No hay una reclamación formal de España por Galeón San José
La ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, aseguró hoy que el país no ha recibido una “reclamación formal” por parte del Ejecutivo español en referencia al galeón San José, hundido a comienzos del siglo XVIII frente a las costas de Cartagena de Indias.
“Tuvimos una conversación con el Gobierno español cuando se encontró el galeón y no hemos vuelto a hablar del tema, por ahora no hay tampoco ninguna reclamación formal por parte del Gobierno español y esperamos que entiendan las explicaciones que dimos en su momento”, dijo Holguín en declaraciones a periodistas en Cartagena.
El navío español San José se hundió en las aguas colombianas cargado con oro, plata y piedras preciosas procedentes de los antiguos virreinatos de la Nueva Granada y del Perú el 8 de junio de 1708 tras una batalla en el Caribe con corsarios ingleses.
El galeón fue localizado en 2015, generando desde entonces una disputa diplomática entre los Gobiernos de Madrid y Bogotá, ya que ambos reivindican la titularidad del navío.
En este sentido, Holguín apuntó hoy que “todo lo que se encuentre en territorio colombiano es de Colombia” y apostó por la creación de un museo en el país que exhiba los tesoros rescatados del fondo del mar.
Este miércoles, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que se rescatará el galeón mediante una alianza público-privada.
España ha reclamado derechos sobre el galeón al considerarlo “barco de Estado” y como tal cuenta con inmunidad soberana reconocida por el convenio de Naciones Unidas de derecho del mar.
Dicha reivindicación no ha sido atendida por el Gobierno colombiano, que, no obstante, expresó en varias ocasiones su voluntad de alcanzar un acuerdo “amistoso” con la antigua metrópoli.
Los derechos sobre el pecio son reclamados además por la empresa cazatesoros estadounidense Sea Search Armada (SSA) que alega haber ubicado el lugar del naufragio hace más de 30 años y pide que se le permita iniciar el rescate del galeón.
En 2018, Consejo de Estado decidirá sobre el Galeón San José
Uno de los primeros temas que debatirá el Consejo de Estado cuando reanude sus funciones a mediados de enero, será la suerte que correrá el tesoro que está hundido en el Galeón San José, en aguas de la Costa Caribe cerca a Cartagena.
El alto tribunal deberá definir la resolución 354 del 3 de junio de 1982 de la Dirección General Marítima y Portuaria (Dimar) que beneficia con derechos de adquisición a la sociedad norteamericana Sea Search Armada.
La ponencia del magistrado William Hernández de la Sección Segunda señala que compartir los derechos sobre el tesoro violaría “la defensa del patrimonio público y el patrimonio cultural de la nación en especial el cultural sumergido”.
Paro el escritor y periodista Nelson Fredy Padilla, el Consejo de Estado sentará jurisprudencia y dará recomendaciones al Estado colombiano sobre “ratificar que la propiedad del tesoro es de los Colombianos como está previsto en la Constitución”.
Sin embargo, señaló que una vez el tesoro sea rescatado del mar, Estados Unidos podría activar las demandas y “estarán listos para embargar cualquier bien que sea subido a flote en Cartagena, lo que diga el Consejo de Estado se podría tener en cuenta, pero no cambiará el panorama frente al tesoro y el rescate”.
El Galeón está hundido desde el 8 de junio de 1708 a varios kilómetros al oeste de Cartagena con 200 toneladas de oro, plata, esmeraldas y tesoros de las colonias del continente americano.
Bokova (Unesco): Lo importante con el Galeón San José es su protección
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha indicado hoy en Madrid que en el caso del Galeón San José, el buque español hallado en noviembre de 2015 frente a las costas colombianas, afirmó;
“lo más importante es proteger el patrimonio y no desarrollar una actividad comercial en los alrededores”.
La directora de la Unesco ha participado hoy en el Foro Nueva Economía, presentado por el ministro de Educación, Cultura y Deportes en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, y ha asegurado el Convenio sobre el Patrimonio Subacuático ratificado por España, pero no por Colombia, “sirve como base bastante sólida para una cooperación internacional en tales casos”.
El embajador de Colombia en España, Alberto Furmanski, presente en la conferencia, ha asegurado al respecto que “están estudiando” si ratificar el convenio y ha subrayado que está de acuerdo con la directora de la Unesco en que “hay que defender el patrimonio”.
El pecio del galeón español San José fue hallado el pasado 27 de noviembre en el fondo del mar Caribe cerca de Cartagena de Indias, donde se hundió en 1708 durante una batalla con corsarios ingleses.
El buque había partido unos días antes de Portobelo (Panamá) cargado con oro, plata y piedras preciosas procedentes de los antiguos virreinatos de la Nueva Granada y el Perú.
Desde el hallazgo, España ha reclamado la titularidad del galeón, ya que, aduce, la Unesco le ampara por tratarse de un “barco de Estado”, si bien ha expresado su voluntad de alcanzar un acuerdo “amistoso” con Colombia.
Bokova ha celebrado que haya un diálogo entre España y Colombia para solucionarlo porque la “Convención sirve para proteger, pero después es responsabilidad de los gobiernos de los países dialogar, para resolver esas cuestiones”.
En cuanto a la posibilidad de que la fiesta taurina sea considerada Patrimonio de la Humanidad, Bokova ha contestado que no le consta que haya “tal propuesta”.
“Me parece que hay algunos artículos en la prensa, pero España nunca ha hecho una propuesta”, ha asegurado.
Con respecto a los bienes considerados patrimonio de la humanidad ha indicado que “hay dos escuelas”, los que piensan que lo más importante es la inscripción” de un bien en la lista y los que creen que lo importante es la protección, entre los que ella se incluye.
“La inscripción es el principio de un viaje, donde lo más importante es conservarlo y protegerlo”, ha aseverado Bokova.
Jefe del Estado presentará avances de proyecto para recuperar al galeón San José
La agenda del Presidente también contempla la visita al municipio de Chimichagua, Cesar, para entregar 110 viviendas y el Muelle Turístico de la Ciénaga. de Zapatosa.
Este miércoles en el Baluarte de San Ignacio de Cartagena, el Presidente Juan Manuel Santos dará a conocer los avances logrados en el proyecto científico cuyo objetivo es la recuperación del Galeón San José.
Cabe recordar que el Mandatario anunció el hallazgo del San José en diciembre de 2015. Desde entonces el Gobierno Nacional desarrolla una investigación arqueológica, sin precedentes en el país, para la recuperación de la nave hundida en aguas del Caribe colombiano en 1708.
Al evento asistirán la ministra de Cultura, Mariana Garcés, el director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh, Ernesto Montenegro, el director de la Dirección General Marítima, Dimar, el almirante Paulo Guevara Rodríguez, así como científicos e historiadores internacionales.
El Presidente hará una declaración a medios periodísticos a las 10 de la mañana que será transmitida por el Canal Institucional de televisión y las páginas web: www.presidencia.gov.co ywww.mincultura.gov.co
Según se conoció, el buque se recuperará más por su valor arqueológico y patrimonial que por su valor económico y deberá realizarse con “sumo cuidado”.
Al acto también acudirán la ministra de Cultura, Mariana Garcés; el director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), Ernesto Montenegro, y el director de la Dirección General Marítima (Dimar), el almirante Paulo Guevara Rodríguez, indicó la Presidencia en un comunicado.
Según el Gobierno Nacional, el buque se recuperará más por su valor arqueológico y patrimonial que por su valor económico y deberá realizarse con “sumo cuidado”, tal como lo indicó el presidente Santos el pasado 12 de junio.
La recuperación del Galeón San José se hará de manera conjunta entre el Gobierno y una empresa privada, tal como lo anunció la ministra de cultura, Mariana Garcés, hace un año. “La visión del Gobierno fue buscar un inversionista para tener en esas posibilidades de exploración a los científicos (…), los mejores del mundo. Va a ser una investigación que va a poner a Colombia en las grandes ligas en ese tema”.
