.

El pasado 15 de julio el Ministerio de Cultura envió un mensaje a El Espectador en el que explicó: “el Gobierno ha estado dispuesto a realizar la verificación conjunta con SSA a las coordenadas denunciadas en 1982, para que esta firma constate que allí no hay ningún naufragio, sin que ello haya sido posible, exclusivamente por la pretensión de SSA de extender dicha verificación a un área de una gran extensión”.

No ha habido consenso sobre las áreas marítimas de verificación al haber sido rechazada una propuesta inicial de 100 millas náuticas cuadradas a partir de las coordenadas incluidas en el denuncio de 1982, que SSA alega que el gobierno usó para dar con el San José violando “garantía en una confidencialidad que nunca se cumplió”. En todo caso, el 24 de julio pasado esa firma aceptó disminuir el área en cuestión “con el propósito de colaborar en extremo con una verificación conjunta del naufragio” y le mandó al gobierno un mapa en el que “reduce tal extensión a las áreas delimitadas en color naranja en el gráfico que se adjunta -que es físicamente imposible no calificar de vecindad inmediata-, todavía incluye el descubrimiento de 2015, habida cuenta que este nuevo descubrimiento se produjo gracias a las coordenadas señaladas en el denuncio de 1982 como referencia para localizar el naufragio en su vecindad inmediata”. No valió la mediación de funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Bogotá. Ni el presidente ni la ministra han respondido a estas últimas solicitudes, pero una fuente allegada al caso da por hecho que el gobierno no aceptará el arbitraje.

El pleito se intensifica mientras el gobierno mantiene abierta una convocatoria, cuyos aspirantes tienen carácter secreto, para constituir una Alianza Público Privada, mediante la que espera garantizar que una firma calificada rescate el galeón, su tesoro y sus restos y los lleve a la superficie para la creación de un laboratorio de conservación y un museo en Cartagena.

El Espectador reveló que la entidad que localizó el naufragio en 2015 fue el Woods Hole Oceanographic Institution (Whoi), institución estadounidense que, según SSA, “asumió los costos del redescubrimiento de 2015 con el compromiso del contrato para el rescate. Pero no se le informó del embargo que se decretó desde 1994 sobre lo que se rescate de las áreas marítimas denunciadas en 1982”.

Aparte del Whoi, que se encargaría de la parte logística, hay inversionistas internacionales que pondrían el dinero necesario. SSA dice tener una información, no confirmada y que ha circulado en redes sociales, según la cual algunos serían patrocinados por el exprimer ministro de Gran Bretaña,Tony Blair, cercano al presidente Santos. Una fuente oficial dijo que el gobierno sólo se volverá a pronunciar cuando se anuncie contratista elegido para la APP. El Ministerio de Cultura, en comunicación a este diario, había dicho el mes pasado: “el no revelar la identidad del originador no puede atribuirse a una falta de transparencia como se asevera erróneamente, sino al cumplimiento de un deber legal, al cual el Gobierno no puede sustraerse”.

Expertos en arqueología submarina calculan que la firma que sea elegida deberá invertir al menos 20 millones de dólares en el rescate, asumiendo el riesgo de que su posible remuneración del 50% sobre lo que se determine como tesoro se enrede por cuenta del litigio entre el gobierno y SSA, que espera el embargo judicial de cualquier objeto que se suba a superficie y demandará la nulidad del contrato de la APP. Por ahora, lo cierto es que los beneficios que le pueda traer el galeón San José a los colombianos parecen tan lejanos como el 8 de junio de 1708, cuando la codicia de los ingleses por robarse su carga pudo más que la de los españoles por llevársela a los reyes de España.

Via: El Espectador

WHOI fueron los descubridores del galeón San José

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Woods Hole Oceanographic Institution – WHOI los descubridores del galeón San José

Aunque cualquier empresa interesada puede ofertar, el diaro Colombiano El Espectador revela la historia de la entidad que lo encontró a finales de 2015, y es la primera opción para asociarse con el Gobierno en la tarea de subir el tesoro a la superficie.

La misma tarde del 4 de diciembre de 2015, luego de que el presidente Juan Manuel Santos anunciara vía Twitter: “Gran noticia ¡Encontramos el galeón San José!”, el científico Jeff Kaeli no se aguantó las ganas de contar lo que había estado haciendo en Cartagena durante semanas y tuiteó en inglés: “¡Es oficial! Por esta razón he estado en Colombia! ¡Encontramos el Galeón San José!”.

