Piden arbitraje internacional obligatorio para galeón San José
La firma estadounidense Sea Search Armada dice que el gobierno evade solicitud de verificación in situ y que demandará Asociación Público Privada para el rescate.
En cartas enviadas al presidente Juan Manuel Santos y a la ministra de Cultura, fechadas el pasado 8 de agosto y el 24 de julio, la multinacional norteamericana Sea Search Armada -que defiende derechos sobre parte de la carga del galeón San José- pide al gobierno aceptar un arbitraje internacional para dirimir el litigio que sobre el galeón colonial sostiene con el Estado colombiano desde hace 35 años.
Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo de verificación directa en inmediaciones de las Islas del Rosario, apenas a 12 millas náuticas de Cartagena, SSA propone como último recurso:
“que las partes acudan a un arbitraje técnico internacional, de carácter obligatorio, que conforme a las circunstancias de la época determine la extensión de la vecindad inmediata que en 1982 se denunció como lugar de ubicación del naufragio”.
Se refiere a que desde ese año ellos denunciaron la posible localización del San José en el mar Caribe colombiano en unas coordenadas que fueron reconocidas por la Armada Nacional y validadas por un fallo de la Corte Suprema de Justicia de 2007, en el que le otorgó a esa firma busca tesoros derechos sobre la mitad de lo que el Consejo Nacional de Patrimonio considere tesoro (objetos repetidos comercializables) más allá del respeto del patrimonio cultural sumergido que es propiedad única de los colombianos.
Se lee en las cartas:
“en el área que resulte de ese arbitraje se realizaría la verificación. Se trata, sin duda, de un procedimiento imparcial, técnico, e inobjetable, si se quiere una solución pacífica, y se tiene fe en lo que se dice”.
Desde febrero 15 de 2017, cuando se reunieron en Bogotá representantes de SSA, la Dirección marítima de la Armada (Dimar) y el Ministerio de Cultura, se ha intentado sin éxito llegar a un acuerdo para que delegados de SSA vayan al lugar donde, según el gobierno de Juan Manuel Santos, se encontró el naufragio a fines de noviembre de 2015.
“El objeto de esa verificación es determinar con absoluta certeza si en 1982 se descubrió o nó el galeón San José. Si su resultado es negativo terminará en la práctica en favor de la Nación, el proceso iniciado el13 de enero de 1989 que aún cursa para algunas actuaciones posteriores a la sentencia. Pero si el resultado es positivo se deberá cumplir, sin más dilaciones, la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que hace 10 años resolvió definitivamente el litigio sobre la propiedad del naufragio”.
Danilo Devis, abogado apoderado general de SSA en Colombia y quien firma las cartas, asegura: “SSA probará que el nuevo descubrimiento se realizó en la vecindad inmediata de las coordenadas señaladas en el denuncio de 1982. Y se trata, por tanto, del mismo naufragio 33 años antes descubierto”. Y añadió: “el descubrimiento de 2015 fue una farsa. No era necesario ese derroche de tecnología que supuestamente se utilizó, dado que Whoi se limitó a redescubrir lo ya descubierto a partir de las coordenadas entregadas por SSA”.
El pasado 15 de julio el Ministerio de Cultura envió un mensaje a El Espectador en el que explicó: “el Gobierno ha estado dispuesto a realizar la verificación conjunta con SSA a las coordenadas denunciadas en 1982, para que esta firma constate que allí no hay ningún naufragio, sin que ello haya sido posible, exclusivamente por la pretensión de SSA de extender dicha verificación a un área de una gran extensión”.
No ha habido consenso sobre las áreas marítimas de verificación al haber sido rechazada una propuesta inicial de 100 millas náuticas cuadradas a partir de las coordenadas incluidas en el denuncio de 1982, que SSA alega que el gobierno usó para dar con el San José violando “garantía en una confidencialidad que nunca se cumplió”. En todo caso, el 24 de julio pasado esa firma aceptó disminuir el área en cuestión “con el propósito de colaborar en extremo con una verificación conjunta del naufragio” y le mandó al gobierno un mapa en el que “reduce tal extensión a las áreas delimitadas en color naranja en el gráfico que se adjunta -que es físicamente imposible no calificar de vecindad inmediata-, todavía incluye el descubrimiento de 2015, habida cuenta que este nuevo descubrimiento se produjo gracias a las coordenadas señaladas en el denuncio de 1982 como referencia para localizar el naufragio en su vecindad inmediata”. No valió la mediación de funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Bogotá. Ni el presidente ni la ministra han respondido a estas últimas solicitudes, pero una fuente allegada al caso da por hecho que el gobierno no aceptará el arbitraje.
El pleito se intensifica mientras el gobierno mantiene abierta una convocatoria, cuyos aspirantes tienen carácter secreto, para constituir una Alianza Público Privada, mediante la que espera garantizar que una firma calificada rescate el galeón, su tesoro y sus restos y los lleve a la superficie para la creación de un laboratorio de conservación y un museo en Cartagena.
El Espectador reveló que la entidad que localizó el naufragio en 2015 fue el Woods Hole Oceanographic Institution (Whoi), institución estadounidense que, según SSA, “asumió los costos del redescubrimiento de 2015 con el compromiso del contrato para el rescate. Pero no se le informó del embargo que se decretó desde 1994 sobre lo que se rescate de las áreas marítimas denunciadas en 1982”.
Aparte del Whoi, que se encargaría de la parte logística, hay inversionistas internacionales que pondrían el dinero necesario. SSA dice tener una información, no confirmada y que ha circulado en redes sociales, según la cual algunos serían patrocinados por el exprimer ministro de Gran Bretaña,Tony Blair, cercano al presidente Santos. Una fuente oficial dijo que el gobierno sólo se volverá a pronunciar cuando se anuncie contratista elegido para la APP. El Ministerio de Cultura, en comunicación a este diario, había dicho el mes pasado: “el no revelar la identidad del originador no puede atribuirse a una falta de transparencia como se asevera erróneamente, sino al cumplimiento de un deber legal, al cual el Gobierno no puede sustraerse”.
Expertos en arqueología submarina calculan que la firma que sea elegida deberá invertir al menos 20 millones de dólares en el rescate, asumiendo el riesgo de que su posible remuneración del 50% sobre lo que se determine como tesoro se enrede por cuenta del litigio entre el gobierno y SSA, que espera el embargo judicial de cualquier objeto que se suba a superficie y demandará la nulidad del contrato de la APP. Por ahora, lo cierto es que los beneficios que le pueda traer el galeón San José a los colombianos parecen tan lejanos como el 8 de junio de 1708, cuando la codicia de los ingleses por robarse su carga pudo más que la de los españoles por llevársela a los reyes de España.
Fue presentado el nuevo libro: el Galeón San José y otros tesoros
El escritor Héctor Abad Faciolince, autor de libros de memoria histórica como “El olvido que seremos” y columnista de El Espectador, presentó esta semana en la Universidad Eafit, en Medellín, el libro “El galeón San José y otros tesoros” (sello editorial Aguilar). En charla con Nelson Fredy Padilla, autor de la investigación fruto de una obsesión de más de quince años, hablaron de periodismo de largo aliento, crónica, literatura e historia.
Según Padilla, editor dominical del diario El Espectador, la obra “es un viaje de aventuras que, sin saberlo, surgió hace 17 años cuando tuve el privilegio de trabajar con Gabriel García Márquez en la revista Cambio y una mañana le pregunté por qué incluyó un galeón como imagen de portada de la primera edición de “Cien años de soledad” y en el argumento. Por eso el primer capítulo es un homenaje a él y a la forma cómo usó luego el galeón San José en “El amor en los tiempos del cólera” y sus inquietudes marítimas en un cuento”.
No es un trabajo que surgió a raíz de que en noviembre del 2015 el presidente Juan Manuel Santos reportara el hallazgo del galeón San José. Al contrario, el autor había propuesto el libro años atrás y fue a raíz del anuncio del gobierno que la editorial le pidió terminar los borradores que tenía. ¿Qué le ofrece al lector? Cada uno de los 31 capítulos del libro está conectado con algún viaje en busca de información. Fue al Archivo General de Indias, en Sevilla, España, donde estuvo por primera vez en 2006, que contiene la documentación histórica para emprender el viaje mayor a los siglos XV, XVI, XVII y XVIII, para entender cómo los conquistadores saquearon el Nuevo Mundo. Otros lugares claves en el libro son Portobelo, Panamá, donde fue cargado el San José por última vez, e incluye idas y vueltas al Caribe colombiano, sobre todo a Cartagena, Tierrabomba y las Islas del Rosario.
