Por: Francisco Muñoz
Es oportuno y necesario aludir al primer mandatario y cuestionar su actuación con respecto al galeón San José. Han transcurrido más de dos años de su mandato y el tema sigue sumergido en un oscuro mar de inacciones que condenan este singular patrimonio a seguir siendo presa de aquellos que han pretendido su expolio.
Recordemos una de las declaraciones de Duque durante su campaña a la presidencia de la República con respecto al galeón San José “Hay muchas dudas que surgen en torno a ese proceso que parece vergonzoso y que se tienen que aclarar”, frase que en la actualidad hay que hacerla, pero a su propia administración, la cual al respecto ha sido inepta, absolutamente negligente y, ante todo, complaciente con los “vergonzosos” entuertos de la anterior administración.
¿Cuáles pueden ser algunas de las razones para que Duque nos haya decepcionado a todos con el “manejo” del tema del galeón San José?
La principal razón es sin duda “gobernabilidad”. El presidente Duque asumió el mando de un país convulsionado, cerca de la inviabilidad; sobre el cual lo único que parece preocuparle es que no colapse durante su gestión y para ello tuvo que dejar demasiados asuntos en manos de sus “adversarios” políticos. El galeón San José es en realidad un bien patrimonial secuestrado, endosado o comprometido con la administración anterior. En este ajedrez en el que Duque parece jugar sin fichas, este Bien de Interés Cultural de la Nación, no tiene esperanza de ser rescatado de las garras de “sus captores” sin que ese hecho amenace con el inminente colapso de los funestos acuerdos políticos.
Otra razón, íntimamente ligada con la anterior, es que el contexto arqueológico del galeón San José fue violado durante la fase de exploración y no es posible saber en qué medida fue este saqueado. Y como lo anterior es un hecho que científicamente no puede ser ocultado, los únicos que pueden adelantar el proceso de extracción del naufragio “haciendo un manejo adecuado” serían los mismos que lo violaron. De este modo, no quedaría en evidencia toda la despreciable actuación y, como en la tal violación, están involucrados los mismos que tienen el manejo y responsabilidad oficial, como son la Armada Nacional por medio de la DIMAR, El Ministerio de Cultura y El Instituto Colombiano de Arqueología e Historia ICANH; son estos quienes “deben continuar con el proceso”, afirma el actual gobierno. Lamentable.
Pero eso sí, tienen que adelantarlo con quienes les acompañaron durante la comisión del ilícito, como son la Universidad del Externado, la empresa norteamericana Woods Hole Oceanographic Institution -WHOI, y por supuesto los arqueogánsters de Maritime Archaeology Consultants Switzerland AG -MACS, entre otros.
Para garantizar lo anterior, el actual gobierno mantiene vigente el entramado preparado por la administración Santos. Muestra elocuente de ello es continuar con la aberrante Asociación Público Privada -APP, ideada por Santos, por medio de la cual se pretende remunerar al “originador” con hasta el 45% del oro, plata y piedras preciosas que sean extraídas del galeón San José, esto, a pesar de que el contexto arqueológico fue declarado desde enero de este año, como un Bien de Interés Cultural de ámbito nacional. ¡Qué vergüenza!
Haber delegado el tema a la Vicepresidente parece más una estrategia para diluir responsabilidades. Si bien la Señora hizo algo importante por lavarle la cara a la actual administración con la declaratoria de Bien de Interés Cultural del galeón San José, luce vencida, rendida y sumisa a los intereses de la trama, orquestada ahora por la Ministra de Cultura santista Carmen Vázques. Al fin y al cabo, por más voluntad que quiera tener la Vicepresidente no goza de total potestad.
Los colombianos queremos que el señor presidente Iván Duque, nos hable de frente y tenga la entereza de decirnos cuales son sus determinaciones puntuales sobre el porvenir del galeón San José, a fin de cuentas, es el último responsable de esta mísera historia.