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El destino de uno de los últimos grandes galeones españoles

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El destino del Galeón San José, uno de los últimos grandes galeones españoles

El Galeón San José se terminó de construir en 1698 y fue uno de los últimos grandes galeones españoles. El 8 de junio de 1708 fue hundido en la batalla de Barú, cerca de Cartagena de Indias.

El galeón se enfrentó a su destino un 8 de junio de 1708. El buque, de tres mástiles, era la nave capitana de una flota de 17 navíos que navegaba hacia Cartagena de Indias. Una vez allí, debía hacer reparaciones, embarcar provisiones y, según el plan previsto, poner proa a La Habana. Y desde allí, por fin, rumbo a casa.

Se terminó de construir en 1698 y fue uno de los últimos grandes galeones españoles. El 8 de junio de 1708, fue hundido en la batalla de Barú, cerca de Cartagena de Indias

El capitán general de la flota, don José Fernández de Santillán, lleno de dudas, había levado anclas desde Portobelo. Hasta este importante puerto de Panamá habían llegado rumores de que barcos enemigos patrullaban la zona. Buques ingleses y holandeses jugaban al gato y el ratón con las flotas españolas para hacerse con su botín. Las travesías americanas se habían vuelto especialmente peligrosas con la llegada al trono de España de Felipe V, de la dinastía de los Borbones, y el estallido de la guerra de Sucesión.

Cada flota iba encabezada por dos galeones reales fuertemente armados, una capitan, con el capitán general de la flota, y una almiranta, con su segundo al mando. a estos se sumaban otra serie de galeones y pequeños barcos de escolta para proteger a los mercantes. Las flotas de mayor tamaño llegaban a reunir más de 50 embarcaciones, aunque en le época del San José apenas llegaban a 20

José Fernández de Santillán, nombrado conde de Casa Alegre por sus servicios militares, sopesó los riesgos. Era un hombre experimentado. Sin embargo, y a pesar de tener más de 70 años, era la primera vez que comandaba la Flota de Indias. Sabía del atractivo del barco para sus enemigos. Solo los impuestos recaudados por la Corona que llevaba en sus bodegas ascendían a 1.551.609 pesos y 7 reales. Y no era ni mucho menos el valor total de su tesoro tan esperado en casa, al otro lado del mar.

La España de aquella época era inconcebiblemente rica pero estaba en bancarrota. Los tesoros de las Indias les venían muy bien a los apurados monarcas. La metrópoli dependía completamente de sus virreinatos, sin que las toneladas de riquezas enviadas al otro lado del océano aliviaran la situación. Como dijo un embajador veneciano de la época, el oro del Nuevo Mundo resbalaba por España como el agua por un tejado; apenas cae, se desliza y se pierde. Además, aquella lluvia de oro no era del todo fiable.

Aquel año en que se cargó el San José en Portobelo, hacía ya 12 que no se celebraba ninguna feria en la ciudad por culpa de la amenaza de las flotas inglesas y de toda suerte de piratas. En los mercados de Portobelo confluían las mercancías procedentes de todas las provincias sudamericanas. Pero en esos 12 años ni una sola flota había llegado a la metrópoli. Por lo tanto, con el San José también navegaban las esperanzas de España.

La historiadora Carla Phillips ha reconstruido al detalle esa última singladura. No ha sido tarea sencilla, ya que, por su excelente conocimiento de las aguas locales, los españoles apenas anotaban posiciones exactas. Los ingleses, por su parte, se equivocaban con los nombres españoles de barcos y accidentes geográficos, de tal manera que en la actualidad muchas veces no cabe sino interpretar los informes.