Otro nivel interesante es el documental, pues reconstruye las historias de los principales galeones de esa época, que sólo manejan investigadores especializados a los que el periodista entrevistó y confrontó con los libros de historia. En ese proceso surgieron personajes claves que van desde el naufrólogo italiano Claudio Bonifacio, pasando por legendarios cazatesoros norteatericanos, hasta el historiador náutico colombiano Daniel de Narváez, a cada uno de los cuales dedica algún capítulo. El resultado: 31 relatos de conspiraciones e intrigas vistas desde la propuesta estética de un cronista.
En 2018, Consejo de Estado decidirá sobre el Galeón San José
Uno de los primeros temas que debatirá el Consejo de Estado cuando reanude sus funciones a mediados de enero, será la suerte que correrá el tesoro que está hundido en el Galeón San José, en aguas de la Costa Caribe cerca a Cartagena.
El alto tribunal deberá definir la resolución 354 del 3 de junio de 1982 de la Dirección General Marítima y Portuaria (Dimar) que beneficia con derechos de adquisición a la sociedad norteamericana Sea Search Armada.
La ponencia del magistrado William Hernández de la Sección Segunda señala que compartir los derechos sobre el tesoro violaría “la defensa del patrimonio público y el patrimonio cultural de la nación en especial el cultural sumergido”.
Paro el escritor y periodista Nelson Fredy Padilla, el Consejo de Estado sentará jurisprudencia y dará recomendaciones al Estado colombiano sobre “ratificar que la propiedad del tesoro es de los Colombianos como está previsto en la Constitución”.
Sin embargo, señaló que una vez el tesoro sea rescatado del mar, Estados Unidos podría activar las demandas y “estarán listos para embargar cualquier bien que sea subido a flote en Cartagena, lo que diga el Consejo de Estado se podría tener en cuenta, pero no cambiará el panorama frente al tesoro y el rescate”.
El Galeón está hundido desde el 8 de junio de 1708 a varios kilómetros al oeste de Cartagena con 200 toneladas de oro, plata, esmeraldas y tesoros de las colonias del continente americano.
El patrimonio que se encuentre será de propiedad de Colombia, determinó el tribunal
La Sala Plena del Consejo de Estado determinó que el Patrimonio Cultural Sumergido que eventualmente se encuentre en el lugar del naufragio del Galeón San José, pertenece a la Nación.
La Corporación explicó que cuando se haga la recuperación efectiva del naufragio, será el Consejo Nacional del Patrimonio Sumergido el que tiene la competencia para definir si hay algo que pueda considerarse un tesoro y para determinar qué tipo de bienes constituyen patrimonio sumergido.
“A la fecha de expedirse esta sentencia aún no se ha encontrado naufragio alguno en el sitio exacto (…) En caso de que ello ocurriere, las normas hoy vigentes han precisado que el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural es la única entidad competente para decidir cuales bienes de un hallazgo han de ser considerados patrimonio cultural sumergido, sin más condicionamientos que los impuestos por los criterios de representatividad, singularidad, repetición, estado de conservación e importancia científica, tal y como lo indicó la Corte Constitucional en la sentencia C-264 de 2014”, dice el fallo.
Y aclaró que:
“bienes que el Consejo considere excluidos de la categoría de Patrimonio Cultural Sumergido, se regulan por las normas del Código de Comercio y los artículos 710 y concordantes del Código Civil en cuanto al salvamento”.
La determinación del Consejo de Estado se dio al negar una acción popular que buscaba tumbar la resolución 354 de la Dirección General Marítima y Portuaria (Dimar) del 3 de junio de 1982, que le dio el carácter de denunciante del Galeón San José a la empresa Compañía Glocca Morra, que tiene como cesionaria a la Sea Search, lo que le dio derechos de exploración y de propiedad sobre los hallazgos del Galeón pero en las precisas coordenadas que entregó en su momento y no en otras, como al parecer ocurrió.
Al negar la acción, la Sala Plena dejó intacta esta resolución y señaló que el patrimonio de la Nación no se encuentra en riesgo por el hecho de que la Dimar haya reconocido que la Sociedad Glocca Morra Company puede ser denunciante de tesoros en relación con ese probable hallazgo.
Esto, porque, aunque inicialmente se creía que la resolución generaba confusiones al equiparar los conceptos de “tesoro” y de “especies náufragas”, esto quedó subsanado con un fallo de la Corte Suprema de Justicia del 2007 que determinó que los bienes que integran el patrimonio histórico, cultural y arqueológico, incluido el submarino, que se hallen en las coordenadas exactas objeto de la Resolución 354 de 1982, serán amparadas por la autoridad nacional legalmente encargada de ello, y por tanto, no pueden ser considerados “tesoros”.
“La Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado considera que la Resolución 354 de 1982, que reconoció la calidad de denunciante a la sociedad Glocca Morra Company, sí fue una grave amenaza o riesgo de los derechos e intereses colectivos invocados en esta acción popular, pero con todo, la sentencia de la Sala Civil de Casación de la Corte Suprema de Justicia, al excluir de los posibles derechos de propiedad de la sociedad norteamericana, los bienes que sean clasificados como patrimonio cultural, histórico o científico, evitó en forma eficiente y oportuna cualquier daño contingente, peligro, o amenaza sobre los derechos e intereses colectivos cuyo amparo se ha solicitado”, dice el fallo.
La Sala se pronunció sobre una acción judicial que fue radicada por el director del Centro de Pensamiento sobre Mares y Océanos de la Universidad Nacional, Antonio José Rengifo, quien alegaba que la justicia de Colombia debía determinar, “cuál es la validez de esos derechos que le otorgaron a la Sea Search la condición de denunciante del Galeón San José, y con base en la cual esa compañía se ha sentido facultada y legitimada para demandar al Estado colombiano para que se le reconozca el 50% de la carga del Galeón”.
El San José, hundido de un cañonazo por piratas ingleses, era un barco insignia de la Armada española del siglo XVIII que llevaba en su bodega varias toneladas de doblones, barras de oro y de plata, así como toneladas de joyas y piedras preciosas.
“El derecho colectivo relacionado con la defensa del patrimonio cultural, histórico, arqueológico, o patrimonio cultural sumergido, es objeto de salvaguarda judicial reforzada aunque los hechos causantes de su amenaza o vulneración hubiesen ocurrido con anterioridad a la vigencia de la Ley 472 de 1998. Esto, porque a la luz de los artículos 63 y 72 de la Constitución Política, dicho patrimonio pertenece a la Nación, es inalienable, inembargable e imprescriptible y está bajo la permanente protección del Estado, si los efectos nocivos son actuales y persistentes”, dice la sentencia.
El rescate del galeón San José costará más de US$71 millones
El Ministerio de Cultura publicó los pliegos en los que se detallan los pormenores para los interesados en sacar del lecho marino los tesoros del pecio, y se indica que se realizará a través de una asociación público privada (APP) “sin desembolso de recursos públicos“.
El rescate del galeón San José, hundido frente a las costas de Cartagena de Indias en el siglo XVIII, tendrá un costo de $197.700 millones (unos US$71,3 millones), según la licitación del Ministerio de Cultura de Colombia.
El despacho oficial publicó los pliegos en los que se detallan los pormenores para los interesados en sacar del lecho marino los tesoros del pecio, y se indica que se realizará a través de una asociación público privada (APP) “sin desembolso de recursos públicos”.
El documento agrega que a través de la APP también se busca “la intervención, preservación y aprovechamiento económico de los bienes que se encuentran en el polígono autorizado en el mar Caribe“.
Igualmente, incluye “el diseño, la construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura pública asociada, la cual se compone de un laboratorio para la conservación de materiales y un museo que permita la divulgación y apropiación del patrimonio cultural de la Nación”.
Según el Ministerio de Cultura, el proyecto representará una fuente económica, cultural, científica y académica de gran valor para la sociedad de Cartagena generando condiciones para aumentar el nivel educativo.
“Es previsible que por su importancia histórica, científica y cultural las infraestructuras de preservación y divulgación atraigan un alto número de público en general y especializado de visitantes extranjeros”, dice el documento.
