La verificación científica del hallazgo arqueológico del Galeón San José, que se hizo el año pasado, comenzó rindiéndoles un homenaje a las alrededor de 580 personas cuyas vidas terminaron el 8 de junio de 1708 en la llamada Batalla de Barú, cerca de Cartagena, cuando el barco, según las crónicas de la época, explotó en el mar y se hundió para siempre.

Así lo ratifica el vicealmirante John Fabio Giraldo Gallo, director general marítimo: “Nos interesa que la información esté al alcance de los colombianos y de todas las personas que quieran saber más del galeón. Además, que llegue de manera clara y precisa, porque con el San José, desde su hallazgo, se han dado muchas causas aparentes y reales” y han aparecido más mitos y leyendas.

Los trabajos se realizaron durante 117 horas de inmersión de un vehículo remotamente operado (Remotely Operated Vehicle – ROV) y las dos plataformas de investigación fueron los barcos Roncador y Providencia “equipadas y utilizadas para la toma de datos oceanográficos e hidrográficos del yacimiento”, sigue.

Este trabajo se planeó durante dos años. La capitán de corbeta Gina Lorena Hernández Zárate, jefe del componente de gestión e información de seguridad y apoyo a la operación, que hizo parte del equipo que tuvo varias mujeres, contó que esta operación fue “un proceso que incluyó videos que luego se convirtieron en miles de fotos”.

Conocida como ‘Ortomosaico’, la operación del ROV en el fondo del mar produce un mosaico continuo y se lograron más de 60.000 imágenes. “Se ratificó lo más importante: el hallazgo no ha sido intervenido. Están las vasijas, los cañones, la porcelana, las espadas…”, agrega.

Porque entre las leyendas urbanas (o tal vez marinas) que se oyeron desde la inmersión inicial, era que incluso a tantos metros bajo el nivel del mar el galeón había sido saqueado.

“Ahí está todo el conjunto de lo que fue el galeón, que dice mucho de las vivencias, el comercio, las costumbres, de lo que generaba esa época para el país y el mundo relacionado con la historia”, dice el vicealmirante Giraldo Gallo.

En el libro, los integrantes del equipo no dejan ver sus caras. Son los hombres y mujeres que día a día cuidan este hallazgo, que sigue bien conservado en el fondo del mar.

El libro se puede descargar en https://cecoldodigital.dimar.mil.co/3159/