El San José fue hallado el pasado 27 de noviembre en el fondo del mar, donde terminó, cargado con oro, plata y piedras preciosas procedentes de los antiguos virreinatos de la Nueva Granada y del Perú, el 8 de junio de 1708 tras una batalla con corsarios ingleses.
En una reunión que mantuvieron una semana después de que Colombia anunciara el hallazgo, la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, y el entonces ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, admitieron “discrepancias” acerca de la propiedad del buque, pero acordaron buscar fórmulas de entendimiento para la conservación y la protección del pecio.
En la disputa también está la empresa cazatesoros Sea Search Armada (SSA), que pidió acceder a los restos del galeón, cuyas coordenadas se mantienen en secreto, para cerciorarse de que no se encuentran en el lugar en el que fue hallado un pecio en 1982, pretensiones que han sido rechazadas por el Gobierno.
Muelle flotante
El Mandatario continuará su agenda al sur del departamento del Cesar, donde, hacia las 12:30 de la tarde, entregará el Muelle Turístico de la Ciénaga de Zapatosa que contempló dos fases.
La primera etapa ya ejecutada y entregada tuvo una inversión cercana a los 2 mil millones de pesos. La segunda fase, concluida en diciembre de 2016, tuvo un costo de 7.158 millones de pesos.
Esta obra mejorará la conectividad, el turismo y el desarrollo económico entre el centro y sur del país.
Entrega de viviendas
Finalmente, a la 1:30 de la tarde, el Presidente Santos visitará La Piragua, en el municipio de Chimichagua, para entregar 110 viviendas a igual número de familias.
Las soluciones habitacionales están en la urbanización ‘Saúl Martínez’, tienen dos plantas, dos alcobas, sala, cocina, comedor, un baño y áreas de oficio.
Al acto de entrega asistirá el gerente del Fondo Adaptación, Iván Mustafá Durán; el Gobernador del Cesar, y la Alcaldesa del municipio, entre otras personas.
El 14 de julio se conocerá la empresa responsable del rescate del Galeón San José
Hasta el 14 de julio no se conocerá la identidad del inversionista que financiará la empresa que busca rescatar del fondo del mar los restos y la carga del Galeón San José, el “Santo Grial” de la arqueología subacuática, como lo catalogó el presidente Santos ayer desde Cartagena.
Durante décadas se ha especulado acerca de lo que se llevó el San José, además de las vidas humanas de centenares de pasajeros y tripulación. No son un asunto menor, ni la carga (que reclaman entre otros España y un grupo de ‘cazatesoros’) ni las vidas humanas (el Gobierno español ha reiterado que el barco mismo es la tumba de un grupo de sus conciudadanos fallecidos hace más de 200 años) que yacen a unos 700 o 1000 metros de profundidad.
Para quienes trabajamos en arqueología, la emoción del hallazgo y la posibilidad de recuperar parte de la historia marítima de España y América, las técnicas de construcción naval y una aproximación única a un momento particular de la vida social y económica, y por qué no, a las historias individuales de las personas que murieron trágicamente aquel 8 de junio de 1708, justifica el esfuerzo que, actualmente, lidera el Gobierno colombiano a través del Ministerio de Cultura y del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).
Como no se había visto antes en nuestro país, un hallazgo arqueológico es tratado con un protocolo de Estado, al estilo de países como Egipto, que congregan a jefes de gobierno y altos dignatarios para la presentación de los nuevos hallazgos arqueológicos.
Contrario a la mezquindad de algunos arqueólogos -cuyos intereses políticos y económicos desconocemos, y que preferirían dejar el Galeón en el fondo del mar- el gobierno de Santos se ha decidido por la figura de la Asociación Público Privada (APP), en el propósito de obtener los recursos económicos que permitan la investigación, intervención, conservación y divulgación de todo lo relacionado con el Galeón, para disfrute de los colombianos y de quienes nos visiten, dándole a nuestro país un nuevo atractivo turístico imperdible, con todos los beneficios que ello implica.
“En agua o en tierra ES patrimonio cultural: inalienable, inembargable e imprescriptible”
Por supuesto, es de subrayar que dicha APP es posible gracias a la Ley 1675 de 2013 o Ley de Patrimonio Sumergido a la que, siendo un proyecto en discusión en el Congreso de la República, se opuso de manera vehemente quien escribe, junto con un grupo de colegas y ciudadanos.
En su momento, el Gobierno hizo valer sus mayorías en el Congreso para aprobar esta norma, a pesar de los argumentos esgrimidos en favor de que el patrimonio cultural sumergido tuviese el mismo régimen legal de protección del patrimonio arqueológico terrestre. «En agua o en tierra ES patrimonio cultural: inalienable, inembargable e imprescriptible», fue uno de los lemas del espontáneo movimiento ciudadano Unidos por el PCS.
Gracias a esa intervención, el proyecto de ley mejoró en algunos aspectos, de los cuales vale la pena resaltar el que congregará otra vez a los colombianos el 14 de julio: la posibilidad de contratar las actividades de intervención y aprovechamiento económico a través de la ley 80 y otras normas de contratación pública, ¡que no estaban en el proyecto original!
No se pudo ganar en su momento la dura batalla por la eliminación del criterio de repetición y la prohibición expresa de pagar al inversionista privado con hasta (otra expresión introducida en el fragor de las discusiones en la Cámara de Representantes, cuando los poderosos ‘cazatesoros’ pedían taxativamente la mitad de lo hallado) el 50% de lo hallado que no fuese declarado patrimonio cultural (es decir, lo repetido).
En el proyecto original, dicha facultad estaba en manos de una Comisión que creaba la misma ley, compuesta por siete u ocho miembros, todos nombrados por el Presidente de la República. Por fortuna, en alguno de esos debates se logró que tal labor quedara en manos del Consejo Nacional del Patrimonio Cultural, de conformación más plural y con mayores garantías de independencia de sus miembros.
Afortunadamente, también, estas y otras acciones de un pequeño grupo de académicos (como por ejemplo la recolección de 3000 firmas para pedir al presidente Santos no sancionar la ley), apoyados por partidos minoritarios en el Congreso, muy conscientes ellos del valor del patrimonio cultural y la importancia de su preservación, terminaron de redondearse a favor del patrimonio cultural en la Corte Constitucional que, en tres sentencias moduló los alcances nefastos de la ley que salió del congreso.
Por ejemplo, declaró inexequibles dos parágrafos que le quitaban el carácter de patrimonio cultural a los bienes seriados o con valor de cambio o fiscal (monedas, lingotes, etc.) y, por otro lado, introdujo, en adición a los criterios de representatividad, singularidad, repetición, estado de conservación e importancia científica y cultural, contenidos en la Ley 1675, el criterio de unidad, según el cual, cuando una declaratoria de interés cultural recae sobre una colección o conjunto de bienes, esta contendrá las medidas pertinentes para su conservación como unidad indivisible (Sentencia C-264/14). Desde una perspectiva arqueológica, esta noción hace referencia a que, como es universalmente aceptado, un yacimiento arqueológico constituye una unidad cuya legibilidad e interpretación es posible si se documenta, recupera y conserva como tal.
Los anuncios de una investigación científica rigurosa, a cargo de los mejores científicos del mundo, con la mitad de ellos formados en Colombia y con las consideraciones hechas sobre conservación de los bienes y su depósito y exhibición en Cartagena de Indias, han llevado a desvanecer paulatinamente nuestros peores temores, presentes durante el trámite de la ley.
