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España no permitirá que se comercialicen bienes del Galeón San José

España no permitirá que se comercialicen bienes del Galeón San José

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Lassalle: «España no permitirá que se comercialicen bienes procedentes del galeón San José»

El secretario de Estado de Cultura anuncia que se ha ofrecido a Juan Manuel Santos cooperación científica para el proyecto de investigación y la salvaguarda de los bienes del Galeón San José hallado en Cartagena.

Acaba de regresar de Cuba, donde le sorprendió el polémico anuncio del hallazgo del Galeón San José en Colombia. Una semana después, se muestra optimista sobre la capacidad de España y de la comunidad científica para hacer entrar en razón a las autoridades colombianas con el fin de que el patrimonio del galeón hundido en Cartagena en 1708 sea valorado y preservado como lo que es, cultura e historia y no puro oro.

«Hay que seguir manteniendo la presión porque es evidente que hay buena disposición en el gobierno colombiano».

Asegura José María Lassalle que ya se ha enviado una propuesta de cooperación científica para investigar el pecio y que el Gobierno de Colombia está reflexionando porque se juega mucho de su buena imagen internacional en lograr que la historia termine bien y no en otro cuento de subastas y especulación propio de cazatesoros. Marca las líneas rojas en una comercialización que califica de tráfico ilícito. Político y corredor de fondo, nos recibe en su despacho de la Secretaría de Estado de Cultura, en el sprint final de la campaña electoral de resultado incierto. Los balances y los proyectos orbitan de manera extraña sobre esta inminencia de cambios.

«COLOMBIA NO HA CALCULADO BIEN LAS IMPLICACIONES DE ESTE ASUNTO PARA ESPAÑA NI LOS PROBLEMAS CON LA COMUNIDAD CIENTÍFICA»

—¿No se veía esta buena disposición en Colombia al principio?

—Es palpable sobre todo en la Cancillería. Hay que trabajar esa voluntad de colaboración. Creo que no calcularon bien las implicaciones que un paso como ese supondrían para España ni los problemas que le va a generar entre la comunidad científica.

—¿Qué problemas concretos?

—No es tanto el problema de la titularidad, que también, porque España no va a renunciar a sus derechos sobre un buque de Estado, sino sobre todo las consecuencias que la propia imagen de Colombia puede tener en un ámbito como el tráfico ilegal de obras. Es un país muy dañado por ese tráfico. Hace poco les devolvimos casi 700 piezas de gran valor. Puede que la comunidad científica de allí, que se opuso públicamente a la ley de 2013, avive el debate y que le resulte incómodo a un país que busca proyectar una imagen seria.

«España no va a renunciar a sus derechos sobre un buque de Estado»

—Pero la ley que permite la comercialización se ha aprobado. ¿Qué se puede hacer?

—Hubo fuerte debate político e intelectual y puede reformarse.

—¿Tiene esperanzas reales de que se reforme a tiempo de salvar el San José?

—No deberíamos entrar en ese punto, porque eso es competencia del gobierno colombiano, pero sí sabemos que puede modularse la ley en su aplicación. Debe primar el interés de Colombia por mantener su buena relación con España y la seguridad de que el desarrollo de un proyecto de investigación vinculado al San José requeriría cooperación en el que España sería una parte necesaria.

—¿Y si Santos ya tiene obligaciones contractuales con los cazatesoros?

—Los pasos de moderación de su planteamiento ponen de manifiesto que primará la sensatez. Aun no habiendo suscrito el convenio Unesco se observarán los protocolos y la preservación del pecio, para que las intervenciones no dañen al patrimonio cultural subacuático (PCS) ni su interés cultural.

—¿La comercialización es línea roja?

—La comercialización es lo que dio pie a la victoria legal que tuvimos con Odyssey. España no va a permitir que se comercialicen bienes procedentes del Galeón San José.

—Es posible que el San José marque un futuro para otros galeones. Aunque en el terreno judicial España ha mostrado resolución está pendiente pasar a la acción en el terreno arqueológico, excavar un galéón. ¿Es el Gobierno consciente de esta realidad?

—España ya tiene iniciativas de cooperación con Panamá, Cuba y México en patrimonio subacuático. En Cuba hemos hablado durante mi reciente visita sobre los pecios de la flota de Cervera, en Santiago de Cuba. Ese proyecto va a seguir adelante. Para España tiene un significado especial no solo por lo que tiene de cercano en el tiempo sino porque fue una gesta heroica de nuestra Armada. Sobre la base de esos proyectos en los que ejercemos un liderazgo internacional por la experiencia acumulada, Colombia tendría una oportunidad de primer nivel para incorporarse a la primera liga en el reconocimiento internacional de la protección del patrimonio subacuático.