El ministerio ha señalado “la intención” de adjudicar el contrato a Maritime Archaeology Consultants Switzerland AG “si no existieren otros interesados en la ejecución del proyecto”.
Esa compañía, agrega el despacho, presentó una iniciativa de asociación público-privada y forma parte de la “lista de precalificados”.
Sin embargo, al Ministerio aclara que de todos modos “el Gobierno evaluará con sus equipos técnicos todas las propuestas y aprobará la más conveniente para el Estado colombiano de conformidad con los pliegos”.
El legendario galeón San José fue hundido por una flota de corsarios ingleses el 8 de junio de 1708 en las cercanías de Cartagena de Indias, hacia donde se dirigía cargado, según crónicas de la época, con cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata, que había recogido en la feria de Portobelo (Panamá).
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció el 4 de diciembre de 2015 que el pecio del San José había sido hallado en el fondo del mar Caribe.
Desde el hallazgo han surgido disputas entre España y Colombia por la titularidad del galeón, ya que el país europeo aduce que la Unesco le ampara pues se trata de un “barco de Estado“.
Sin embargo, las partes han expresado su voluntad de alcanzar un acuerdo “amistoso”.
En este pliego de condiciones publicado el 23 de marzo se encuentra compuesto por 27 documentos;
“algunos de considerable extensión con todos los pormenores de la contratación y los roles a cumplir por parte de los diferentes estamentos que formarán parte de este magnifico proyecto, en el cual, la ciudad de Cartagena de Indias tendrá especial protagonismo”, señaló Muñoz.
El objeto de estos pliegos es: Seleccionar la Oferta más favorable para la Adjudicación de un (1) Contrato de Concesión bajo el esquema de APP, cuyo objeto es la: “Intervención, provechamiento económico, Preservación y divulgación del Hallazgo por parte del Concesionario; así como el diseño, la construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura pública asociada, la cual se compone de un laboratorio para la conservación de materiales y un Museo que permita la divulgación y apropiación del patrimonio cultural de la Nación.”
“En resumen ,el proyecto se aprecia bien estudiado. Aunque seguimos ignorando un asunto de mayúscula importancia, el cual no hace parte del tema contemplado en estos pliegos, como es que seguimos sin saber la participación que el gobierno determinará para del ‘Originador’ sobre los bienes que no sean determinados como patrimonio cultural”, agregó Muñoz.
Igualmente, preocupa a la Veeduría Nacional para el Control social del patrimonio cultural, “que no se respete la politica estatal de Colombia, sobre patrimonio cultural sumergido, que es la política de preservación del patrimonio, y se mantenga la determinación de fragmentarlo, para oprobio de la Nación”, dijo.
Para la veeduría, la ley contempla la posibilidad que sobre este patrimonio se declare el “principio de unidad” y sea preservado en su totalidad, sin embargo, “la misma ley garantiza el despojo cuando determina que el ‘Originador’ podrá percibir hasta un 50% del total de los bienes que no sean declarados patrimonio cultural y que de ese 50 %, si la Nación quisiese preservarlo, recurriendo para ello a pagarlos en efectivo, como está contemplado en la misma ley, solo podrá adquirir una cuarta parte, es decir, el 25% del 50% del total de los bienes que no fueren declarados como “Patrimonio Cultural de los colombianos”que le hayan sido reconocidos al “Originador” como participación por haber hallado el Galeón. En sintesis ¾ partes, de lo entregade en contraprestación al “Originador” no tienen forma de recuperarse”, dijo Muñoz.
“Esta Veeduría Nacional para el control social del patrimonio cultural sumergido de Colombia, hará cuanto esté a su alcance para que se preserve hasta la última astilla de madera del galeón Señor San José, no solo como patrimonio cultural de los colombianos, sino como patrimonio cultural de la Hispanidad, ya que este Galeón es único en la pluralidad de su contenido y representa culturalmente a todos los hispanohablantes, desde México al Argentina, desde España a las Filipinas”, puntualizó.
Con altísima tecnología, Colombia hizo una imagen del barco que está a 600 metros de profundidad
Por: Olga Lucía Martínez Ante | 25 de abril 2018 , 12:41 a.m.
Se ven pequeñas, pero ahí están. Se trata de un buen número de tazas de origen chino. A su alrededor, los cañones del galeón San José, hundido por barcos ingleses el 8 de junio de 1708 cerca de Cartagena, en el mar Caribe. Más allá, se aprecian nítidas ánforas, una de ellas del Cusco.
La imagen es el resultado de juntar 6.000 fotos tomadas a 600 metros del fondo del mar. Cada una se hizo con un submarino autónomo que recorrió cada objeto a una altura de 80 centímetros, sobre el lecho del mar. Es la primera vez que se puede observar la totalidad de la embarcación.
En el fondo marino están estos vestigios arqueológicos que Colombia quiere rescatar con una APP (Asociación Público Privada). Las fotos dan una idea de cómo quedó el barco. Hundido, sin su proa, al parecer destruida por los cañonazos del ataque.
Al día de hoy está abierta la licitación para que un originador adicional a Maritime Archaeology Consultants Switzerland AG entre a competir. La licitación se cerrará el 25 de mayo próximo.
El ganador deberá hacer la exploración, intervención, preservación y divulgación y aprovechamiento de lo que Colombia considere que es patrimonio nacional, que puede ser todo lo que se extraiga.
“Rescatarlo no es tarea fácil”, dice Ernesto Montenegro, director el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh). Aunque será como una excavación en tierra firme, el hecho de que esté a unos 600 metros de la superficie marina, en medio de la absoluta oscuridad, y a donde el ser humano no puede ir, obliga a utilizar una tecnología de punta.
Como en cualquier excavación, el área se rodeará. Y a su vez, el espacio donde está la mayoría de los objetos, se dividirá en diez subáreas, “para obtener la información arqueológica más relevante del sitio y optimizar la metodología necesaria para la investigación”, informa Montenegro.
En cada una se trabajará removiendo el sedimento con gran cuidado y recogiendo los objetos con robots. Cada una de las aproximadamente 10 millones de piezas se meterán en una bóveda con gel para evitar su deterioro. Luego irán al barco y de allí al laboratorio.
“Aquí se determinará la singularidad y la representatividad de los objetos que se recuperen. También hay factores como la repetición (de monedas y objetos), el estado de conservación y su importancia científica y cultural”, dice Mariana Garcés, ministra de Cultura.
Garcés explica que este es el proyecto más ambicioso que emprenda el país en el ámbito de la ciencia.
En cuanto a la ganancia para el originador, esta se basa en lo que puede obtener de lo que no es patrimonio, “que será hasta el 50 por ciento del valor de los bienes que no constituyen valor cultural”, se lee en un documento del Ministerio.
De acuerdo a lo que el Consejo Nacional de Patrimonio defina qué es de interés cultural, se irán acomodando los porcentajes del originador que, incluso, como dice Juan Manuel Vargas, del departamento jurídico del Ministerio, “podría no ser nada y solo conseguir el aprovechamiento del museo por un tiempo de tres años”. El valor del monto del proyecto es de 197.727’182.757 de pesos
La ministra de Cultura cuenta que esta aventura comenzó cuando un antropólogo le hizo entrega al presidente Juan Manuel Santos, en un viaje a Estados Unidos, de un mapa con las posibles coordenadas. Santos, que en su juventud hizo parte de la Armada, envió al arqueólogo al Ministerio de Cultura y tras una reunión le dijeron que debía conseguir una empresa dedicada a este fin para determinar si era o no el San José.
En el 2015, desde el buque ARC Malpelo se realizaron los registros marinos en áreas definidas con un vehículo autónomo subacuático y en distintas frecuencias, para a través de varios estudios determinar la existencia de objetos, especialmente de artillería.
Esos estudios se realizaron en un área de 20.000 metros cuadrados. Se determinaron cuatro sitios de concentración de materiales arqueológicos. Después del 25 de mayo, cuando se conozcan los licitantes adicionales al originador se determinará quién acompaña a Colombia en el proyecto.
Se han escuchado voces que han entrado en una discusión de si la forma como se haría el rescate es la más apropiada. La Convención del Mar de la Unesco dice que un barco hundido es del país del que sea su bandera y que recomienda la conservación en el lugar donde está. Pero Colombia no está obligada porque no es firmante de este tratado.