Por supuesto, aún queda la posibilidad de que se pague al inversionista con aquello que no sea patrimonio (que será nada, si el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural aplica de manera rigurosa los criterios anunciados anteriormente). Si el Consejo no aplica estos criterios, aún queda la posibilidad, contemplada en la misma Ley, de pagar al inversionista con recursos de la Nación. En ese caso, ¿cuánto puede valer un proyecto de esta magnitud? ¿50, 300, 500 millones de dólares? ¡Mucho menos de lo que cuesta anualmente la corrupción! ¡Mucho menos de lo que costaron los sobrecostos de Reficar!
Y esta inversión, en cambio, servirá, como bien dijo el Presidente en su intervención desde Cartagena, para que el Galeón San José, sea también un motivo para unirnos como nación.
Es cierto que aún le faltan otros frentes a Santos, a Garcés y a Montenegro en su empeño por “rescatar” el San José. La Sea Search Armada y el Gobierno español tienen sus pretensiones, y están a la espera de lo que se encuentre y del destino final que se le dé. Pero esa es otra historia.
JOSÉ LUIS SOCARRÁS
Director Programa de Arqueología
Universidad Externado de Colombia.
Twitter: @socarraspi / El Tiempo
Por primera vez se ve el galeón San José tras unir 6.000 fotografías.
Descripción:
1. Cañones: Los cañones del Galeón San José son de bronce, estos tienen un número de registro y el escudo de la Corona española, esto permitió determinar que eran del galeón y miden 9x12x16 pulgadas
2. Tazas provenientes de China. Desde ese entonces había un comercio entre China y Panamá. Están en la superficie y no tienen sedimentación.
3. Metate: utensilio usado por los indígenas para moler el maíz, no estaba en la cocina, por lo que se presume que se tenía como adorno.
4. Jeringas francesas y clavos.
5. Dormitorio del capitán: vasenilla que solo usaba el comandante de la embarcación, había loza, platos y vasijas.
Colombia recuperará el galeón San José a finales de 2017
El hallazgo arqueológico mide unos 20.000 metros cuadrados y “está claramente identificado un cuerpo central o sitio principal y un conjunto de materiales que están distribuidos conformando cuatro pequeños núcleos de materiales” dijo Ernesto Montenegro, el director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICAHN), Montenegro, informó este viernes desde Cartagena que el Gobierno de Colombia espera que los trabajos subacuáticos para la extracción física de los restos del galeón San José inicien a finales de 2017.
“Estamos en los procesos administrativos, una vez surtido el procedimiento de audiencia pública se surtirán los tiempos para la extracción del pecio”, enfatizó Montenegro al terminar la primera audiencia pública sobre la Alianza Público Privada (APP) para la recuperación del galeón San José.
El director aseguró que la propuesta para recuperar el Galeón San José la tiene actualmente el Ministerio de Cultura y su identidad no ha sido revelada aún por el Gobierno colombiano.
La empresa que financiará su recuperación tardará alrededor de “seis meses” en hacerlo. “Pero esto dependerá de las capacidades técnicas que se pongan a disposición del proceso de extracción“, precisó.
Explicó que identificaron las tres cuartas partes del galeón San José y que “la parte faltante debió ser objeto de destrucción y degradación tanto en el momento de su hundimiento como durante estos 300 años de transformación de los materiales“.
Por su parte, el jefe de la oficina asesora jurídica del Ministerio de Cultura, Juan Manuel Vargas, expresó que “el Consejo Nacional de Patrimonio aplicará cinco criterios para determinar qué es y qué no es patrimonio, lo que determinará qué parte del hallazgo se puede monetizar o vender“.
El galeón San José es una embarcación del símbolo del imperio español hundido en 1708 a cañonazos por piratas ingleses con un cargamento de oro, plata y esmeraldas frente a las costas colombianas. Fue encontrado en noviembre de 2015.
Woods Hole Oceanographic Institution – WHOI los descubridores del galeón San José
Aunque cualquier empresa interesada puede ofertar, el diaro Colombiano El Espectador revela la historia de la entidad que lo encontró a finales de 2015, y es la primera opción para asociarse con el Gobierno en la tarea de subir el tesoro a la superficie.
La misma tarde del 4 de diciembre de 2015, luego de que el presidente Juan Manuel Santos anunciara vía Twitter: “Gran noticia ¡Encontramos el galeón San José!”, el científico Jeff Kaeli no se aguantó las ganas de contar lo que había estado haciendo en Cartagena durante semanas y tuiteó en inglés: “¡Es oficial! Por esta razón he estado en Colombia! ¡Encontramos el Galeón San José!”.
Jeffrey W. Kaeli fue uno de los operadores del vehículo submarino no tripulado Remus 6000 que estableció las coordenadas exactas para confirmar que se trataba del galeón español hundido por los ingleses cerca de las Islas del Rosario el 8 de junio de 1708.
Dos días después la investigadora oceánica Amy L. Kukulya, amiga de Kaeli, reconfirmó en Twitter: “En Colombia se descubre el naufragio del legendario galeón español, encontrado por mis colegas @Whoi @remusauv”. La científica Loral O’Hara también dejó constancia de las buenas noticias desde “Columbia”: “@WHOI y Remus reportan descubrimiento del legendario galeón San José”. Horas después el propio Grupo Remus admitió: “Los Remus 6000 que faenan en aguas colombianas han encontrado los restos del naufragio del San José, 307 años después de su hundimiento”.
Testimonios como estos responden la pregunta que el Gobierno Nacional no ha respondido: ¿Quién encontró, con el apoyo de la Armada Nacional de Colombia, el naufragio? -El proceso de búsqueda y localización del “santo grial de los galeones de la Colonia” ha estado cobijado por el secreto que en esta fase prevén las normas de asociación público-privada con que se formalizará la operación de rescate antes de que termine 2017-.
Fue el Whoi, que es la sigla de la Woods Hole Oceanographic Institution, la firma de investigación oceanográfica privada más grande del mundo. La misma prestigiosa entidad que pasó a la historia por el descubrimiento del Titanic en septiembre de 1985, fruto de un trabajo paciente, respaldado por tecnología de punta, exhibida a cualquier turista en su sede principal en el pueblo de Woods Hole, Massachusetts, costa atlántica de Estados Unidos, cerca de Nueva York. Allí funciona el centro de educación e investigación Whoi, donde trabajan científicos de todo el mundo, incluidos colombianos financiados por Colciencias, comprometidos con la filosofía de quienes lo fundaron en 1930: explorar todos los océanos del planeta para beneficio de la humanidad y, en teoría, sin ánimo de lucro.
Como si se tratara de un parque de Disney, cualquiera puede recorrer la exposición sobre la emocionante búsqueda del Titanic y tomarse selfies en las réplicas del Knorr y el Alvin, los submarinos que localizaron y detallaron el famoso buque que se hundió en el Atlántico Norte a comienzos del siglo XX. Seguramente el hallazgo del San José se convertirá allá en una próxima atracción.
Una vez la Armada Nacional verificó que se trataba de los mejores oceanógrafos, durante 2015 designó al buque ARC Malpelo, el más moderno del país, para apoyar las labores en alta mar. El monitoreo del lecho marino del archipiélago del Rosario se dirigió con el Seabed Prince, “Príncipe de los fondos marinos”, un buque rojo y blanco, operado por la empresa Swire Seabed AS, construido en 2009 y parte del grupo Swire Pacific Offshore (SPO) desde febrero de 2012.
Desde su cubierta se manejaron vehículos no tripulados, cámaras de alta resolución submarina Schilling HD35, otras de la Inside Pacific Inc., aparte de otros equipos de precisión de la Palfinger Marine y Emepc 2094. Operarios con el emblema de Swire Seabed aparecen en los videos difundidos por el Gobierno desde finales de 2015, con uniformes color naranja, manipulando equipos UTEC DA 4G O 40. Había 70 tripulantes extranjeros.