«El proyecto debe estar basado en la preservación. Las universidades españolas estarán encantadas de participar»

—¿Se ha hecho algún ofrecimiento concreto a Colombia?

—Hay una oferta en firme para participar en el diseño del proyecto del San José, basado en la preservación «in situ» del pecio, con el fin de que si se tiene que hacer cualquier tipo de intervención, se vincule a un centro de interpretación y salvaguarde el carácter público del patrimonio. El Arqua y las universidades españolas estarían encantadas de participar en un proyecto así.

—Hay que poner el foco en la historia y no en el oro

—El oro es parte de los bienes culturales, no un recurso natural extraíble como mineral. Son bienes en el marco de las convenciones de tráfico ilegal de obras de arte. Cualquier intento de comercialización sería objeto de una actuación judicial de España ante los tribunales internacionales. Además hablamos de un cementerio militar español. No solo son 600 caídos españoles de la península, sino cartageneros y limeños que formaban parte de las tripulaciones. Españoles de América. En un país con el concepto patriótico tan marcado como Colombia debería tenerse en consideración. Consideran patriota colombiano a Blas de Lezo. A él le gustaría sentir que los caídos del otro lado tienen el mismo respeto que él tiene en la consideración de los colombianos.

«El galeón es un patrimonio internacional, no solo español, un bien de la humanidad»

—El patrocinio presidencial de Santos a la ley ha tenido mucho peso en los últimos años, incluso en el debate interno sobre este tema en Colombia.

—Colombia es una democracia, una sociedad que garantiza la separación de poderes y reconoce a la sociedad civil su propio protagonismo. De ahí el debate cuando se promulgó la ley. A mí me corresponde actuar en defensa de la titularidad de derechos y sobre todo la preservación del PCS, un patrimonio no solo español, sino internacional. Un bien de la humanidad.

—¿En la época en la que se gestaba la ley en Colombia se actuó de algún modo?

—Se expresó nuestra preocupación y yo personalmente tuve en Cartagena de Indias una reunión con la ministra de Cultura, Mariana Garcés. Le expresé la preocupación por el alto número de los pecios españoles que existen en el Caribe. Le explique la legislación española, la actuación judicial de España en el caso de Odyssey y cuál iba a ser la actitud de España si Colombia actuaba aplicando esa ley sobre un pecio español. Todo dentro de un clima de buen entendimiento. ¡Es que entre Colombia y España no puede haber una mala relación!

—¿Qué encontraremos españoles y colombianos en el PCS ?

—Precisamente un punto de encuentro de la memoria compartida de lo que fue el flujo que marcaba la identidad de la Monarquía Hispánica. Un proyecto de cooperación que contribuiría a construir una identidad arqueológicamente identificable, a través del depósito submarino de lo que representaba el ir y venir permanente. Todos nos lo agradecerían, no solo la comunidad científica, sino también el conjunto de la comunidad política iberoamericana.

«La misma cooperación que realizamos con iglesias y palacios se puede plantear con los pecios de la era colonial»

—¿Y cuál es el modelo que España puede ofrecer a Iberoamérica sobre el PCS?

—España tiene muy claro que el PCS es arqueológicamente un escenario de protección de primer nivel. Hemos desarrollado desde los años ochenta infinitud de proyectos en el campo del patrimonio histórico material, en tierra, con Iberoamérica, tratando de restaurar la memoria material de la España virreinal: infinidad de iglesias, monasterios y palacios han sido restaurados gracias a la cooperación internacional española. Lo mismo debería producirse en el PCS. España no tiene interés en llevarse de allí el patrimonio, no lo ha tenido con las iglesias y palacio ni con sus bienes, no queremos enriquecernos singularmente sino incrementar el acervo cultural común que compartimos. Lo hemos hecho en el ámbito patrimonial y universitario. Deberíamos hacerlo en el de la preservación del PCS.

—¿Habrá que tranquilizar a quienes creen que España está buscando traer aquí el oro?

—¡Que no nos ciegue el resplandor de los lingotes de oro! Preservemos la belleza histórica asociada a la arqueología del PCS, que tiene interés general. Igual que iglesias y monasterios no han sido objeto de especulación inmobiliaria, ni en términos de explotación comercial pura, esto merece tanto respeto como lo otro, aunque se trate de oro y plata acuñados en forma de monedas o lingotes. Su valor es cultural y numismático.

«Los cazatesoros son unos sinvergüenzas dedicados a la especulación que comercian con obras de arte que merecen ser salvadas en su titularidad pública»

—¿La narrativa de los cazatesoros nos lleva ventaja?