Jurídicamente, la decisión más reciente es de la Corte Constitucional, de febrero pasado, en la que ratifica que “las piezas provenientes del presunto hallazgo del galeón San José que sean declaradas patrimonio cultural sumergido pertenecen a la Nación”.
Esta semana se conoció que el ministro de Justicia de español Rafael Catalá viajó a Colombia a tratar diversos temas entre los que se ha incluido principalmente el futuro del Galeón San José recientemente hallado.
En declaración al diario El Tiempo, el ministro Catalá indica que:
“Tenemos unas relaciones entre España y Colombia extraordinarias, de pasado compartido, de realidad presente, con mucha cercanía y simpatía, no de tensión o conflicto. En ese contexto, el caso del galeón San José hay que abordarlo desde el diálogo: no se trata de ver quién tiene más derecho, basado en un convenio internacional. Estoy seguro de que cada uno puede alegar (derechos).
Nosotros podemos decir que ese buque es español, pues según el derecho internacional un barco tiene la nacionalidad de la bandera que lleva cuando se hunde. Ahí están enterrados cientos de españoles que fallecieron con ocasión del naufragio, y por lo tanto nosotros pensamos que lo mejor que se puede hacer con un barco hundido es respetar el patrimonio cultural que eso significa y dejarlo donde está.
Quizá recuperar algunas muestras para que tenga un valor museístico, crear incluso un museo y que se pueda generar un entorno turístico de submarinismo asociado al galeón. Se pueden hacer muchas cosas que estoy seguro que los expertos son capaces de identificar”
Ahora, ¿recuperarlo por un supuesto valor económico del tesoro? Ese valor se lo gastará cualquiera, España o Colombia, en uno o dos años, y el galeón desaparecerá. Si sigue allí, dentro de 50 años nuestros nietos podrán conocer ese patrimonio cultural, un patrimonio cultural de todos”
Creación de un museo en conjunto
Esta decisión propuesta por España va en el mismo sentido del camino elegido por Colombia para crear un museo en Cartagena con los restos del galeón, el beneficio sería mutuo para los dos países, en especial para Colombia ya que los ingresos generados por este museo para el turismo sería de gran beneficio para el desarrollo económico de la ciudad y aportes para el mismo.
Woods Hole Oceanographic Institution – WHOI los descubridores del galeón San José
Aunque cualquier empresa interesada puede ofertar, el diaro Colombiano El Espectador revela la historia de la entidad que lo encontró a finales de 2015, y es la primera opción para asociarse con el Gobierno en la tarea de subir el tesoro a la superficie.
La misma tarde del 4 de diciembre de 2015, luego de que el presidente Juan Manuel Santos anunciara vía Twitter: “Gran noticia ¡Encontramos el galeón San José!”, el científico Jeff Kaeli no se aguantó las ganas de contar lo que había estado haciendo en Cartagena durante semanas y tuiteó en inglés: “¡Es oficial! Por esta razón he estado en Colombia! ¡Encontramos el Galeón San José!”.
Jeffrey W. Kaeli fue uno de los operadores del vehículo submarino no tripulado Remus 6000 que estableció las coordenadas exactas para confirmar que se trataba del galeón español hundido por los ingleses cerca de las Islas del Rosario el 8 de junio de 1708.
Dos días después la investigadora oceánica Amy L. Kukulya, amiga de Kaeli, reconfirmó en Twitter: “En Colombia se descubre el naufragio del legendario galeón español, encontrado por mis colegas @Whoi @remusauv”. La científica Loral O’Hara también dejó constancia de las buenas noticias desde “Columbia”: “@WHOI y Remus reportan descubrimiento del legendario galeón San José”. Horas después el propio Grupo Remus admitió: “Los Remus 6000 que faenan en aguas colombianas han encontrado los restos del naufragio del San José, 307 años después de su hundimiento”.
Testimonios como estos responden la pregunta que el Gobierno Nacional no ha respondido: ¿Quién encontró, con el apoyo de la Armada Nacional de Colombia, el naufragio? -El proceso de búsqueda y localización del “santo grial de los galeones de la Colonia” ha estado cobijado por el secreto que en esta fase prevén las normas de asociación público-privada con que se formalizará la operación de rescate antes de que termine 2017-.
Fue el Whoi, que es la sigla de la Woods Hole Oceanographic Institution, la firma de investigación oceanográfica privada más grande del mundo. La misma prestigiosa entidad que pasó a la historia por el descubrimiento del Titanic en septiembre de 1985, fruto de un trabajo paciente, respaldado por tecnología de punta, exhibida a cualquier turista en su sede principal en el pueblo de Woods Hole, Massachusetts, costa atlántica de Estados Unidos, cerca de Nueva York. Allí funciona el centro de educación e investigación Whoi, donde trabajan científicos de todo el mundo, incluidos colombianos financiados por Colciencias, comprometidos con la filosofía de quienes lo fundaron en 1930: explorar todos los océanos del planeta para beneficio de la humanidad y, en teoría, sin ánimo de lucro.
Como si se tratara de un parque de Disney, cualquiera puede recorrer la exposición sobre la emocionante búsqueda del Titanic y tomarse selfies en las réplicas del Knorr y el Alvin, los submarinos que localizaron y detallaron el famoso buque que se hundió en el Atlántico Norte a comienzos del siglo XX. Seguramente el hallazgo del San José se convertirá allá en una próxima atracción.
Una vez la Armada Nacional verificó que se trataba de los mejores oceanógrafos, durante 2015 designó al buque ARC Malpelo, el más moderno del país, para apoyar las labores en alta mar. El monitoreo del lecho marino del archipiélago del Rosario se dirigió con el Seabed Prince, “Príncipe de los fondos marinos”, un buque rojo y blanco, operado por la empresa Swire Seabed AS, construido en 2009 y parte del grupo Swire Pacific Offshore (SPO) desde febrero de 2012.
Desde su cubierta se manejaron vehículos no tripulados, cámaras de alta resolución submarina Schilling HD35, otras de la Inside Pacific Inc., aparte de otros equipos de precisión de la Palfinger Marine y Emepc 2094. Operarios con el emblema de Swire Seabed aparecen en los videos difundidos por el Gobierno desde finales de 2015, con uniformes color naranja, manipulando equipos UTEC DA 4G O 40. Había 70 tripulantes extranjeros.
A la plataforma de ese barco llegó el presidente Santos en el helicóptero de la Armada ARC 228, para recorrerlo bajo la guía de Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) y cerebro de la operación del lado colombiano. En la sala de mando lo pusieron al tanto del primer año de la fase de prospección: le mostraron los planos levantados del San José, con resaltados amarillos y morados, dependiendo de si se trataba de información confirmada o por confirmar, y en letras verdes las zonas de exploración marcadas con letras mayúsculas A y B, en las que se observan anotaciones como “verificar si hay palanquetas o enramadas”. Cada dato es confrontado con los documentos originales y sellados de la historia del galeón, digitalizados en el Archivo de Indias de Sevilla, España, donde está la historia de cada embarcación oficial de la Colonia, desde su fabricación hasta su hundimiento, así como el manifiesto de carga y hasta su inventario de cerraduras y llaves, así como la relación de tripulantes y viajeros.
Para cada objetivo, desde las arcas con tesoros, pasando por el armamento, hasta los restos humanos y las porcelanas, hay mapas de base, divididos por áreas delimitadas en gráficas digitales azules, con zonas amarillas y rojas marcadas por los sonares. Especialistas en mecatrónica, robótica, oceanografía, química y física aportan información. Una vez se decida el contratista que completará la asociación público-privada, la “exhumación” demandará unos seis meses.
Por ahora, quien tiene la primera opción es el Whoi, por ser el descubridor, el que arriesgó su capital para demostrar que podía hallar el San José. Sin embargo, el Gobierno convocó una audiencia pública en Cartagena el pasado 14 de julio para explicar que cualquier empresa interesada y calificada puede hacer una oferta para el rescate.
Del proceso está pendiente la firma estadounidense Sea Search Armada, porque desde 2007 la Corte Suprema de Justicia la declaró la descubridora de un naufragio que sería el San José -en coordenadas denunciadas por SSA desde 1982 y ratificadas por la Armada Nacional-, con derechos sobre la mitad de lo que se considere tesoro, es decir, los elementos repetidos o que no sean calificados como patrimonio sumergido inalienable por el Consejo Nacional de Patrimonio.