A la plataforma de ese barco llegó el presidente Santos en el helicóptero de la Armada ARC 228, para recorrerlo bajo la guía de Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) y cerebro de la operación del lado colombiano. En la sala de mando lo pusieron al tanto del primer año de la fase de prospección: le mostraron los planos levantados del San José, con resaltados amarillos y morados, dependiendo de si se trataba de información confirmada o por confirmar, y en letras verdes las zonas de exploración marcadas con letras mayúsculas A y B, en las que se observan anotaciones como “verificar si hay palanquetas o enramadas”. Cada dato es confrontado con los documentos originales y sellados de la historia del galeón, digitalizados en el Archivo de Indias de Sevilla, España, donde está la historia de cada embarcación oficial de la Colonia, desde su fabricación hasta su hundimiento, así como el manifiesto de carga y hasta su inventario de cerraduras y llaves, así como la relación de tripulantes y viajeros.
Para cada objetivo, desde las arcas con tesoros, pasando por el armamento, hasta los restos humanos y las porcelanas, hay mapas de base, divididos por áreas delimitadas en gráficas digitales azules, con zonas amarillas y rojas marcadas por los sonares. Especialistas en mecatrónica, robótica, oceanografía, química y física aportan información. Una vez se decida el contratista que completará la asociación público-privada, la “exhumación” demandará unos seis meses.
Por ahora, quien tiene la primera opción es el Whoi, por ser el descubridor, el que arriesgó su capital para demostrar que podía hallar el San José. Sin embargo, el Gobierno convocó una audiencia pública en Cartagena el pasado 14 de julio para explicar que cualquier empresa interesada y calificada puede hacer una oferta para el rescate.
Del proceso está pendiente la firma estadounidense Sea Search Armada, porque desde 2007 la Corte Suprema de Justicia la declaró la descubridora de un naufragio que sería el San José -en coordenadas denunciadas por SSA desde 1982 y ratificadas por la Armada Nacional-, con derechos sobre la mitad de lo que se considere tesoro, es decir, los elementos repetidos o que no sean calificados como patrimonio sumergido inalienable por el Consejo Nacional de Patrimonio.
Según dijo el abogado de SSA, Danilo Devis, ellos no se presentarán como ofertantes, sino demandarán al gobierno y a su contratista y, mientras la disputa judicial por el San José se define, pedirán el embargo de cualquier objeto que sea subido a superficie. SSA ha intentado desde hace diez años realizar el rescate por su cuenta, con autorización colombiana, pero le han negado la expedición al lugar, en el caso del gobierno Santos porque asegura que localizó el galeón en un sitio distinto al que los norteamericanos habían reportado.
Ellos insisten en que vendrán en buques con bandera de Estados Unidos, el presidente Donald Trump notificado de por medio, para hacer valer sus derechos. La Armada colombiana activó anillos de seguridad y la ministra de Cultura, Mariana Garcés, será la encargada esta semana de hablar por primera vez del papel del Whoi y del futuro del naufragio que se convertirá en museo en Cartagena.
El Whoi se ha concentrado durante los últimos años en entender cómo afecta y afectará al mar el cambio climático, y las consecuencias sobre los seres humanos. La institución forma los científicos más importantes a nivel oceanográfico del mundo. Las mil personas con las que trabaja se especializan en vida oceánica, océano costero, océano y cambio climático, y exploración de los fondos oceánicos. Este último departamento es el que estaría encargado de ejecutar un acuerdo de trabajo con el Gobierno de Colombia para asesoría y transferencia de tecnología en todo el proceso de georreferenciación, inventario, estudio y rescate del galeón San José luego de 35 años de frustraciones y litigios.
Por eso el presidente Santos dijo el 5 de diciembre de 2015 que para esta misión lo asesoró del dream team de los océanos, como llaman al equipo que encontró el Titanic: científicos del Instituto de Arqueología Náutica estadounidense, de la Oficina Nacional de Santuarios Marítimos, del Centro de Recursos Submarinos y del ya mencionado Woods Hole, sumaron esfuerzos para garantizar el éxito de la expedición oceánica más exigente y de la cual hemos visto documentales desde que localizaron el naufragio hasta que lo reconstruyeron digitalmente en tercera dimensión sentando las bases de la arqueología marina moderna. Quienes trabajan en el proyecto San José, como en el Titanic, firmaron “cláusulas de reserva”.
Para una fuente de la Armada Nacional, que pidió omitir su nombre, conocer a estos expertos ha sido un honor. Aprendió cómo se halló y se sigue aprendiendo del Titanic, modelo que se está usando en el caso colombiano, aunque el trasatlántico está a casi 4.000 metros de profundidad y el galeón a mil.
La flota del Whoi incluye dos Remus 6000 y los robots Knorr y Alvin, aparte de los ultramodernos buques oceanográficos R/V Atlantis y R/V Oceanus, que cuentan con el apoyo, si lo piden, de la Marina de Estados Unidos. En caso de que se requiera submarino tripulado, el Whoi ofrece el R/V Tioga, un vehículo a control remoto por cable llamado Jason/Medea y vehículos autónomos como el Explorador Béntico Autónomo y el Seabed.
Desde que se fue a pique en 1912, con 2.224 pasajeros a bordo, el Titanic estuvo perdido casi un siglo en el fondo del mar hasta que, en septiembre de 1985, los restos fueron encontrados por el equipo liderado por Robert Ballard, científico que también habría sido consultado para oír su opinión sobre la forma como debe abordarse el San José. Desde el Knorr, Ballard ubicó al Titanic con base en la información del robot no tripulado Argos, que durante diez días había hecho un barrido del suelo marino.
En total se han hecho nueve expediciones al que se convirtió en el sepulcro de 1.514 personas y cada vez se desarrollaron más las posibilidades del Remus 6000 y del Remora 6000, los submarinos con aspecto de torpedo, no tripulados y que ahora están al servicio del proyecto del Gobierno de Colombia, equipados con cámaras fotográficas, de video, radares y sonares de última generación, que permiten levantar un mapa tridimensional.
La “metodología Titanic” será la base para el trabajo en el San José al menos durante los próximos cinco años, explica un arqueólogo submarino que asesora al Gobierno en la etapa de prospección. Para imaginar lo que viene, me invita a revisar la edición sobre la “Expedition Titanic 2010” que publicó la revista de la National Geographic en 2012.
A la hora de procesar fotografías el Whoi pone a disposición su Laboratorio de Imagen y Visualización Avanzada. Bill Lange es quien lo dirige y confronta los datos de los submarinos a control remoto ROV con los de los autónomos conocidos como AUV. Gracias a esa fusión reconstruye escenarios vedados al ojo humano.
El primer paso es crear una base de datos a partir de las evidencias del lugar, que se cruza con la base de datos que ya se tiene sobre la historia del galeón. De esta manera no se cometerán errores que afecten el patrimonio sumergido a la hora de intervenir el naufragio. Pieza por pieza, cañón por cañón, objetos, metales como oro y plata, piedras preciosas, tal vez partes del casco, se irán catalogando allí y subiendo a la superficie “entre algodones” para ser sometidos a un proceso de conservación antes de cualquier tipo de exhibición.
¿Quiénes más integraron ese dream team del que se está sirviendo Colombia?
Gregory Packard, director del Laboratorio de Sistemas Oceánicos del Whoi, fue “el mago” que operó los Remus 6000 hasta lograr las condiciones de iluminación y telemetría requeridas para una profundidad donde el océano sólo ofrece oscuridad, y David Gallo, director de Proyectos Especiales del Whoi lideró la expedición Titanic 2010 junto a arqueólogos de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (Noaa) y representantes del Instituto Waitt, fabricante de los Remus. Además, se habla de la firma Hydroid Inc., especializada en submarinismo arqueológico y registrada en Pocasset, Massachusetts, división de la multinacional norteamericana Konsberg Maritime.
