Ni un objeto del galeón San José ha sido extraído
Cañones de bronce caídos, con apliques de delfines en sus asas; más de un centenar de vasijas de cerámicas, botellas de vidrio cuadradas, típicas del siglo XVIII; una vajilla entera de origen chino…
Estos son algunos de los objetos descubiertos el año pasado en el mítico galeón San José por un equipo colombiano que seguirá en la investigación y exploración de lo hallado en las profundidades del mar Caribe, pero sin tocar ni extraer aún ninguna de las piezas, ya identificadas y captadas a través de un sonar.
El director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), Ernesto Montenegro, afirmó que:
“ninguno de los objetos ha sido tocado, y de ninguna manera extraído. No lo haremos hasta que tengamos un laboratorio de materiales sumergidos que garantice su conservación, antes de cualquier intervención”.
El planteamiento fue hecho en la Comisión Colombiana del Océano, que preside el vicepresidente Germán Vargas Lleras, en la sesión realizada el miércoles pasado en Coveñas.
En la reunión, Montenegro presentó aspectos de la investigación y la exploración científica del galeón. Las imágenes captadas por el sonar muestran que tres cuartas partes de la nave se encuentran completas y recostadas.
Una sección de la proa desapareció en el hundimiento del galeón. La popa y uno de sus puentes aún los conserva.
El galeón tenía una eslora (largo) de 40,85 metros, manga (ancho) de 12,53 m, una quilla de 35,68 m, cargaba 62 cañones de bronce y un peso de “1.066 y 6 octavos de toneladas”, de acuerdo con registros históricos. (Además: España y Colombia plantean museo con piezas del galeón San José)
A la pregunta del Vicepresidente sobre si era cierto que el galeón llevaba las remesas del Perú acumuladas de varios años, Montenegro respondió que cargaba el fisco recaudado de los últimos años de virreinato, pero que no son los miles de millones de dólares de los que se habla.
La fase de exploración (que duró un año) y de caterización (identificación del sitio y cómo son la zona, ambiente y suelo) terminarán este mes. Debe seguir la fase de intervención científica, para hacer una excavación arqueológica que es muy compleja y requiere alta tecnología. Pero antes se necesita organizar el laboratorio de conservación y la elevada financiación que requiere. Para ello se proyecta que haya una asociación público-privada.
EL TIEMPO