Jeffrey W. Kaeli fue uno de los operadores del vehículo submarino no tripulado Remus 6000 que estableció las coordenadas exactas para confirmar que se trataba del galeón español hundido por los ingleses cerca de las Islas del Rosario el 8 de junio de 1708.

Dos días después la investigadora oceánica Amy L. Kukulya, amiga de Kaeli, reconfirmó en Twitter: “En Colombia se descubre el naufragio del legendario galeón español, encontrado por mis colegas @Whoi @remusauv”. La científica Loral O’Hara también dejó constancia de las buenas noticias desde “Columbia”: “@WHOI y Remus reportan descubrimiento del legendario galeón San José”. Horas después el propio Grupo Remus admitió: “Los Remus 6000 que faenan en aguas colombianas han encontrado los restos del naufragio del San José, 307 años después de su hundimiento”.

Testimonios como estos responden la pregunta que el Gobierno Nacional no ha respondido: ¿Quién encontró, con el apoyo de la Armada Nacional de Colombia, el naufragio? -El proceso de búsqueda y localización del “santo grial de los galeones de la Colonia” ha estado cobijado por el secreto que en esta fase prevén las normas de asociación público-privada con que se formalizará la operación de rescate antes de que termine 2017-.

Fue el Whoi, que es la sigla de la Woods Hole Oceanographic Institution, la firma de investigación oceanográfica privada más grande del mundo. La misma prestigiosa entidad que pasó a la historia por el descubrimiento del Titanic en septiembre de 1985, fruto de un trabajo paciente, respaldado por tecnología de punta, exhibida a cualquier turista en su sede principal en el pueblo de Woods Hole, Massachusetts, costa atlántica de Estados Unidos, cerca de Nueva York. Allí funciona el centro de educación e investigación Whoi, donde trabajan científicos de todo el mundo, incluidos colombianos financiados por Colciencias, comprometidos con la filosofía de quienes lo fundaron en 1930: explorar todos los océanos del planeta para beneficio de la humanidad y, en teoría, sin ánimo de lucro.

Como si se tratara de un parque de Disney, cualquiera puede recorrer la exposición sobre la emocionante búsqueda del Titanic y tomarse selfies en las réplicas del Knorr y el Alvin, los submarinos que localizaron y detallaron el famoso buque que se hundió en el Atlántico Norte a comienzos del siglo XX. Seguramente el hallazgo del San José se convertirá allá en una próxima atracción.

Una vez la Armada Nacional verificó que se trataba de los mejores oceanógrafos, durante 2015 designó al buque ARC Malpelo, el más moderno del país, para apoyar las labores en alta mar. El monitoreo del lecho marino del archipiélago del Rosario se dirigió con el Seabed Prince, “Príncipe de los fondos marinos”, un buque rojo y blanco, operado por la empresa Swire Seabed AS, construido en 2009 y parte del grupo Swire Pacific Offshore (SPO) desde febrero de 2012.

Desde su cubierta se manejaron vehículos no tripulados, cámaras de alta resolución submarina Schilling HD35, otras de la Inside Pacific Inc., aparte de otros equipos de precisión de la Palfinger Marine y Emepc 2094. Operarios con el emblema de Swire Seabed aparecen en los videos difundidos por el Gobierno desde finales de 2015, con uniformes color naranja, manipulando equipos UTEC DA 4G O 40. Había 70 tripulantes extranjeros.

A la plataforma de ese barco llegó el presidente Santos en el helicóptero de la Armada ARC 228, para recorrerlo bajo la guía de Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) y cerebro de la operación del lado colombiano. En la sala de mando lo pusieron al tanto del primer año de la fase de prospección: le mostraron los planos levantados del San José, con resaltados amarillos y morados, dependiendo de si se trataba de información confirmada o por confirmar, y en letras verdes las zonas de exploración marcadas con letras mayúsculas A y B, en las que se observan anotaciones como “verificar si hay palanquetas o enramadas”. Cada dato es confrontado con los documentos originales y sellados de la historia del galeón, digitalizados en el Archivo de Indias de Sevilla, España, donde está la historia de cada embarcación oficial de la Colonia, desde su fabricación hasta su hundimiento, así como el manifiesto de carga y hasta su inventario de cerraduras y llaves, así como la relación de tripulantes y viajeros.