Sea porque van a trabajar con el gobierno de Juan Manuel Santos o porque saben de la importancia científica del hallazgo del San José, estos cerebros, en su mayoría estadounidenses y británicos, han puesto en sus radares a Colombia. Vaticinan que el San José se convertirá en “el Titanic del siglo XXI” camino a la elaboración del primer mapa tridimensional de galeones hundidos. “El mar Caribe colombiano es el mayor camposanto (no olvidan a los miles de tripulantes ahogados) de las cápsulas de tiempo que permitirán recuperar la memoria de la época posterior al descubrimiento de América”.
El arqueólogo explica que a ese nivel de conocimiento, la mayoría de investigadores submarinos se conocen y se apoyan, razón por la cual terminan encontrándose en escenarios similares. Tal fue el caso del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, desaparecido el 8 de marzo de 2014 y que no ha podido ser localizado en el océano Índico.
Otra experiencia traída a Colombia donde sí pudieron probar una vez más las ventajas de los Remus 6000 fue en la búsqueda del vuelo 447 de Air France que se perdió en el Atlántico después de despegar de Brasil rumbo a Europa, con 228 pasajeros a bordo la noche del 31 de mayo de 2009. El lugar de impacto en el océano era desconocido y para encontrar las cajas negras y los restos hubo que reunir a oceanógrafos de 11 institutos que trabajaron basados en la última señal de navegación que había transmitido la computadora del avión. Teniendo en cuenta las corrientes oceánicas, que también serán otro factor importante para evaluar la posición y acometimiento del San José, delimitaron un área de búsqueda de 750 millas cuadradas.
Las principales herramientas de precisión fueron estos vehículos submarinos autónomos que pesan 1.900 libras y pueden viajar 22 horas continuas, a velocidad promedio de seis kilómetros por hora, para permitir escaneo a un ritmo de media milla de terreno por pasada. Allí estuvo, como en el caso del Titanic, Dominique Rissolo, director del Instituto Waitt, para verificar que los aparatos estaban usando a tope los sonares de visión lateral para armar el mapa del lecho e identificar objetos anómalos hasta descubrir los restos del avión y de los pasajeros.
A este tipo de estudios se refirió el presidente Juan Manuel Santos cuando explicó que el sonar había detectado en principio miles de anomalías en el terreno y se mantuvo el rastreo hasta que 30 fueron catalogadas como de origen antrópico, es decir, cultural, y entre esas estarían seis, una correspondió al San José y las otras a posibles naufragios de varias épocas.
Son técnicas perfeccionadas por Andrew J. Sherrell, uno de los tres genios de sonar más experimentados del mundo, en inglés un Lead Sonar Analyst de categorías 1 y 2, que presta servicios a través de Sherrell Ocean Services, con la que participó en la búsqueda del vuelo MH370. Es graduado en ingeniería oceánica del Instituto de Tecnología de Florida y se hizo conocido como empleado de Oceaneering International Inc. y del Harbor Branch Oceanographic Institute.
David Gallo, el director de proyectos especiales del Whoi, lo calificó vía Twitter como “el mejor experto en sonar con el que he navegado”. Lo llama “El señor de los pings”, en relación con el talento que tiene para manejar los programas computarizados de los submarinos en asociación con los sonares. Los pings tienen que ver con una señal sonora que se envía para detectar si hay algún obstáculo; si ésta vuelve significa que hay algún cuerpo o barrera en la trayectoria de la transmisión. Así se puede calcular la distancia del objeto detectado mediante el tiempo que tarda en retornar la señal.
En los videos difundidos por el gobierno se dice que “la historia del galeón saldrá a flote y revelará todos sus secretos”. Esperemos que sea cierto.
* Autor del libro “El galeón San José y otros tesoros. Relatos de intrigas y conspiraciones” (sello Aguilar).
Lo que hay detrás de la batalla por el Galeón San José
La batalla por el Galeón San José, el santo grial de los naufragios, se libra en un tribunal, en medios diplomáticos y en el escenario político.
Desde que se hundió durante una batalla frente a la costa de Colombia en 1708, el galeón español San José ha generado reclamos conflictivos.
Para España, el barco de 64 cañones pertenece solo a la madre patria. Cazadores de tesoros, esgrimiendo el derecho a apropiarse de lo encontrado, exigieron una parte del fabuloso botín, que podría llegar a 17.000 millones de dólares en oro, plata y piedras preciosas.
El San José y sus renombradas riquezas siempre estuvieron destinadas a Fermina Daza, la heroína de la novela de Gabriel García Márquez “El amor en los tiempos del cólera”, cuyo febril pretendiente juro sumergirse hasta el fondo del Caribe para que ella pudiera “bañarse en una lluvia de oro”.
Tres siglos después, la batalla por el San José -el santo grial de los naufragios- se libra en un tribunal, en medios diplomáticos y en el escenario político.
El resultado podría recrear las reglas sobre quien tiene derecho al brumoso pasado o, al menos, probar hasta qué punto los que litigan por la historia están dispuestos a sumergirse para alcanzar su premio.
En ese campo, Colombia podría correr con ventaja. El 12 de junio, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció el inminente lanzamiento de una sociedad público-privada para rescatar el San José.
Santos ha prometido convertir los restos del naufragio en un museo nacional, argumentando que el patrimonio cultural sumergido que se encuentra en aguas nacionales pertenece legalmente a Colombia.
La ONU lo respalda: la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar da “derechos preferenciales” sobre los objetos arqueológicos o históricos sumergidos al país de origen, por encima de la bandera del buque.
Sin embargo, para concretar su plan, Santos debe desechar una petición del gobierno español, que a menudo va tras su flota perdida de manera agresiva, y otra de la compañía estadounidense de recuperaciones Sea Search Armada, que informó haber descubierto el barco en 1982 en el marco de un acuerdo anterior con el gobierno de Colombia.
Todas las partes pueden citar disposiciones legales a su favor. El San José llevaba bandera española y la mayor parte de su tripulación también lo era. Tradicionalmente, eso le ha bastado a España para obtener la titularidad de los naufragios y su contenido.
De manera similar, la compañía privada de exploraciones tiene también fuertes argumentos. Originalmente respaldada por inversores celebres como el ya fallecido actor Michael Landon y el conspirador de Watergate John Ehrlichman, Sea Search Armada obtuvo derechos exclusivos de búsqueda y una participación de 50 por ciento en cualquier botín recuperado que no se considerará un objeto cultural.
Colombia derogó ese acuerdo en 1984, desencadenando una pelea que llegó a la Suprema Corte y aún no está resuelta. En 2015, el gobierno de Santos rechazó a España reafirmando la propiedad única del San José; también intentó anular las demandas privadas anunciando que había encontrado el naufragio en un lugar diferente del informado por Sea Search.
Más allá de estos enfrentamientos hay un cambio de sensibilidad política respecto del derecho a reclamar la herencia mundial. Consideremos el legendario tesoro del Cisne Negro. Una carga de oro y plata valuada en 500 millones de dólares que se hundió a bordo de un barco español frente a la costa de Portugal en 1804.
Hasta con argumentos estrictamente legales, los jueces actuales podrían pisar un terreno resbaladizo. España pudo haber dominado los mares, pero al menos la mitad de lo que su flota cargaba a través de los océanos pertenecía a otras potencias mundiales, según el historiador Henry Kamen, un académico español.
La carrera al fondo del mar está lejos de haber terminado, pero el resultado es seguido de cerca. La ONU calcula que unos 3 millones de buques que naufragaron están diseminados por el fondo marino.
Algunos son atracciones turísticas y otros han sido declarados cementerios sumergidos y, por lo tanto, no pueden saquearse, pero solo una pequeña fracción de este patrimonio sumergido ha sido explorada.
En última instancia, preocupaciones más prácticas podrían decidir el destino de los naufragios históricos. Rescatarlos es una tarea abrumadora, costosa en cualquier circunstancia.
Agreguemos la carga de los litigios, una apuesta arriesgada que puede prolongarse durante años, y los costos pueden volverse prohibitivos.