Las rutas comerciales españolas eran arterias vitales que conectaban las Indias con la metrópolis. Aprovechando las corrientes marinas, unían Cádiz con Veracruz, en Nueva España, o con los puertos de Portobelo y Cartagena de Indias, en la llamada Tierra Firme. Para su regreso, los barcos se concentraban en La Habana (Cuba)

En cualquier caso, el puerto de Cartagena de Indias debía de estar ya casi a la vista de la flota española cuando Fernández de Santillán se topó con la flotilla comandada por Charles Wager. Los ingleses llevaban tres meses patrullando la zona con cuatro barcos. Y por fin había llegado la hora. Fernández de Santillán confió en poder alcanzar Cartagena antes de que los ingleses le dieran alcance. Quizá lo habría conseguido si la tarde anterior no hubiese ordenado echar el ancla a unos 80 kilómetros al suroeste, para dar así tiempo a que los barcos más lentos pudieran reintegrarse a la flota, una medida razonable pero letal.

A las ocho o nueve de la mañana del día siguiente, los españoles avistaron cuatro velas en el horizonte los buques de Wager. Fernández de Santillán ordenó que todos sus mercantes se situaran por detrás de los galeones. Es probable que a esas alturas ya contaran con que la batalla fuera inevitable. No obstante, no renunció a alcanzar el puerto de Cartagena hasta que, en torno a las cinco de la tarde, el viento roló y dejó de serles favorable. El comandante español cambió de estrategia y dirigió el San José directamente hacia los ingleses.

Los cañones rugieron durante horas. Un mercader embarcado en uno de los buques de escolta describió el combate. “Las andanas se sucedían, cuenta, a veces tan rápido “que las balas de cañón se cruzaban en el aire”. Al cabo de un tiempo, cuando empezaba a oscurecer, sucedió la catástrofe. Aparecieron llamaradas a bordo del San José. Todo apunta a que venían de la santabárbara. Lenguas de fuego salían por las troneras de los cañones. Maderos ardientes llovían del cielo. Poco después, todo concluyó”.

El capitán de uno de los barcos españoles cuenta: “Cuando el humo se dispersó, busqué a la capitana donde debía haberse encontrado. Pero no vi más que los faroles en la banda de sotavento de los tres buques enemigos”. El San José arrastró a las profundidades a casi toda su tripulación y un tesoro de leyenda.

Via: XLSemanal.com

La pelea judicial sobre el Galeón San José

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La increíble pelea judicial sobre el Galeón San José

El Consejo de Estado se alista para fallar el caso histórico más importante del país. La ponencia podría revisar actuaciones de los últimos 30 años.

Un tesoro hundido en los bloques de expedientes del Consejo de Estado fue descubierto por un magistrado relativamente nuevo que se dispone a rescatarlo del naufragio. El proceso es un capítulo más de 23 años de guerra judicial iniciada por la empresa ‘cazatesoros’ Sea Search Armada, en su lucha por la reclamación de la totalidad del botín hallado en Galeón San José.

La aparición de la legendaria nave en aguas del mar caribe colombiano, y que fue durante años la protagonista del realismo mágico del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, fue anunciada al mundo a finales del 2015 por el Presidente Juan Manuel Santos.

Para esa misma época, el Primer Mandatario posesionó al magistrado de la Sección Segunda William Hernández, quien tardó solo días en descubrir que en su despacho estaba el expediente “madre” del galeón. Nulidades, impedimentos, recursos, cambios de magistrados y hasta cambios de legislación lo habían hecho desaparecer del mapa.

Después de años de dar tumbos de despacho en despacho, Hernández se alista para terminar de proyectar el fallo sobre la verdad judicial del galeón. El documento será la base de la Sala Plena del Consejo de Estado emita quizá el fallo histórico más importante del país. Se espera que la ponencia sea entregada a los demás magistrados en dos semanas.

El tesoro perdido

El buque zarpó el 8 de junio de 1.708 desde Cartagena con una carga de 11 millones de monedas de oro y casi 200 toneladas de esmeraldas, barras y lingotes macizos del precioso metal. Solo el cargamento oficial ha sido avaluado en 10.000 millones de dólares, sin contar lo que haya entrado en el barco por contrabando.