Según dijo el abogado de SSA, Danilo Devis, ellos no se presentarán como ofertantes, sino demandarán al gobierno y a su contratista y, mientras la disputa judicial por el San José se define, pedirán el embargo de cualquier objeto que sea subido a superficie. SSA ha intentado desde hace diez años realizar el rescate por su cuenta, con autorización colombiana, pero le han negado la expedición al lugar, en el caso del gobierno Santos porque asegura que localizó el galeón en un sitio distinto al que los norteamericanos habían reportado.
Ellos insisten en que vendrán en buques con bandera de Estados Unidos, el presidente Donald Trump notificado de por medio, para hacer valer sus derechos. La Armada colombiana activó anillos de seguridad y la ministra de Cultura, Mariana Garcés, será la encargada esta semana de hablar por primera vez del papel del Whoi y del futuro del naufragio que se convertirá en museo en Cartagena.
El Whoi se ha concentrado durante los últimos años en entender cómo afecta y afectará al mar el cambio climático, y las consecuencias sobre los seres humanos. La institución forma los científicos más importantes a nivel oceanográfico del mundo. Las mil personas con las que trabaja se especializan en vida oceánica, océano costero, océano y cambio climático, y exploración de los fondos oceánicos. Este último departamento es el que estaría encargado de ejecutar un acuerdo de trabajo con el Gobierno de Colombia para asesoría y transferencia de tecnología en todo el proceso de georreferenciación, inventario, estudio y rescate del galeón San José luego de 35 años de frustraciones y litigios.
Por eso el presidente Santos dijo el 5 de diciembre de 2015 que para esta misión lo asesoró del dream team de los océanos, como llaman al equipo que encontró el Titanic: científicos del Instituto de Arqueología Náutica estadounidense, de la Oficina Nacional de Santuarios Marítimos, del Centro de Recursos Submarinos y del ya mencionado Woods Hole, sumaron esfuerzos para garantizar el éxito de la expedición oceánica más exigente y de la cual hemos visto documentales desde que localizaron el naufragio hasta que lo reconstruyeron digitalmente en tercera dimensión sentando las bases de la arqueología marina moderna. Quienes trabajan en el proyecto San José, como en el Titanic, firmaron “cláusulas de reserva”.
Para una fuente de la Armada Nacional, que pidió omitir su nombre, conocer a estos expertos ha sido un honor. Aprendió cómo se halló y se sigue aprendiendo del Titanic, modelo que se está usando en el caso colombiano, aunque el trasatlántico está a casi 4.000 metros de profundidad y el galeón a mil.
La flota del Whoi incluye dos Remus 6000 y los robots Knorr y Alvin, aparte de los ultramodernos buques oceanográficos R/V Atlantis y R/V Oceanus, que cuentan con el apoyo, si lo piden, de la Marina de Estados Unidos. En caso de que se requiera submarino tripulado, el Whoi ofrece el R/V Tioga, un vehículo a control remoto por cable llamado Jason/Medea y vehículos autónomos como el Explorador Béntico Autónomo y el Seabed.
Desde que se fue a pique en 1912, con 2.224 pasajeros a bordo, el Titanic estuvo perdido casi un siglo en el fondo del mar hasta que, en septiembre de 1985, los restos fueron encontrados por el equipo liderado por Robert Ballard, científico que también habría sido consultado para oír su opinión sobre la forma como debe abordarse el San José. Desde el Knorr, Ballard ubicó al Titanic con base en la información del robot no tripulado Argos, que durante diez días había hecho un barrido del suelo marino.
En total se han hecho nueve expediciones al que se convirtió en el sepulcro de 1.514 personas y cada vez se desarrollaron más las posibilidades del Remus 6000 y del Remora 6000, los submarinos con aspecto de torpedo, no tripulados y que ahora están al servicio del proyecto del Gobierno de Colombia, equipados con cámaras fotográficas, de video, radares y sonares de última generación, que permiten levantar un mapa tridimensional.
La “metodología Titanic” será la base para el trabajo en el San José al menos durante los próximos cinco años, explica un arqueólogo submarino que asesora al Gobierno en la etapa de prospección. Para imaginar lo que viene, me invita a revisar la edición sobre la “Expedition Titanic 2010” que publicó la revista de la National Geographic en 2012.
A la hora de procesar fotografías el Whoi pone a disposición su Laboratorio de Imagen y Visualización Avanzada. Bill Lange es quien lo dirige y confronta los datos de los submarinos a control remoto ROV con los de los autónomos conocidos como AUV. Gracias a esa fusión reconstruye escenarios vedados al ojo humano.
El primer paso es crear una base de datos a partir de las evidencias del lugar, que se cruza con la base de datos que ya se tiene sobre la historia del galeón. De esta manera no se cometerán errores que afecten el patrimonio sumergido a la hora de intervenir el naufragio. Pieza por pieza, cañón por cañón, objetos, metales como oro y plata, piedras preciosas, tal vez partes del casco, se irán catalogando allí y subiendo a la superficie “entre algodones” para ser sometidos a un proceso de conservación antes de cualquier tipo de exhibición.
¿Quiénes más integraron ese dream team del que se está sirviendo Colombia?
Gregory Packard, director del Laboratorio de Sistemas Oceánicos del Whoi, fue “el mago” que operó los Remus 6000 hasta lograr las condiciones de iluminación y telemetría requeridas para una profundidad donde el océano sólo ofrece oscuridad, y David Gallo, director de Proyectos Especiales del Whoi lideró la expedición Titanic 2010 junto a arqueólogos de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (Noaa) y representantes del Instituto Waitt, fabricante de los Remus. Además, se habla de la firma Hydroid Inc., especializada en submarinismo arqueológico y registrada en Pocasset, Massachusetts, división de la multinacional norteamericana Konsberg Maritime.
Sea porque van a trabajar con el gobierno de Juan Manuel Santos o porque saben de la importancia científica del hallazgo del San José, estos cerebros, en su mayoría estadounidenses y británicos, han puesto en sus radares a Colombia. Vaticinan que el San José se convertirá en “el Titanic del siglo XXI” camino a la elaboración del primer mapa tridimensional de galeones hundidos. “El mar Caribe colombiano es el mayor camposanto (no olvidan a los miles de tripulantes ahogados) de las cápsulas de tiempo que permitirán recuperar la memoria de la época posterior al descubrimiento de América”.
El arqueólogo explica que a ese nivel de conocimiento, la mayoría de investigadores submarinos se conocen y se apoyan, razón por la cual terminan encontrándose en escenarios similares. Tal fue el caso del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, desaparecido el 8 de marzo de 2014 y que no ha podido ser localizado en el océano Índico.
Otra experiencia traída a Colombia donde sí pudieron probar una vez más las ventajas de los Remus 6000 fue en la búsqueda del vuelo 447 de Air France que se perdió en el Atlántico después de despegar de Brasil rumbo a Europa, con 228 pasajeros a bordo la noche del 31 de mayo de 2009. El lugar de impacto en el océano era desconocido y para encontrar las cajas negras y los restos hubo que reunir a oceanógrafos de 11 institutos que trabajaron basados en la última señal de navegación que había transmitido la computadora del avión. Teniendo en cuenta las corrientes oceánicas, que también serán otro factor importante para evaluar la posición y acometimiento del San José, delimitaron un área de búsqueda de 750 millas cuadradas.
Las principales herramientas de precisión fueron estos vehículos submarinos autónomos que pesan 1.900 libras y pueden viajar 22 horas continuas, a velocidad promedio de seis kilómetros por hora, para permitir escaneo a un ritmo de media milla de terreno por pasada. Allí estuvo, como en el caso del Titanic, Dominique Rissolo, director del Instituto Waitt, para verificar que los aparatos estaban usando a tope los sonares de visión lateral para armar el mapa del lecho e identificar objetos anómalos hasta descubrir los restos del avión y de los pasajeros.
A este tipo de estudios se refirió el presidente Juan Manuel Santos cuando explicó que el sonar había detectado en principio miles de anomalías en el terreno y se mantuvo el rastreo hasta que 30 fueron catalogadas como de origen antrópico, es decir, cultural, y entre esas estarían seis, una correspondió al San José y las otras a posibles naufragios de varias épocas.