Para cada objetivo, desde las arcas con tesoros, pasando por el armamento, hasta los restos humanos y las porcelanas, hay mapas de base, divididos por áreas delimitadas en gráficas digitales azules, con zonas amarillas y rojas marcadas por los sonares. Especialistas en mecatrónica, robótica, oceanografía, química y física aportan información. Una vez se decida el contratista que completará la asociación público-privada, la “exhumación” demandará unos seis meses.

Por ahora, quien tiene la primera opción es el Whoi, por ser el descubridor, el que arriesgó su capital para demostrar que podía hallar el San José. Sin embargo, el Gobierno convocó una audiencia pública en Cartagena el pasado 14 de julio para explicar que cualquier empresa interesada y calificada puede hacer una oferta para el rescate.

Del proceso está pendiente la firma estadounidense Sea Search Armada, porque desde 2007 la Corte Suprema de Justicia la declaró la descubridora de un naufragio que sería el San José -en coordenadas denunciadas por SSA desde 1982 y ratificadas por la Armada Nacional-, con derechos sobre la mitad de lo que se considere tesoro, es decir, los elementos repetidos o que no sean calificados como patrimonio sumergido inalienable por el Consejo Nacional de Patrimonio.

Según dijo el abogado de SSA, Danilo Devis, ellos no se presentarán como ofertantes, sino demandarán al gobierno y a su contratista y, mientras la disputa judicial por el San José se define, pedirán el embargo de cualquier objeto que sea subido a superficie. SSA ha intentado desde hace diez años realizar el rescate por su cuenta, con autorización colombiana, pero le han negado la expedición al lugar, en el caso del gobierno Santos porque asegura que localizó el galeón en un sitio distinto al que los norteamericanos habían reportado.

Ellos insisten en que vendrán en buques con bandera de Estados Unidos, el presidente Donald Trump notificado de por medio, para hacer valer sus derechos. La Armada colombiana activó anillos de seguridad y la ministra de Cultura, Mariana Garcés, será la encargada esta semana de hablar por primera vez del papel del Whoi y del futuro del naufragio que se convertirá en museo en Cartagena.

El Whoi se ha concentrado durante los últimos años en entender cómo afecta y afectará al mar el cambio climático, y las consecuencias sobre los seres humanos. La institución forma los científicos más importantes a nivel oceanográfico del mundo. Las mil personas con las que trabaja se especializan en vida oceánica, océano costero, océano y cambio climático, y exploración de los fondos oceánicos. Este último departamento es el que estaría encargado de ejecutar un acuerdo de trabajo con el Gobierno de Colombia para asesoría y transferencia de tecnología en todo el proceso de georreferenciación, inventario, estudio y rescate del galeón San José luego de 35 años de frustraciones y litigios.

Por eso el presidente Santos dijo el 5 de diciembre de 2015 que para esta misión lo asesoró del dream team de los océanos, como llaman al equipo que encontró el Titanic: científicos del Instituto de Arqueología Náutica estadounidense, de la Oficina Nacional de Santuarios Marítimos, del Centro de Recursos Submarinos y del ya mencionado Woods Hole, sumaron esfuerzos para garantizar el éxito de la expedición oceánica más exigente y de la cual hemos visto documentales desde que localizaron el naufragio hasta que lo reconstruyeron digitalmente en tercera dimensión sentando las bases de la arqueología marina moderna. Quienes trabajan en el proyecto San José, como en el Titanic, firmaron “cláusulas de reserva”.

Para una fuente de la Armada Nacional, que pidió omitir su nombre, conocer a estos expertos ha sido un honor. Aprendió cómo se halló y se sigue aprendiendo del Titanic, modelo que se está usando en el caso colombiano, aunque el trasatlántico está a casi 4.000 metros de profundidad y el galeón a mil.

La flota del Whoi incluye dos Remus 6000 y los robots Knorr y Alvin, aparte de los ultramodernos buques oceanográficos R/V Atlantis y R/V Oceanus, que cuentan con el apoyo, si lo piden, de la Marina de Estados Unidos. En caso de que se requiera submarino tripulado, el Whoi ofrece el R/V Tioga, un vehículo a control remoto por cable llamado Jason/Medea y vehículos autónomos como el Explorador Béntico Autónomo y el Seabed.