El buque había pasado por los puertos de Callao (en Perú) y Potosí (en Bolivia) y Panamá. Una vez en puerto colombiano partió rumbo a Cádiz acompañado de una flotilla de naves. El ataque inmisericorde de piratas ingleses, en busca de las riquezas, lo hundieron en la mitad del mar, junto con otras cinco embarcaciones que lo custodiaban.

Galeón San José
Al salir de Cartagena, el San José y su convoy se encontraron con una escuadra inglesa. Tras el enfrentamiento, terminó en el fondo del Caribe. /Galeón San José

Varias empresas ‘cazatesoros’ atraídas por la historia del más valioso de los galeones sumergidos llegaron al mar caribe colombiano. Sin embargo, fue la Glocca Morra, hoy Sea Search, la que obtuvo del Director Marítimo y Portuario en 1982 el carácter de “denunciante”. Este título, a su juicio de la empresa, les concede derechos de exploración y de propiedad sobre los hallazgos.

A través de la resolución 354 del 3 de julio, el Gobierno colombiano le concedió también este estatus con base a un reporte de carácter confidencial que contiene las coordenadas de la ubicación de un tesoro o especie náufraga en el mar caribe colombiano. Esa es la base de una guerra jurídica contra Colombia, por cuenta de la cual Sea Search solicitó en 1994 la propiedad del 100 por ciento de uno de los botines más codiciados del planeta.

Desde entonces, muchos han sido los pronunciamientos, nacionales e internacionales, sobre la propiedad del galeón. Sin embargo, aún ninguno parece dar en el blanco, ni ser definitivo.

La guerra jurídica

La Corte Suprema de Justicia en el año 2007, presumiendo la legalidad de los títulos, procedió a resolver cómo debía ser la repartición del botín en caso de ser hallado: 50 % del tesoro y no del patrimonio cultural le corresponde a la firma estadounidense.

Para pedir que la justicia se pronuncie sobre la legalidad de los títulos, el profesor José Antonio Rengifo, doctor en derecho del mar de la Universidad de Londres y director de Centro de Pensamiento de mares y Océanos de la Universidad Nacional, interpuso una acción popular en el año 2012.

Para algunos expertos no es válido cuestionar los títulos después de 20 años de proferirse pues esto puede traer argumentos contra Colombia de parte de Sea Search Armada por falta de seguridad jurídica. Sin embargo, el demandante argumenta ante el Consejo de Estado que es en los títulos en donde comienza una cadena de acciones irregulares y que por eso, el Estado debe corregir sus acciones.

En medio de un mar de fallos judiciales en el país y afuera, surge la pregunta de ¿qué tan valioso puede ser el fallo del Consejo de Estado?

Lo que viene

Jurídicamente, este es el último recurso que le queda al proceso del Galeón San José. Se trata de una solicitud de revisión eventual (una especie de casación en lo penal), por la cual el alto tribunal podrá revisar todas las actuaciones en Colombia sobre ese caso.

El Consejo de Estado deberá determinar si algunos aspectos legales de mucho peso. Por ejemplo, entre los asuntos en cuestión está si hay lugar para la protección de los derechos colectivos, si hay causales para anular los títulos de la Dimar, si la recompensa para los ‘cazatesoros’ se fija con el Código Civil (como lo hizo la Corte) o con las leyes de la época. Incluso, fuentes aseguran que es muy posible que el caso genere un choque de trenes con la Corte Suprema de Justicia, por el fallo que había proferido en el pasado.

El expediente que reposa hoy en el Consejo de Estado tiene entonces un valor histórico y económico incalculable. El caso estará en manos del magistrado Hernández, un abogado que viene del Tribunal Administrativo de Caldas y que llegó a la Sección Segunda a finales del 2015. Desde entonces viene dando con sigilo importantes golpes judiciales.

Hernández fue quien presentó los proyectos de fallo con los que busca revivir políticamente a dos protagonistas de la política casi que antagónicos: Gustavo Petro y Fernando Londoño. También fue el que “rescató” a Piedad Córdoba de su sanción más dura: la que le impuso el Procurador por supuestos vínculos con las FARC, y también quien salvó la investidura del senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, de las arremetidas del uribismo.