‘El galeón San José no ha sido saqueado’, dice la Ministra de Cultura
Oro, plata y piedras preciosas estarían en una especie de caja fuerte que sigue intacta, asegura.
El 8 de junio de 1708, corsarios ingleses hundieron en el Caribe, al galeón San José, con un gigantesco tesoro de metales preciosos y esmeraldas.
El buque desplazaba 1.200 toneladas y fue construido cerca de San Sebastián (España).
El San José, con 64 cañones fue cargado en Panamá, y partió hacia Cuba con escala en Cartagena. 4 buques de guerra ingleses lo esperaban.
Abrieron fuego al interceptarlo y en el atardecer de ese día estalló el polvorín del San José y se produjo su casi inmediato hundimiento.
El bombazo mató a la mayoría de los 600 ocupantes. Solo se salvaron 10. El buque fue hallado 307 años después.
La ministra de Cultura, Mariana Garcés, narra lo que se va a hacer:
“Como se sabe, se hará una alianza público-privada (APP) para el rescate del galeón San José. Una empresa presentó una propuesta que estamos mirando en el Ministerio de Cultura. Tiene que ser aprobada por el Ministerio de Hacienda y por Planeación Nacional para ser sometida a consideración del Consejo de Ministros, que tiene que dar su aprobación. Cumplido ese trámite, la oferta se hará pública y un tercero puede mejorar. Si así lo hiciera, el originador puede hacer una segunda propuesta. “
¿Quién es el originador?
El que le ha propuesto al Estado colombiano la APP (alianza público privada) de rescate del galeón.
¿Es colombiano o extranjero?
Es extranjero. Le ha propuesto al Gobierno colombiano que el 50 por ciento del equipo que acompañe toda esta fase de extracción sea conformado por la Armada Nacional y el Instituto de Antropología e Historia, y el otro 50 por ciento con expertos de otras partes del mundo. El originador está conformado por equipos de distintas nacionalidades, y garantiza que son los mejores del mundo en cada competencia.
¿Por qué el originador pide eso en vez de dejarle todo a la Armada?
Porque nosotros no tenemos los conocimientos técnicos, ni la capacidad tecnológica para desarrollar lo que requiere semejante labor.
¿Es absolutamente claro que el San José pertenece a Colombia?
Sí. Tenemos claro que es colombiano y que no hay controversia con nadie.
Pero hay un fallo de la Corte que le reconoce unos derechos a la Sea Search Armada…
Sí, pero en el evento de que en esas coordenadas señaladas exactamente en el fallo de la Corte se encontrase un hundimiento, nunca nombra al galeón San José.
Entiendo que la Sea Search reclama que descubrió al San José, ¿no fue así?
No, eso no es cierto y lo digo con toda la contundencia, no es cierto que hayan descubierto el galeón San José. La Corte le reconoce unos derechos condicionados, pero solo en el evento de que las coordenadas presentadas por Sea Search hayan sido acertadas. El galeón San José se encontró en unas coordenadas distintas, diferentes a las denunciadas por Sea Search.
¿Si llegara a encontrarse un tesoro, se comparte con la Sea Search?
Nosotros; en la primera fase participó una empresa internacional que le solicitó al Estado colombiano que le definiera un polígono, que es un territorio en el mar, para poder hacer una exploración, e hizo el hallazgo y lo encontró en unas coordenadas distintas que fueron denunciadas por ellos al Gobierno.
¿Cuál fue esa empresa?
Eso es parte de la reserva. No fue colombiana, ni norteamericana. Internacional.
¿Por qué guardan en reserva el nombre?
Porque la ley así lo ordena, porque ellos pueden ser parte de la segunda fase que es la extracción y donde otro puede participar y proponer mejores condiciones.
El Consejo Nacional de Patrimonio tiene que determinar si lo que se encuentra en él es patrimonio o no.
¿Lo que se halle en el galeón no será exclusivamente de Colombia?
El Consejo Nacional de Patrimonio tiene que determinar si lo que se encuentra en él es patrimonio o no.
Sobre lo que no sea considerado patrimonio hay unos criterios internacionales, le voy a decir uno: las joyas preciosas con intervención del hombre, son consideradas patrimonios; es decir, las joyas, que ya han sido elaboradas; las piedras preciosas que no han tenido intervención del hombre, no son consideradas patrimonio, sino tesoro en los términos que habla el Código Civil.
¿Hay seguridad de que el galeón no ha sido saqueado?
Con toda la seguridad le puedo decir que no; el galeón, de acuerdo con lo que ya hemos visto en todas las fotografías que se tomaron, está completo en sus 3 cuartas partes.
Hay una cuarta parte que no está completa, está desperdigada en el fondo del mar, porque se perdió cuando el galeón explotó antes de hundirse.
¿Las fotografías y videos que existen quién las tomó?
Un robot controlado desde tierra, fue una operación que está toda documentada.
Nuestro experto del Instituto de Antropología, Ernesto Montenegro, que estudió en La Sorbona de París, vino a Colombia y por su experticia en patrimonio cultural se ha sumergido para ver el galeón, fue muy importante en las discusiones de la elaboración de la ley, en el paso por el Congreso, asimismo ha acompañado la operación científica a petición del originador.
El San José era un barco de guerra, pero también era mercante; llevaba pasajeros.
De sus 600 ocupantes no sobrevivieron más de 10. Lo que dice el exministro Rodolfo Segovia en sus investigaciones es que el barco se hundió en menos de lo que se reza un credo.
¿Los piratas ingleses que atacaron tenían certeza de que estaba lleno de lingotes?
Sí. Haber salido de Portobelo en Panamá ya era un buen indicio, y haber llegado a Cartagena donde el barco se cargó parece confirmar su contenido.
¿Cuántos galeones acompañaban al San José?
Quince galeones y entre esos el San Joaquín, que llegó a puerto seguro en España.
¿Tengo entendido que España también reclamó la propiedad del San José?
No hay una reclamación en tribunales expresa del Gobierno español.
Nosotros hemos sostenido que el galeón fue encontrado en nuestro territorio. Alegar lo contrario equivaldría a afirmar que el castillo de San Felipe y las murallas de Cartagena son españolas.
¿Colombia no acepta discusión sobre la propiedad del San José y de su contenido?
Así es. Nosotros no somos suscriptores de la convención de la Unesco, sobre Patrimonio Cultural Sumergido.
No nos acogemos al criterio del abanderamiento, es decir, no aceptamos que el barco es propiedad del país que tiene la bandera, ni aceptamos la procedencia de la carga. reemos que lo que está en Colombia, en nuestras aguas, es nuestro.
¿El socio privado de la proyectada APP es la empresa que lo descubrió?
Sí.
¿Si lo que se halla son solo piezas arqueológicas, todo es para Colombia?
Todo va para Colombia.
¿Y si hay tesoro?
La empresa propuso un porcentaje de repartición que no le puedo revelar.
La Corte Suprema de Justicia estableció que el originador, o sea el que proponga el APP, puede aspirar hasta, repito, un 50 por ciento de aquello que no sea considerado patrimonio cultural de la nación.
¿En cuánto tiempo la APP estará funcionando para iniciar el rescate?
Creemos que en noviembre y está prevista para 10 años con todas sus fases.
La fase de extracción se demorará más o menos entre 3 o 4 meses.
¿Es decir, está claro que bajo este Gobierno se sabrá si hay o no hay tesoro?
Así es. Y yo creo como lo he dicho, que sí hay tesoro. A mí me importa más el arqueológico que el patrimonial, si quiere que le sea bien sincera.
Hay quienes dicen que el tesoro hundido es de más de tres mil millones de dólares
Sobre eso hay mucha especulación, pero a mí me parece una cifra enorme.
¿Pero el barco sí tenía capacidad para llevar 60 cañones…?
Tenía cuarenta metros de eslora.