—Es una visión muy norteamericana. No podemos dejarnos arrastrar por la visión de que los cazatesoros son aventureros románticos. Respetamos la figura de Indiana Jones en la historia de la cinematografía, pero los cazatesoros son unos sinvergüenzas dedicados a la especulación y comercialización con obras de arte que merecen ser salvadas en todo momento en su titularidad pública. Si se salva la titularidad pública, para España sería una cuestión menor la propiedad.

—¿Cuánto tiempo esperará el Gobierno la señal de un cambio en el asunto del San José antes de tomar una decisión?

—El hecho de que no se haya acelerado el proceso y no haya movimientos en superficie que denoten que se lleva a cabo una actuación sobre el pecio pone en evidencia que Colombia está reflexionando de momento y que está calculando qué consecuencias puede tener el hecho de llevar a cabo una actuación lesiva para Unesco y para España.

—De los programas políticos de los partidos para las elecciones del domingo, solo el del PP hace una mención al PCS

—Eso es fruto del trabajo de los últimos años. Para nosotros es esencial. Lo que resulta sorprendente es que el PSOE, que tanto luchó por el PCS y al que hay que agradecer que pusiera en marcha, bajo mandato de César Antonio Molina, las acciones judiciales contra Odyssey Marine exploration, no haya encontrado un reconocimiento expreso en el programa.

«El desarrollo de una política para el Patrimonio Cultural Subacuático y los archivos es un doble desafío que tiene España hoy»

—¿El PCS tiene futuro en España? Aún no se ha excavado ni un galeón

—España tiene por delante un relato cada vez más importante en el desarrollo de una política cultural y de protección para el PCS y otra en el ámbito de nuestros archivos. Ambos están conectados directamente. No somos conscientes de que, probablemente, el nuestro es el país con los mejores archivos del mundo, con un nivel de preservación de nuestra memoria fundamental. En un mundo que se desmaterializa por el desarrollo de identidades digitales y por una interpretación virtual de la realidad, es fabuloso que seamos capaces de salvaguardar nuestra memoria a través de algo tan romántico como es el papel. Lo que representa el archivo como depósito de papel preservado lo podemos comprobar en el archivo de Simancas, el Corona de Aragón, el de Indias, el Histórico Nacional, el de Ultramar… Y además representa una oferta cultural para desarrollar como activo turístico, patrimonial y de investigación inacabable. Puede ponerse en relación con el mundo de los museos, las bibliotecas, con todo el ámbito expositivo de las artes plásticas.

José Maríía Lassalle, ayer en su despacho sobre bienes del Galeón San José
José Maríía Lassalle, ayer en su despacho sobre bienes del Galeón San José

—¿Qué no le ha dado tiempo a terminar en el cargo?

—El desarrollo de una red cultural de museos de titularidad estatal y gestión trasferida. Juntar el Prado con el de Bellas Artes de Sevilla y el de Málaga e integrarlos en una red que permita la circulación expositiva. La presencia del Estado en la gestión mejora las oportunidades de estos museos, y ya tenemos los primeros apoyos de los gobiernos de la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla La-Mancha. La oferta turística se podría mejorar con el AVE. Ese diseño en red de nuestra oferta cultural con el liderazgo cooperativo del Estado, sería para mí el proyecto más importante, pero no lo hemos conseguido materializar en parte por las dificultades presupuestarias. Es hacer más España a través de la cultura y vertebrarla con las instituciones de cabecera del Estado

«Siempre pensé que la cultura merece un Ministerio. La Marca España está en la cultura, no el IBEX 35»

—Necesitaríamos volver a tener un Ministerio de cultura, ¿no?

—Siempre he considerado que la cultura española es merecedora de un ministerio. Creo que debería tenerlo solo por el hecho simbólico que guarda mantener ese nivel institucional. Pero las razones que han explicado el hecho de insertar la secretaría de Estado en el Ministerio de Educación en 1996 y 2011 son razonables, por las crisis económicas que había en ambos momentos. Eso sí, me parece necesario que España tenga un Ministerio con más capacidad de coordinación en la proyección exterior de nuestra cultura, con el fin de articular una imagen de marca. La Marca España no está en el IBEX 35 sino en la cultura. Con todo el cariño del mundo al Santander, BBVA o Telefónica, dentro de 200 años a lo mejor nadie se acuerda –ojalá que sí– de esas empresas. Pero de Miguel de Cervantes sí. Se le seguirá considerando el escritor más importante que ha aportado a la humanidad las luces de cómo interpretar la vida de manera optimista, ilusionada, esperanzada y caballerosa. La marca está en su cultura, no el IBEX.

Fuente: ABC de España.