Desde que se fue a pique en 1912, con 2.224 pasajeros a bordo, el Titanic estuvo perdido casi un siglo en el fondo del mar hasta que, en septiembre de 1985, los restos fueron encontrados por el equipo liderado por Robert Ballard, científico que también habría sido consultado para oír su opinión sobre la forma como debe abordarse el San José. Desde el Knorr, Ballard ubicó al Titanic con base en la información del robot no tripulado Argos, que durante diez días había hecho un barrido del suelo marino.

En total se han hecho nueve expediciones al que se convirtió en el sepulcro de 1.514 personas y cada vez se desarrollaron más las posibilidades del Remus 6000 y del Remora 6000, los submarinos con aspecto de torpedo, no tripulados y que ahora están al servicio del proyecto del Gobierno de Colombia, equipados con cámaras fotográficas, de video, radares y sonares de última generación, que permiten levantar un mapa tridimensional.

La “metodología Titanic” será la base para el trabajo en el San José al menos durante los próximos cinco años, explica un arqueólogo submarino que asesora al Gobierno en la etapa de prospección. Para imaginar lo que viene, me invita a revisar la edición sobre la “Expedition Titanic 2010” que publicó la revista de la National Geographic en 2012.

A la hora de procesar fotografías el Whoi pone a disposición su Laboratorio de Imagen y Visualización Avanzada. Bill Lange es quien lo dirige y confronta los datos de los submarinos a control remoto ROV con los de los autónomos conocidos como AUV. Gracias a esa fusión reconstruye escenarios vedados al ojo humano.

El primer paso es crear una base de datos a partir de las evidencias del lugar, que se cruza con la base de datos que ya se tiene sobre la historia del galeón. De esta manera no se cometerán errores que afecten el patrimonio sumergido a la hora de intervenir el naufragio. Pieza por pieza, cañón por cañón, objetos, metales como oro y plata, piedras preciosas, tal vez partes del casco, se irán catalogando allí y subiendo a la superficie “entre algodones” para ser sometidos a un proceso de conservación antes de cualquier tipo de exhibición.

¿Quiénes más integraron ese dream team del que se está sirviendo Colombia?

Gregory Packard, director del Laboratorio de Sistemas Oceánicos del Whoi, fue “el mago” que operó los Remus 6000 hasta lograr las condiciones de iluminación y telemetría requeridas para una profundidad donde el océano sólo ofrece oscuridad, y David Gallo, director de Proyectos Especiales del Whoi lideró la expedición Titanic 2010 junto a arqueólogos de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (Noaa) y representantes del Instituto Waitt, fabricante de los Remus. Además, se habla de la firma Hydroid Inc., especializada en submarinismo arqueológico y registrada en Pocasset, Massachusetts, división de la multinacional norteamericana Konsberg Maritime.

Sea porque van a trabajar con el gobierno de Juan Manuel Santos o porque saben de la importancia científica del hallazgo del San José, estos cerebros, en su mayoría estadounidenses y británicos, han puesto en sus radares a Colombia. Vaticinan que el San José se convertirá en “el Titanic del siglo XXI” camino a la elaboración del primer mapa tridimensional de galeones hundidos. “El mar Caribe colombiano es el mayor camposanto (no olvidan a los miles de tripulantes ahogados) de las cápsulas de tiempo que permitirán recuperar la memoria de la época posterior al descubrimiento de América”.

El arqueólogo explica que a ese nivel de conocimiento, la mayoría de investigadores submarinos se conocen y se apoyan, razón por la cual terminan encontrándose en escenarios similares. Tal fue el caso del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, desaparecido el 8 de marzo de 2014 y que no ha podido ser localizado en el océano Índico.

Otra experiencia traída a Colombia donde sí pudieron probar una vez más las ventajas de los Remus 6000 fue en la búsqueda del vuelo 447 de Air France que se perdió en el Atlántico después de despegar de Brasil rumbo a Europa, con 228 pasajeros a bordo la noche del 31 de mayo de 2009. El lugar de impacto en el océano era desconocido y para encontrar las cajas negras y los restos hubo que reunir a oceanógrafos de 11 institutos que trabajaron basados en la última señal de navegación que había transmitido la computadora del avión. Teniendo en cuenta las corrientes oceánicas, que también serán otro factor importante para evaluar la posición y acometimiento del San José, delimitaron un área de búsqueda de 750 millas cuadradas.