¿Entonces, sus conclusiones son cuales?
El galeón sí contiene un gran tesoro arqueológico y un gran tesoro patrimonial.
No ha sido saqueado. Toda la fase de la exploración lo comprueba y es el gran reto científico que tiene Colombia; por exagerado que suene y que parezca, los expertos que estuvieron en la fase de la exploración han dicho que esta operación científica es tan importante como cuando el hombre llegó a la Luna, eso puede ser una cosa que suene a película, pero fue lo dicho por el equipo científico.
Colombia será testigo del rescate subacuático más avanzado del mundo
Galeón San José.
¿Está confirmado que se encuentra a trescientos metros de profundidad?
Eso también hace parte de la reserva, pero le puedo decir que es muchísimo más profundo.
A la profundidad en donde está nadie ha hecho en el mundo una extracción como la que proyectamos realizar.
¿Usted sí cree que el barco será rescatado?
Sí, sí. Pues no el barco como tal, eso es imposible, pero sí su contenido. Creo que desde el punto de vista científico y arqueológico Colombia no tiene clara la dimensión de lo que eso significa.
Lo que rescatarán son sus objetos y se ha calculado que hay diez millones de objetos entre todo; sabemos que hay muchas vasijas, están los cañones; en las fotos, hay vajillas chinas que se ven en el galeón porque ya se tenía establecido el comercio con Asia.
¿Por qué no hay fotos que muestren el tesoro?
Hay cajones cerrados, una especie de cajas fuertes, donde se supone está el tesoro.
¿Eso lo fotografiaron?
Sí. El cajón, no las monedas. No lo que hay por dentro. Se ve perfectamente la forma del barco. Le falta una parte que es donde dio el cañonazo pero ahí no iba la carga, esa es la verdad, la carga iba al otro lado, lejos de la cocina, donde ocurrió la explosión.
¿Si se llega a descubrir y a rescatar el tesoro, Colombia enfrentará las demandas?
Sí, señor. Reclama el Nuevo Reino de Granada: Panamá, Perú. Hasta el Vaticano.
Tenemos un equipo de abogados cuya oficina sede está en Estados Unidos y lo que venimos haciendo es mirar todos los posibles escenarios para defendernos. Le tengo una anécdota: cuando fuimos a una reunión binacional al Ecuador y se acababa de encontrar el galeón, el presidente Correa le dijo al presidente Santos: “Mira, Juan Manuel, tú que has encontrado ese galeón dame un pedacito haber si yo puedo con esta crisis económica”.
Con altísima tecnología, Colombia hizo una imagen del barco que está a 600 metros de profundidad
Por: Olga Lucía Martínez Ante | 25 de abril 2018 , 12:41 a.m.
Se ven pequeñas, pero ahí están. Se trata de un buen número de tazas de origen chino. A su alrededor, los cañones del galeón San José, hundido por barcos ingleses el 8 de junio de 1708 cerca de Cartagena, en el mar Caribe. Más allá, se aprecian nítidas ánforas, una de ellas del Cusco.
La imagen es el resultado de juntar 6.000 fotos tomadas a 600 metros del fondo del mar. Cada una se hizo con un submarino autónomo que recorrió cada objeto a una altura de 80 centímetros, sobre el lecho del mar. Es la primera vez que se puede observar la totalidad de la embarcación.
En el fondo marino están estos vestigios arqueológicos que Colombia quiere rescatar con una APP (Asociación Público Privada). Las fotos dan una idea de cómo quedó el barco. Hundido, sin su proa, al parecer destruida por los cañonazos del ataque.
Al día de hoy está abierta la licitación para que un originador adicional a Maritime Archaeology Consultants Switzerland AG entre a competir. La licitación se cerrará el 25 de mayo próximo.
El ganador deberá hacer la exploración, intervención, preservación y divulgación y aprovechamiento de lo que Colombia considere que es patrimonio nacional, que puede ser todo lo que se extraiga.
“Rescatarlo no es tarea fácil”, dice Ernesto Montenegro, director el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh). Aunque será como una excavación en tierra firme, el hecho de que esté a unos 600 metros de la superficie marina, en medio de la absoluta oscuridad, y a donde el ser humano no puede ir, obliga a utilizar una tecnología de punta.
Como en cualquier excavación, el área se rodeará. Y a su vez, el espacio donde está la mayoría de los objetos, se dividirá en diez subáreas, “para obtener la información arqueológica más relevante del sitio y optimizar la metodología necesaria para la investigación”, informa Montenegro.
En cada una se trabajará removiendo el sedimento con gran cuidado y recogiendo los objetos con robots. Cada una de las aproximadamente 10 millones de piezas se meterán en una bóveda con gel para evitar su deterioro. Luego irán al barco y de allí al laboratorio.
“Aquí se determinará la singularidad y la representatividad de los objetos que se recuperen. También hay factores como la repetición (de monedas y objetos), el estado de conservación y su importancia científica y cultural”, dice Mariana Garcés, ministra de Cultura.
Garcés explica que este es el proyecto más ambicioso que emprenda el país en el ámbito de la ciencia.
En cuanto a la ganancia para el originador, esta se basa en lo que puede obtener de lo que no es patrimonio, “que será hasta el 50 por ciento del valor de los bienes que no constituyen valor cultural”, se lee en un documento del Ministerio.
De acuerdo a lo que el Consejo Nacional de Patrimonio defina qué es de interés cultural, se irán acomodando los porcentajes del originador que, incluso, como dice Juan Manuel Vargas, del departamento jurídico del Ministerio, “podría no ser nada y solo conseguir el aprovechamiento del museo por un tiempo de tres años”. El valor del monto del proyecto es de 197.727’182.757 de pesos
La ministra de Cultura cuenta que esta aventura comenzó cuando un antropólogo le hizo entrega al presidente Juan Manuel Santos, en un viaje a Estados Unidos, de un mapa con las posibles coordenadas. Santos, que en su juventud hizo parte de la Armada, envió al arqueólogo al Ministerio de Cultura y tras una reunión le dijeron que debía conseguir una empresa dedicada a este fin para determinar si era o no el San José.
En el 2015, desde el buque ARC Malpelo se realizaron los registros marinos en áreas definidas con un vehículo autónomo subacuático y en distintas frecuencias, para a través de varios estudios determinar la existencia de objetos, especialmente de artillería.
Esos estudios se realizaron en un área de 20.000 metros cuadrados. Se determinaron cuatro sitios de concentración de materiales arqueológicos. Después del 25 de mayo, cuando se conozcan los licitantes adicionales al originador se determinará quién acompaña a Colombia en el proyecto.
Se han escuchado voces que han entrado en una discusión de si la forma como se haría el rescate es la más apropiada. La Convención del Mar de la Unesco dice que un barco hundido es del país del que sea su bandera y que recomienda la conservación en el lugar donde está. Pero Colombia no está obligada porque no es firmante de este tratado.
Jurídicamente, la decisión más reciente es de la Corte Constitucional, de febrero pasado, en la que ratifica que “las piezas provenientes del presunto hallazgo del galeón San José que sean declaradas patrimonio cultural sumergido pertenecen a la Nación”.
La Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) ha difundido imágenes submarinas que acreditan el hallazgo en el Caribe del ‘santo grial de los naufragios’: el galeón español San José.
Se trata de fotos que muestran recipientes y, especialmente, cañones con características distintivas que los acreditan como material a bordo de este buque, un navío español con 62 cañones que se hundió en 1708 durante un combate con una escuadra británica ante Cartagena (Colombia), con un cargamento de oro, plata y esmeraldas, valorado en miles de millones de dólares.
“La ubicación del pecio había sido un gran misterio durante décadas”
La investigación se produjo en 2015, y la WHOI ha obtenido recientemente la autorización de Maritime Archeology Consultants (MAC) y el gobierno colombiano para dar a conocer nuevos detalles en forma de imágenes del hallazgo.