Son técnicas perfeccionadas por Andrew J. Sherrell, uno de los tres genios de sonar más experimentados del mundo, en inglés un Lead Sonar Analyst de categorías 1 y 2, que presta servicios a través de Sherrell Ocean Services, con la que participó en la búsqueda del vuelo MH370. Es graduado en ingeniería oceánica del Instituto de Tecnología de Florida y se hizo conocido como empleado de Oceaneering International Inc. y del Harbor Branch Oceanographic Institute.
David Gallo, el director de proyectos especiales del Whoi, lo calificó vía Twitter como “el mejor experto en sonar con el que he navegado”. Lo llama “El señor de los pings”, en relación con el talento que tiene para manejar los programas computarizados de los submarinos en asociación con los sonares. Los pings tienen que ver con una señal sonora que se envía para detectar si hay algún obstáculo; si ésta vuelve significa que hay algún cuerpo o barrera en la trayectoria de la transmisión. Así se puede calcular la distancia del objeto detectado mediante el tiempo que tarda en retornar la señal.
En los videos difundidos por el gobierno se dice que “la historia del galeón saldrá a flote y revelará todos sus secretos”. Esperemos que sea cierto.
* Autor del libro “El galeón San José y otros tesoros. Relatos de intrigas y conspiraciones” (sello Aguilar).
La Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) ha difundido imágenes submarinas que acreditan el hallazgo en el Caribe del ‘santo grial de los naufragios’: el galeón español San José.
Se trata de fotos que muestran recipientes y, especialmente, cañones con características distintivas que los acreditan como material a bordo de este buque, un navío español con 62 cañones que se hundió en 1708 durante un combate con una escuadra británica ante Cartagena (Colombia), con un cargamento de oro, plata y esmeraldas, valorado en miles de millones de dólares.
“La ubicación del pecio había sido un gran misterio durante décadas”
La investigación se produjo en 2015, y la WHOI ha obtenido recientemente la autorización de Maritime Archeology Consultants (MAC) y el gobierno colombiano para dar a conocer nuevos detalles en forma de imágenes del hallazgo.
El pecio encontró a más de 600 metros debajo de la superficie durante una búsqueda iniciada por MAC y aprobada por el Ministerio de Cultura de Colombia. La búsqueda fue supervisada por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y la Dirección General Marítima (DIMAR).
“Para garantizar una búsqueda exitosa, contratamos los servicios de la Institución Oceanográfica Woods Hole, que cuenta con una amplia y reconocida experiencia en la exploración de aguas profundas”, ha manifestado Roger Dooley, arqueólogo jefe de MAC. “Esta asociación ha sido la clave para el descubrimiento del San José”.
REMUS 6000, un vehículo submarino autónomo
WHOI ha jugado un papel crucial tanto en la búsqueda como en el descubrimiento del lugar de descanso final del San José, que había sido un gran misterio para los arqueólogos, historiadores, gobiernos y cazadores de tesoros marinos durante décadas. Específicamente, la institución proporcionó y operó un vehículo submarino autónomo llamado REMUS 6000 para inspeccionar un área frente a la península de Barú, en Colombia.
“El REMUS 6000 fue la herramienta ideal para el trabajo, ya que es capaz de llevar a cabo misiones de larga duración en amplias áreas”, ha dicho el ingeniero de WHOI y líder de la expedición, Mike Purcell.
Delfines grabados en los cañones
Para confirmar la identidad del naufragio, REMUS descendió a solo 10 metros sobre el pecio, donde fue capaz de capturar fotos de una característica clave distintiva de los cañones de San José. Misiones subsiguientes en altitudes más bajas mostraron delfines grabados en estos cañones de bronce únicos.
“El pecio estaba parcialmente cubierto de sedimentos, pero con las imágenes de la cámara de las misiones de menor altitud, pudimos ver nuevos detalles en los restos y la resolución fue lo suficientemente buena como para distinguir el grabado decorativo de los cañones”, ha manifestado Purcell.
“El arqueólogo marino de MAC, Roger Dooley, interpretó las imágenes y confirmó que finalmente se había encontrado el San José”.
En entrevista con José Manuel Acevedo, el mandatario dijo que ha estado conversando con Roger Dooley, quien dijo haber encontrado el pecio en 2015.
El Galeón San José podría dejar de estar en el fondo del océano en algún lugar próximo a la bahía de Cartagena. El presidente Gustavo Petro anunció en entrevista exclusiva con José Manuel Acevedo que está interesado en extraer el tesoro del pecio más buscado por los arqueólogos y antropólogos expertos en la historia de los barcos.
El San José fue hundido aparentemente en medio de una batalla con una flota naval inglesa en 1708 cuando partía desde la bahía de Cartagena hacia España. Desde entonces la historia cuenta que su cargamento en oro y joyas de los indígenas de Perú y Colombia, podría ser uno de los más costosos que se conozca.
¿Cómo podría ser extraído el San José?
En 2015 el expresidente Juan Manuel Santos anunció que el Gobierno colombiano había dado con las coordenadas exactas del Galeón San José, de la mano de una empresa privada que estaría interesada en conformar una Alianza Público Privada para rescatar el tesoro, a cambio de quedarse con parte del cargamento. Maritime Archeology Consultants apareció junto al antropólogo Roger Dooley, quien dijo haber encontrado el lugar exacto del barco. El Ministerio de Cultura a cargo de Mariana Garcés comenzó el inicio de la APP que consideraba la construcción de un museo en Cartagena y el rescate del barco sin un solo centavo de inversión de recursos públicos.
La compañía con el dinero y la tecnología necesaria para hacer la extracción podría quedarse con hasta el 50% de lo que fuese considerado no patrimonio marítimo, de acuerdo con un consejo asesor experto integrado por representantes de varias universidades y estudiosos en el tema. El Gobierno no tendría que invertir ni 100 pesos.
Una de las características para la entrega de piezas al privado sería la repetición de algunas de ellas. Sin embargo, varios grupos de antropólogos y profesores universitarios se opusieron a que parte del tesoro le fuera entregado a un privado para su provecho y le pidieron al Gobierno frenar la APP. El Ministerio de Cultura reveló entonces fotografías en alta calidad que se lograron del pecio, en las que se puede apreciar parte de la vajilla del barco y algunos atisbos de lo que parecen piezas de oro.
¿Qué dijo Petro?
El presidente Gustavo Petro dijo que ha estado conversando con Roger Dooley porque es su interés extraer el tesoro del barco. “Dicen que era el barco más cargado de oro de la época. Y hemos estado conversando con Roger Dooley para ver si logran una propuesta. Yo quiero sacarlo”, dijo el jefe de Estado. Dooley ha estado en Palacio en algunas reuniones con el mandatario, como lo reveló La Silla Vacía.
Maritime Archeology Consultants ya había hecho una inversión de alrededor de 6 millones de dólares para la estructuración de la APP, en la que competiría con otros empresarios del mundo en condición de estructurador del proyecto, lo que le significaba una ventaja, además de poseer las coordenadas exactas. Si alguien superaba su propuesta, el Gobierno tendría que entregarle el proyecto a la mejor oferta. Pero eso en la práctica es impensable, con base en la inversión y el conocimiento del primer oferente.
El gobierno Duque sepultó la APP y no tomó ninguna decisión sobre la extracción del pecio, lo que dejó tranquilos a numerosos antropólogos que consideran que es mejor dejar el tesoro en el fondo del mar, a entregar parte del patrimonio a una compañía privada.
El Gobierno podría revivir la APP o buscar un negocio directo con Dooley y MAC para lograr la extracción del barco, que pondría a Colombia en los ojos del mundo. El camino para rescatar al San José, lo que sería una proeza en la historia del rescate de barcos hundidos, está por verse.
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Inversionista se encargará de extracción del Galeón San José
El Presidente Santos dijo ya hay una “propuesta” que cumple con los “más altos estándares”.
El presidente Juan Manuel Santos anunció este miércoles que a través de una asociación público- privada se iniciarán los estudios para la extracción del Galeón San José.
“Hoy puedo anunciar a Colombia y al mundo que, luego de más de dos años de estructuración, ya contamos con una propuesta que cumple con los más altos estándares científicos, tecnológicos y financieros requeridos para el conocimiento del patrimonio cultural”, afirmó el Presidente.
Según Santos, se trata de un inversionista que se encargará de sacar el buque del fondo del mar y garantizará un proceso “respetuoso con los valores históricos y patrimoniales del galeón”.