Las principales herramientas de precisión fueron estos vehículos submarinos autónomos que pesan 1.900 libras y pueden viajar 22 horas continuas, a velocidad promedio de seis kilómetros por hora, para permitir escaneo a un ritmo de media milla de terreno por pasada. Allí estuvo, como en el caso del Titanic, Dominique Rissolo, director del Instituto Waitt, para verificar que los aparatos estaban usando a tope los sonares de visión lateral para armar el mapa del lecho e identificar objetos anómalos hasta descubrir los restos del avión y de los pasajeros.

A este tipo de estudios se refirió el presidente Juan Manuel Santos cuando explicó que el sonar había detectado en principio miles de anomalías en el terreno y se mantuvo el rastreo hasta que 30 fueron catalogadas como de origen antrópico, es decir, cultural, y entre esas estarían seis, una correspondió al San José y las otras a posibles naufragios de varias épocas.

Son técnicas perfeccionadas por Andrew J. Sherrell, uno de los tres genios de sonar más experimentados del mundo, en inglés un Lead Sonar Analyst de categorías 1 y 2, que presta servicios a través de Sherrell Ocean Services, con la que participó en la búsqueda del vuelo MH370. Es graduado en ingeniería oceánica del Instituto de Tecnología de Florida y se hizo conocido como empleado de Oceaneering International Inc. y del Harbor Branch Oceanographic Institute.

David Gallo, el director de proyectos especiales del Whoi, lo calificó vía Twitter como “el mejor experto en sonar con el que he navegado”. Lo llama “El señor de los pings”, en relación con el talento que tiene para manejar los programas computarizados de los submarinos en asociación con los sonares. Los pings tienen que ver con una señal sonora que se envía para detectar si hay algún obstáculo; si ésta vuelve significa que hay algún cuerpo o barrera en la trayectoria de la transmisión. Así se puede calcular la distancia del objeto detectado mediante el tiempo que tarda en retornar la señal.

En los videos difundidos por el gobierno se dice que “la historia del galeón saldrá a flote y revelará todos sus secretos”. Esperemos que sea cierto.

* Autor del libro “El galeón San José y otros tesoros. Relatos de intrigas y conspiraciones” (sello Aguilar).

Via el Espectador Colombia

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Colombia recuperará el galeón San José a finales de 2017

El hallazgo arqueológico mide unos 20.000 metros cuadrados y “está claramente identificado un cuerpo central o sitio principal y un conjunto de materiales que están distribuidos conformando cuatro pequeños núcleos de materiales” dijo Ernesto Montenegro, el director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICAHN), Montenegro, informó este viernes desde Cartagena que el Gobierno de Colombia espera que los trabajos subacuáticos para la extracción física de los restos del galeón San José inicien a finales de 2017.

“Estamos en los procesos administrativos, una vez surtido el procedimiento de audiencia pública se surtirán los tiempos para la extracción del pecio”, enfatizó Montenegro al terminar la primera audiencia pública sobre la Alianza Público Privada (APP) para la recuperación del galeón San José.

El director aseguró que la propuesta para recuperar el Galeón San José la tiene actualmente el Ministerio de Cultura y su identidad no ha sido revelada aún por el Gobierno colombiano.

La empresa que financiará su recuperación tardará alrededor de “seis meses” en hacerlo. “Pero esto dependerá de las capacidades técnicas que se pongan a disposición del proceso de extracción“, precisó.

Cañones del Galeón San José
Cañones del Galeón San José

Explicó que identificaron las tres cuartas partes del galeón San José y que “la parte faltante debió ser objeto de destrucción y degradación tanto en el momento de su hundimiento como durante estos 300 años de transformación de los materiales“.

Por su parte, el jefe de la oficina asesora jurídica del Ministerio de Cultura, Juan Manuel Vargas, expresó que “el Consejo Nacional de Patrimonio aplicará cinco criterios para determinar qué es y qué no es patrimonio, lo que determinará qué parte del hallazgo se puede monetizar o vender“.

El galeón San José es una embarcación del símbolo del imperio español hundido en 1708 a cañonazos por piratas ingleses con un cargamento de oro, plata y esmeraldas frente a las costas colombianas. Fue encontrado en noviembre de 2015.

Restos del Galeón San José
Restos del Galeón San José