Ahora, mientras Sean Search pelea por las coordenadas reservadas del tesoro y el Gobierno se defiende con que fue hallado lejos de éste perímetro, el Consejero de Estado se dispone a apuntar a un blanco certero que permita pasar la página de treinta años de guerra judicial.

Via: Revista Semana

Nuevo libro el Galeón San José y otros tesoros

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Fue presentado el nuevo libro: el Galeón San José y otros tesoros

El escritor Héctor Abad Faciolince, autor de libros de memoria histórica como “El olvido que seremos” y columnista de El Espectador, presentó esta semana en la Universidad Eafit, en Medellín, el libro “El galeón San José y otros tesoros” (sello editorial Aguilar). En charla con Nelson Fredy Padilla, autor de la investigación fruto de una obsesión de más de quince años, hablaron de periodismo de largo aliento, crónica, literatura e historia.

Según Padilla, editor dominical del diario El Espectador, la obra “es un viaje de aventuras que, sin saberlo, surgió hace 17 años cuando tuve el privilegio de trabajar con Gabriel García Márquez en la revista Cambio y una mañana le pregunté por qué incluyó un galeón como imagen de portada de la primera edición de “Cien años de soledad” y en el argumento. Por eso el primer capítulo es un homenaje a él y a la forma cómo usó luego el galeón San José en “El amor en los tiempos del cólera” y sus inquietudes marítimas en un cuento”.

No es un trabajo que surgió a raíz de que en noviembre del 2015 el presidente Juan Manuel Santos reportara el hallazgo del galeón San José. Al contrario, el autor había propuesto el libro años atrás y fue a raíz del anuncio del gobierno que la editorial le pidió terminar los borradores que tenía. ¿Qué le ofrece al lector? Cada uno de los 31 capítulos del libro está conectado con algún viaje en busca de información. Fue al Archivo General de Indias, en Sevilla, España, donde estuvo por primera vez en 2006, que contiene la documentación histórica para emprender el viaje mayor a los siglos XV, XVI, XVII y XVIII, para entender cómo los conquistadores saquearon el Nuevo Mundo. Otros lugares claves en el libro son Portobelo, Panamá, donde fue cargado el San José por última vez, e incluye idas y vueltas al Caribe colombiano, sobre todo a Cartagena, Tierrabomba y las Islas del Rosario.

Otro nivel interesante es el documental, pues reconstruye las historias de los principales galeones de esa época, que sólo manejan investigadores especializados a los que el periodista entrevistó y confrontó con los libros de historia. En ese proceso surgieron personajes claves que van desde el naufrólogo italiano Claudio Bonifacio, pasando por legendarios cazatesoros norteatericanos, hasta el historiador náutico colombiano Daniel de Narváez, a cada uno de los cuales dedica algún capítulo. El resultado: 31 relatos de conspiraciones e intrigas vistas desde la propuesta estética de un cronista.

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Unesco pide protección para el Galeón San José

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Bokova (Unesco): Lo importante con el Galeón San José es su protección

La directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha indicado hoy en Madrid que en el caso del Galeón San José, el buque español hallado en noviembre de 2015 frente a las costas colombianas, afirmó;

“lo más importante es proteger el patrimonio y no desarrollar una actividad comercial en los alrededores”.

La directora de la Unesco ha participado hoy en el Foro Nueva Economía, presentado por el ministro de Educación, Cultura y Deportes en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, y ha asegurado el Convenio sobre el Patrimonio Subacuático ratificado por España, pero no por Colombia, “sirve como base bastante sólida para una cooperación internacional en tales casos”.

El embajador de Colombia en España, Alberto Furmanski, presente en la conferencia, ha asegurado al respecto que “están estudiando” si ratificar el convenio y ha subrayado que está de acuerdo con la directora de la Unesco en que “hay que defender el patrimonio”.