El Galeón San José fue hallado en diciembre de 2015, tras haber estado sumergido en el fondo del océano por más de 300 años. No se sabe con exactitud la riqueza que contenga la nave.
El mandatario también anunció que “el inversionista está dispuesto a contratar a los mejores del mundo para esta misión” y que los recursos para esta misión saldrán de una alianza entre el sector público y el sector privado.
“Nadie en el mundo ha propuesto una intervención científica de esta magnitud”, afirmó Santos y agregó que esta se podrá hacer gracias a la ley que regula el patrimonio sumergido del país.
El destino del Galeón San José, uno de los últimos grandes galeones españoles
El Galeón San José se terminó de construir en 1698 y fue uno de los últimos grandes galeones españoles. El 8 de junio de 1708 fue hundido en la batalla de Barú, cerca de Cartagena de Indias.
El galeón se enfrentó a su destino un 8 de junio de 1708. El buque, de tres mástiles, era la nave capitana de una flota de 17 navíos que navegaba hacia Cartagena de Indias. Una vez allí, debía hacer reparaciones, embarcar provisiones y, según el plan previsto, poner proa a La Habana. Y desde allí, por fin, rumbo a casa.
Se terminó de construir en 1698 y fue uno de los últimos grandes galeones españoles. El 8 de junio de 1708, fue hundido en la batalla de Barú, cerca de Cartagena de Indias
El capitán general de la flota, don José Fernández de Santillán, lleno de dudas, había levado anclas desde Portobelo. Hasta este importante puerto de Panamá habían llegado rumores de que barcos enemigos patrullaban la zona. Buques ingleses y holandeses jugaban al gato y el ratón con las flotas españolas para hacerse con su botín. Las travesías americanas se habían vuelto especialmente peligrosas con la llegada al trono de España de Felipe V, de la dinastía de los Borbones, y el estallido de la guerra de Sucesión.
Cada flota iba encabezada por dos galeones reales fuertemente armados, una capitan, con el capitán general de la flota, y una almiranta, con su segundo al mando. a estos se sumaban otra serie de galeones y pequeños barcos de escolta para proteger a los mercantes. Las flotas de mayor tamaño llegaban a reunir más de 50 embarcaciones, aunque en le época del San José apenas llegaban a 20
José Fernández de Santillán, nombrado conde de Casa Alegre por sus servicios militares, sopesó los riesgos. Era un hombre experimentado. Sin embargo, y a pesar de tener más de 70 años, era la primera vez que comandaba la Flota de Indias. Sabía del atractivo del barco para sus enemigos. Solo los impuestos recaudados por la Corona que llevaba en sus bodegas ascendían a 1.551.609 pesos y 7 reales. Y no era ni mucho menos el valor total de su tesoro tan esperado en casa, al otro lado del mar.
La España de aquella época era inconcebiblemente rica pero estaba en bancarrota. Los tesoros de las Indias les venían muy bien a los apurados monarcas. La metrópoli dependía completamente de sus virreinatos, sin que las toneladas de riquezas enviadas al otro lado del océano aliviaran la situación. Como dijo un embajador veneciano de la época, el oro del Nuevo Mundo resbalaba por España como el agua por un tejado; apenas cae, se desliza y se pierde. Además, aquella lluvia de oro no era del todo fiable.
Aquel año en que se cargó el San José en Portobelo, hacía ya 12 que no se celebraba ninguna feria en la ciudad por culpa de la amenaza de las flotas inglesas y de toda suerte de piratas. En los mercados de Portobelo confluían las mercancías procedentes de todas las provincias sudamericanas. Pero en esos 12 años ni una sola flota había llegado a la metrópoli. Por lo tanto, con el San José también navegaban las esperanzas de España.
La historiadora Carla Phillips ha reconstruido al detalle esa última singladura. No ha sido tarea sencilla, ya que, por su excelente conocimiento de las aguas locales, los españoles apenas anotaban posiciones exactas. Los ingleses, por su parte, se equivocaban con los nombres españoles de barcos y accidentes geográficos, de tal manera que en la actualidad muchas veces no cabe sino interpretar los informes.
Las rutas comerciales españolas eran arterias vitales que conectaban las Indias con la metrópolis. Aprovechando las corrientes marinas, unían Cádiz con Veracruz, en Nueva España, o con los puertos de Portobelo y Cartagena de Indias, en la llamada Tierra Firme. Para su regreso, los barcos se concentraban en La Habana (Cuba)
En cualquier caso, el puerto de Cartagena de Indias debía de estar ya casi a la vista de la flota española cuando Fernández de Santillán se topó con la flotilla comandada por Charles Wager. Los ingleses llevaban tres meses patrullando la zona con cuatro barcos. Y por fin había llegado la hora. Fernández de Santillán confió en poder alcanzar Cartagena antes de que los ingleses le dieran alcance. Quizá lo habría conseguido si la tarde anterior no hubiese ordenado echar el ancla a unos 80 kilómetros al suroeste, para dar así tiempo a que los barcos más lentos pudieran reintegrarse a la flota, una medida razonable pero letal.
A las ocho o nueve de la mañana del día siguiente, los españoles avistaron cuatro velas en el horizonte los buques de Wager. Fernández de Santillán ordenó que todos sus mercantes se situaran por detrás de los galeones. Es probable que a esas alturas ya contaran con que la batalla fuera inevitable. No obstante, no renunció a alcanzar el puerto de Cartagena hasta que, en torno a las cinco de la tarde, el viento roló y dejó de serles favorable. El comandante español cambió de estrategia y dirigió el San José directamente hacia los ingleses.
Los cañones rugieron durante horas. Un mercader embarcado en uno de los buques de escolta describió el combate. “Las andanas se sucedían, cuenta, a veces tan rápido “que las balas de cañón se cruzaban en el aire”. Al cabo de un tiempo, cuando empezaba a oscurecer, sucedió la catástrofe. Aparecieron llamaradas a bordo del San José. Todo apunta a que venían de la santabárbara. Lenguas de fuego salían por las troneras de los cañones. Maderos ardientes llovían del cielo. Poco después, todo concluyó”.
El capitán de uno de los barcos españoles cuenta: “Cuando el humo se dispersó, busqué a la capitana donde debía haberse encontrado. Pero no vi más que los faroles en la banda de sotavento de los tres buques enemigos”. El San José arrastró a las profundidades a casi toda su tripulación y un tesoro de leyenda.
‘El galeón San José no ha sido saqueado’, dice la Ministra de Cultura
Oro, plata y piedras preciosas estarían en una especie de caja fuerte que sigue intacta, asegura.
El 8 de junio de 1708, corsarios ingleses hundieron en el Caribe, al galeón San José, con un gigantesco tesoro de metales preciosos y esmeraldas.
El buque desplazaba 1.200 toneladas y fue construido cerca de San Sebastián (España).
El San José, con 64 cañones fue cargado en Panamá, y partió hacia Cuba con escala en Cartagena. 4 buques de guerra ingleses lo esperaban.
Abrieron fuego al interceptarlo y en el atardecer de ese día estalló el polvorín del San José y se produjo su casi inmediato hundimiento.
El bombazo mató a la mayoría de los 600 ocupantes. Solo se salvaron 10. El buque fue hallado 307 años después.
La ministra de Cultura, Mariana Garcés, narra lo que se va a hacer:
“Como se sabe, se hará una alianza público-privada (APP) para el rescate del galeón San José. Una empresa presentó una propuesta que estamos mirando en el Ministerio de Cultura. Tiene que ser aprobada por el Ministerio de Hacienda y por Planeación Nacional para ser sometida a consideración del Consejo de Ministros, que tiene que dar su aprobación. Cumplido ese trámite, la oferta se hará pública y un tercero puede mejorar. Si así lo hiciera, el originador puede hacer una segunda propuesta. “
¿Quién es el originador?
El que le ha propuesto al Estado colombiano la APP (alianza público privada) de rescate del galeón.
¿Es colombiano o extranjero?
Es extranjero. Le ha propuesto al Gobierno colombiano que el 50 por ciento del equipo que acompañe toda esta fase de extracción sea conformado por la Armada Nacional y el Instituto de Antropología e Historia, y el otro 50 por ciento con expertos de otras partes del mundo. El originador está conformado por equipos de distintas nacionalidades, y garantiza que son los mejores del mundo en cada competencia.