El pecio encontró a más de 600 metros debajo de la superficie durante una búsqueda iniciada por MAC y aprobada por el Ministerio de Cultura de Colombia. La búsqueda fue supervisada por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y la Dirección General Marítima (DIMAR).
“Para garantizar una búsqueda exitosa, contratamos los servicios de la Institución Oceanográfica Woods Hole, que cuenta con una amplia y reconocida experiencia en la exploración de aguas profundas”, ha manifestado Roger Dooley, arqueólogo jefe de MAC. “Esta asociación ha sido la clave para el descubrimiento del San José”.
REMUS 6000, un vehículo submarino autónomo
WHOI ha jugado un papel crucial tanto en la búsqueda como en el descubrimiento del lugar de descanso final del San José, que había sido un gran misterio para los arqueólogos, historiadores, gobiernos y cazadores de tesoros marinos durante décadas. Específicamente, la institución proporcionó y operó un vehículo submarino autónomo llamado REMUS 6000 para inspeccionar un área frente a la península de Barú, en Colombia.
“El REMUS 6000 fue la herramienta ideal para el trabajo, ya que es capaz de llevar a cabo misiones de larga duración en amplias áreas”, ha dicho el ingeniero de WHOI y líder de la expedición, Mike Purcell.
Delfines grabados en los cañones
Para confirmar la identidad del naufragio, REMUS descendió a solo 10 metros sobre el pecio, donde fue capaz de capturar fotos de una característica clave distintiva de los cañones de San José. Misiones subsiguientes en altitudes más bajas mostraron delfines grabados en estos cañones de bronce únicos.
“El pecio estaba parcialmente cubierto de sedimentos, pero con las imágenes de la cámara de las misiones de menor altitud, pudimos ver nuevos detalles en los restos y la resolución fue lo suficientemente buena como para distinguir el grabado decorativo de los cañones”, ha manifestado Purcell.
“El arqueólogo marino de MAC, Roger Dooley, interpretó las imágenes y confirmó que finalmente se había encontrado el San José”.
Hallan el barco intacto más antiguo del mundo al fondo del mar Negro
Arqueólogos encontraron este naufragio de 2.400 años en las profundidades de las costas de Bulgaria.
Un equipo de arqueólogos encontró los restos de un barco de comercio griego del año 400 antes de Cristo. La embarcación fue descubierta intacta en el fondo del Mar Negro, frente a las costas de Bulgaria y a más de 2000 metros de profundidad. Según los especialistas el navío ha permanecido en el mar por más de 2400 años, lo que lo convierte en el hallazgo hundido más antiguo del mundo.
La expedición Black Sea MAP (Maritime Archaeology Project) sondeó durante más de tres años unos 2.000 km de fondo del Mar Negro, frente a las costas de Bulgaria, mediante un sonar y un vehículo teledirigido, con varias cámaras concebidas para la exploración en aguas profundas.
El equipo anglo-búlgaro descubrió más de 60 naufragios que datan desde la Antigüedad hasta el siglo XVII. El barco mercante griego, es el hallazgo intacto más antiguo hasta el momento. Los especialistas del equipo de Black Sea Map precisaron que la razón por la cual la embarcación comercial logró conservarse a través de los años se debe justamente a la profundidad del agua donde fue encontrada.
A ese nivel de profundidad el agua es anóxica, es decir, carece de oxígeno y por ese motivo puede “conservar las materias orgánicas durante miles de años”. El reciente hallazgo se trata de un “tipo de barco de comercio griego” que hasta ahora solamente “fue observado” en las decoraciones de las “antiguas cerámicas griegas”, indicaron los científicos.
En este proyecto de investigación participaron expertos de la Universidad de Southampton. Según señalan, la falta de oxígeno en las profundidades del mar Negro es la razón por la que el pecio se encuentra en tan buen estado. Este tipo de barcos hasta la fecha sólo se conocían en los dibujos que se podían encontrar en las vasijas griegas, por ejemplo.
Se han conservado hasta las espinas de los peces que comieron los griegos, señalan los arqueólogos. Además de los numerosos restos de barcos, los expertos también hallaron restos, entre otros cerámicas, de un asentamiento de la Edad de Bronce.
En entrevista con José Manuel Acevedo, el mandatario dijo que ha estado conversando con Roger Dooley, quien dijo haber encontrado el pecio en 2015.
El Galeón San José podría dejar de estar en el fondo del océano en algún lugar próximo a la bahía de Cartagena. El presidente Gustavo Petro anunció en entrevista exclusiva con José Manuel Acevedo que está interesado en extraer el tesoro del pecio más buscado por los arqueólogos y antropólogos expertos en la historia de los barcos.
El San José fue hundido aparentemente en medio de una batalla con una flota naval inglesa en 1708 cuando partía desde la bahía de Cartagena hacia España. Desde entonces la historia cuenta que su cargamento en oro y joyas de los indígenas de Perú y Colombia, podría ser uno de los más costosos que se conozca.
¿Cómo podría ser extraído el San José?
En 2015 el expresidente Juan Manuel Santos anunció que el Gobierno colombiano había dado con las coordenadas exactas del Galeón San José, de la mano de una empresa privada que estaría interesada en conformar una Alianza Público Privada para rescatar el tesoro, a cambio de quedarse con parte del cargamento. Maritime Archeology Consultants apareció junto al antropólogo Roger Dooley, quien dijo haber encontrado el lugar exacto del barco. El Ministerio de Cultura a cargo de Mariana Garcés comenzó el inicio de la APP que consideraba la construcción de un museo en Cartagena y el rescate del barco sin un solo centavo de inversión de recursos públicos.
La compañía con el dinero y la tecnología necesaria para hacer la extracción podría quedarse con hasta el 50% de lo que fuese considerado no patrimonio marítimo, de acuerdo con un consejo asesor experto integrado por representantes de varias universidades y estudiosos en el tema. El Gobierno no tendría que invertir ni 100 pesos.
Una de las características para la entrega de piezas al privado sería la repetición de algunas de ellas. Sin embargo, varios grupos de antropólogos y profesores universitarios se opusieron a que parte del tesoro le fuera entregado a un privado para su provecho y le pidieron al Gobierno frenar la APP. El Ministerio de Cultura reveló entonces fotografías en alta calidad que se lograron del pecio, en las que se puede apreciar parte de la vajilla del barco y algunos atisbos de lo que parecen piezas de oro.
¿Qué dijo Petro?
El presidente Gustavo Petro dijo que ha estado conversando con Roger Dooley porque es su interés extraer el tesoro del barco. “Dicen que era el barco más cargado de oro de la época. Y hemos estado conversando con Roger Dooley para ver si logran una propuesta. Yo quiero sacarlo”, dijo el jefe de Estado. Dooley ha estado en Palacio en algunas reuniones con el mandatario, como lo reveló La Silla Vacía.
Maritime Archeology Consultants ya había hecho una inversión de alrededor de 6 millones de dólares para la estructuración de la APP, en la que competiría con otros empresarios del mundo en condición de estructurador del proyecto, lo que le significaba una ventaja, además de poseer las coordenadas exactas. Si alguien superaba su propuesta, el Gobierno tendría que entregarle el proyecto a la mejor oferta. Pero eso en la práctica es impensable, con base en la inversión y el conocimiento del primer oferente.
El gobierno Duque sepultó la APP y no tomó ninguna decisión sobre la extracción del pecio, lo que dejó tranquilos a numerosos antropólogos que consideran que es mejor dejar el tesoro en el fondo del mar, a entregar parte del patrimonio a una compañía privada.
El Gobierno podría revivir la APP o buscar un negocio directo con Dooley y MAC para lograr la extracción del barco, que pondría a Colombia en los ojos del mundo. El camino para rescatar al San José, lo que sería una proeza en la historia del rescate de barcos hundidos, está por verse.
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