El pecio del galeón español San José fue hallado el pasado 27 de noviembre en el fondo del mar Caribe cerca de Cartagena de Indias, donde se hundió en 1708 durante una batalla con corsarios ingleses.

Restos del Galeón San José
Restos del Galeón San José

El buque había partido unos días antes de Portobelo (Panamá) cargado con oro, plata y piedras preciosas procedentes de los antiguos virreinatos de la Nueva Granada y el Perú.

Desde el hallazgo, España ha reclamado la titularidad del galeón, ya que, aduce, la Unesco le ampara por tratarse de un “barco de Estado”, si bien ha expresado su voluntad de alcanzar un acuerdo “amistoso” con Colombia.

Bokova ha celebrado que haya un diálogo entre España y Colombia para solucionarlo porque la “Convención sirve para proteger, pero después es responsabilidad de los gobiernos de los países dialogar, para resolver esas cuestiones”.

En cuanto a la posibilidad de que la fiesta taurina sea considerada Patrimonio de la Humanidad, Bokova ha contestado que no le consta que haya “tal propuesta”.

“Me parece que hay algunos artículos en la prensa, pero España nunca ha hecho una propuesta”, ha asegurado.

Con respecto a los bienes considerados patrimonio de la humanidad ha indicado que “hay dos escuelas”, los que piensan que lo más importante es la inscripción” de un bien en la lista y los que creen que lo importante es la protección, entre los que ella se incluye.

“La inscripción es el principio de un viaje, donde lo más importante es conservarlo y protegerlo”, ha aseverado Bokova.

Via: EFE

España: Galeón San José debe permanecer bajo el mar

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España: Galeón San José debe permanecer bajo el mar

El secretario de Estado de Cultura de España, José María Lasalle, ha reiterado que el Galeón San José, hallado en noviembre de 2015 frente a las costas colombianas, debe permanecer en el lecho marino. “España tiene una posición clara, el respeto a la convención de la Unesco que plantea una serie de protocolos de funcionamiento en relación con la protección del patrimonio subacuático”, dijo Lasalle en Cartagena, donde participa en la XVIII Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura.

El pecio del galeón español San José fue hallado el pasado 27 de noviembre en el fondo del mar Caribe cerca de Cartagena de Indias, donde se hundió en 1708 durante una batalla con corsarios ingleses. El buque había partido unos días antes de Portobelo (Panamá) cargado con oro, plata y piedras preciosas procedentes de los antiguos virreinatos de la Nueva Granada y el Perú.

Desde el hallazgo ha habido disputas entre España y Colombia por la titularidad del galeón, ya que el país europeo aduce que la Unesco le ampara pues se trata de un “barco de Estado”, si bien han expresado su voluntad de alcanzar un acuerdo “amistoso”.

Según ha recordado Lassalle, los protocolos de la Unesco recogen que para proteger los pecios deben mantenerse “tal y como están” y subordinarlos a “criterios de investigación científica y de interpretación cultural”. Debe evitarse por tanto las actividades “especulativas” o “asociadas a monetarizaciones o explotaciones económicas que son poco conciliables con la arqueología y el patrimonio subacuático”, agregó Lasalle.

“No es una discusión la que se está haciendo en torno a la titularidad (del San José) porque los protocolos de la Unesco son claros: es patrimonio de la humanidad y trasciende las fronteras territoriales de cualquier país”, subrayó.

Por todo ello, dijo que el destino del buque español debe ser de “naturaleza académico-investigadora y cultural” y debe ser sometido a un proceso de interpretación que permita “determinar correctamente lo qué pasó con ese barco, así como las “circunstancias históricas que lo envolvieron”.

En opinión del funcionario, afrontar la exhibición o su valor comercial o económico es secundario. Preguntado acerca del estado de los diálogos entre Colombia y España, dijo que está en manos de las Cancillerías de ambos países porque “así se ha entendido que es la mejor manera de resolver la situación”.

Pintura de la batalla entre el Galeón San José y el navío inglés | Wikipedia
Pintura de la batalla entre el Galeón San José y el navío inglés | Wikipedia