¿Por qué el originador pide eso en vez de dejarle todo a la Armada?
Porque nosotros no tenemos los conocimientos técnicos, ni la capacidad tecnológica para desarrollar lo que requiere semejante labor.
¿Es absolutamente claro que el San José pertenece a Colombia?
Sí. Tenemos claro que es colombiano y que no hay controversia con nadie.
Pero hay un fallo de la Corte que le reconoce unos derechos a la Sea Search Armada…
Sí, pero en el evento de que en esas coordenadas señaladas exactamente en el fallo de la Corte se encontrase un hundimiento, nunca nombra al galeón San José.
Entiendo que la Sea Search reclama que descubrió al San José, ¿no fue así?
No, eso no es cierto y lo digo con toda la contundencia, no es cierto que hayan descubierto el galeón San José. La Corte le reconoce unos derechos condicionados, pero solo en el evento de que las coordenadas presentadas por Sea Search hayan sido acertadas. El galeón San José se encontró en unas coordenadas distintas, diferentes a las denunciadas por Sea Search.
¿Si llegara a encontrarse un tesoro, se comparte con la Sea Search?
Nosotros; en la primera fase participó una empresa internacional que le solicitó al Estado colombiano que le definiera un polígono, que es un territorio en el mar, para poder hacer una exploración, e hizo el hallazgo y lo encontró en unas coordenadas distintas que fueron denunciadas por ellos al Gobierno.
¿Cuál fue esa empresa?
Eso es parte de la reserva. No fue colombiana, ni norteamericana. Internacional.
¿Por qué guardan en reserva el nombre?
Porque la ley así lo ordena, porque ellos pueden ser parte de la segunda fase que es la extracción y donde otro puede participar y proponer mejores condiciones.
El Consejo Nacional de Patrimonio tiene que determinar si lo que se encuentra en él es patrimonio o no.
¿Lo que se halle en el galeón no será exclusivamente de Colombia?
El Consejo Nacional de Patrimonio tiene que determinar si lo que se encuentra en él es patrimonio o no.
Sobre lo que no sea considerado patrimonio hay unos criterios internacionales, le voy a decir uno: las joyas preciosas con intervención del hombre, son consideradas patrimonios; es decir, las joyas, que ya han sido elaboradas; las piedras preciosas que no han tenido intervención del hombre, no son consideradas patrimonio, sino tesoro en los términos que habla el Código Civil.
¿Hay seguridad de que el galeón no ha sido saqueado?
Con toda la seguridad le puedo decir que no; el galeón, de acuerdo con lo que ya hemos visto en todas las fotografías que se tomaron, está completo en sus 3 cuartas partes.
Hay una cuarta parte que no está completa, está desperdigada en el fondo del mar, porque se perdió cuando el galeón explotó antes de hundirse.
¿Las fotografías y videos que existen quién las tomó?
Un robot controlado desde tierra, fue una operación que está toda documentada.
Nuestro experto del Instituto de Antropología, Ernesto Montenegro, que estudió en La Sorbona de París, vino a Colombia y por su experticia en patrimonio cultural se ha sumergido para ver el galeón, fue muy importante en las discusiones de la elaboración de la ley, en el paso por el Congreso, asimismo ha acompañado la operación científica a petición del originador.
El San José era un barco de guerra, pero también era mercante; llevaba pasajeros.
De sus 600 ocupantes no sobrevivieron más de 10. Lo que dice el exministro Rodolfo Segovia en sus investigaciones es que el barco se hundió en menos de lo que se reza un credo.
¿Los piratas ingleses que atacaron tenían certeza de que estaba lleno de lingotes?
Sí. Haber salido de Portobelo en Panamá ya era un buen indicio, y haber llegado a Cartagena donde el barco se cargó parece confirmar su contenido.
¿Cuántos galeones acompañaban al San José?
Quince galeones y entre esos el San Joaquín, que llegó a puerto seguro en España.
¿Tengo entendido que España también reclamó la propiedad del San José?
No hay una reclamación en tribunales expresa del Gobierno español.
Nosotros hemos sostenido que el galeón fue encontrado en nuestro territorio. Alegar lo contrario equivaldría a afirmar que el castillo de San Felipe y las murallas de Cartagena son españolas.
¿Colombia no acepta discusión sobre la propiedad del San José y de su contenido?
Así es. Nosotros no somos suscriptores de la convención de la Unesco, sobre Patrimonio Cultural Sumergido.
No nos acogemos al criterio del abanderamiento, es decir, no aceptamos que el barco es propiedad del país que tiene la bandera, ni aceptamos la procedencia de la carga. reemos que lo que está en Colombia, en nuestras aguas, es nuestro.
¿El socio privado de la proyectada APP es la empresa que lo descubrió?
Sí.
¿Si lo que se halla son solo piezas arqueológicas, todo es para Colombia?
Todo va para Colombia.
¿Y si hay tesoro?
La empresa propuso un porcentaje de repartición que no le puedo revelar.
La Corte Suprema de Justicia estableció que el originador, o sea el que proponga el APP, puede aspirar hasta, repito, un 50 por ciento de aquello que no sea considerado patrimonio cultural de la nación.
¿En cuánto tiempo la APP estará funcionando para iniciar el rescate?
Creemos que en noviembre y está prevista para 10 años con todas sus fases.
La fase de extracción se demorará más o menos entre 3 o 4 meses.
¿Es decir, está claro que bajo este Gobierno se sabrá si hay o no hay tesoro?
Así es. Y yo creo como lo he dicho, que sí hay tesoro. A mí me importa más el arqueológico que el patrimonial, si quiere que le sea bien sincera.
Hay quienes dicen que el tesoro hundido es de más de tres mil millones de dólares
Sobre eso hay mucha especulación, pero a mí me parece una cifra enorme.
¿Pero el barco sí tenía capacidad para llevar 60 cañones…?
Tenía cuarenta metros de eslora.
¿Entonces, sus conclusiones son cuales?
El galeón sí contiene un gran tesoro arqueológico y un gran tesoro patrimonial.
No ha sido saqueado. Toda la fase de la exploración lo comprueba y es el gran reto científico que tiene Colombia; por exagerado que suene y que parezca, los expertos que estuvieron en la fase de la exploración han dicho que esta operación científica es tan importante como cuando el hombre llegó a la Luna, eso puede ser una cosa que suene a película, pero fue lo dicho por el equipo científico.
Colombia será testigo del rescate subacuático más avanzado del mundo
Galeón San José.
¿Está confirmado que se encuentra a trescientos metros de profundidad?
Eso también hace parte de la reserva, pero le puedo decir que es muchísimo más profundo.
A la profundidad en donde está nadie ha hecho en el mundo una extracción como la que proyectamos realizar.
¿Usted sí cree que el barco será rescatado?
Sí, sí. Pues no el barco como tal, eso es imposible, pero sí su contenido. Creo que desde el punto de vista científico y arqueológico Colombia no tiene clara la dimensión de lo que eso significa.
Lo que rescatarán son sus objetos y se ha calculado que hay diez millones de objetos entre todo; sabemos que hay muchas vasijas, están los cañones; en las fotos, hay vajillas chinas que se ven en el galeón porque ya se tenía establecido el comercio con Asia.
¿Por qué no hay fotos que muestren el tesoro?
Hay cajones cerrados, una especie de cajas fuertes, donde se supone está el tesoro.
¿Eso lo fotografiaron?
Sí. El cajón, no las monedas. No lo que hay por dentro. Se ve perfectamente la forma del barco. Le falta una parte que es donde dio el cañonazo pero ahí no iba la carga, esa es la verdad, la carga iba al otro lado, lejos de la cocina, donde ocurrió la explosión.
¿Si se llega a descubrir y a rescatar el tesoro, Colombia enfrentará las demandas?
Sí, señor. Reclama el Nuevo Reino de Granada: Panamá, Perú. Hasta el Vaticano.
Tenemos un equipo de abogados cuya oficina sede está en Estados Unidos y lo que venimos haciendo es mirar todos los posibles escenarios para defendernos. Le tengo una anécdota: cuando fuimos a una reunión binacional al Ecuador y se acababa de encontrar el galeón, el presidente Correa le dijo al presidente Santos: “Mira, Juan Manuel, tú que has encontrado ese galeón dame un pedacito haber si yo puedo con esta crisis económica”.