Sea Search Armada (SSA), firma estadounidense que sostiene un litigio de más de 26 años con el Estado colombiano por el galeón San José, presentó argumentos para denunciar un aparente caso de espionaje por el Gobierno de Colombia.
A juzgar por la seguridad del manejo de la información sensible por parte de los empleados de la empresa Sea Search Armada, a través de un comunicado, emitido este martes, la compañía asegura que uno de sus exempleados, Roger Dooley, fue quien tomó los datos de las coordenadas sobre la ubicación exacta del tesoro.
“Se trataba de Roger Dooley, un exempleado de SSA. En lo que parece una sorprendente coincidencia, entre 2000 y 2003 Dooley trabajó para IOTA Partners, empresa que desde 1988 se ha encargado de la administración y financiamiento de SSA. Mientras estaban al servicio de SSA / IOTA, Dooley y otros empleados tuvieron acceso a los archivos digitales de SSA, incluyendo dos décadas de archivos relacionados con el galeón San José”, dice la comunicación.
A propósito, Danilo Devis, abogado de la Sea Search Armadada, dijo para la cadena radial BLU Radio de Colombia que, hasta hace poco, la compañía “pudo corroborar” que Dooley había entregado los datos precisos al presidente Juan Manuel Santos.
“Lo que no sabía Sea Search era cómo habían hecho para llegar tan rápidamente al sitio exacto. En una entrevista radial, hace unos 15 días, la ministra (de Cultura) reconoció que el ‘hombre de la barba blanca’ le suministro el sitio exacto al presidente Santos en un acto social”, manifestó.
En el comunicado, la empresa estadounidense recuerda que el 5 de diciembre de 2015, el día en el presidente hizo el anuncio del hallazgo, el primer mandatario respondió “tímidamente” a las preguntas sobre cómo se había logrado llegar al galelón. Sin embargo, asegura Sea Search que ese día contó que un hombre no identificado y con barba blanca lo contactó en una función social y de ahí se originó la búsqueda que terminó con el hallazgo.
“Santos contó la críptica historia de un hombre con barba blanca, no identificado, que lo abordó en un acto social. El hombre le entregó algo impresionante: un mapa del tesoro que contenía la ubicación exacta de San José. Su nombre y cómo obtuvo esta información no fue revelado. Y con base únicamente en este encuentro social, Santos autorizó que las fuerzas navales colombianas y un equipo de técnicos que trabajaban con el Woods Hole Oceanographic Intistitute (WHOI) procedieran a localizar el naufragio. De hecho, a los periodistas se les dijo que el mapa del tesoro era increíblemente preciso”, dice.
Esta fue la respuesta del Ministerio de Cultura:
En la hoja de vida de Roger Dooley aportada por Mac no aparece ninguna vinculación con la Sea Search Armada. Estamos oficiando a esa empresa a partir del comunicado de la Sea Search Armada para confirmar o desestimar esa información. Sin embargo, desde el Ministerio de Cultura ratificamos que las coordenadas denunciadas por la SSA no corresponden con la ubicación del galeón San José”.
Comunicado completo de Sea Search Armada:
Seattle, WA – 25 de mayo de 2018 El 5 de diciembre de 2015, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció dramáticamente que su gobierno había encontrado los restos del galeón español San José, conocido como el Santo Grial de los naufragios. Se le ha llamado así, porque transportaba miles de millones de dólares en oro, plata, platino y joyas. El galeón se hundió en batalla naval con la armada inglesa en junio de 1708 cerca de las costas de Cartagena, Colombia, durante la guerra de la sucesión librada entre España e Inglaterra.
Pero nada de esta historia, ni el hundimiento, ni el descubrimiento, ni el “redescubrimiento”, es tan simple como parece. En 1980 el gobierno colombiano llegó a un acuerdo con un grupo de inversionistas estadounidenses, conocido como Sea Search Armada (SSA), cuyo objeto era encontrar el naufragio y compartir sus tesoros por partes iguales. Cuando a principios de 1982 SSA localizó el San José, y lo denunció, se le ordenó que de inmediato abandonara el país. Poco después, se le notificó que el funcionario colombiano con quien se había celebrado el acuerdo no estaba autorizado para tal cosa, por lo que Colombia tomaría el 95% de los tesoros y le dejaba un 5% a SSA. A esa decisión le siguieron años de demandas.
Cuando en conferencia de prensa de 2015 el presidente Santos anunció el descubrimiento, la pregunta de los periodistas fue: ¿cómo encontraron el San José? ¿Con nuevas tecnologías, fueron utilizadas las coordenadas y áreas aledañas denunciadas por SSA casi 40 años antes? ¿El equipo de Santos realizó una nueva e histórica investigación? ¿Cómo supo el gobierno dónde empezar la búsqueda?
En respuesta a estas preguntas, el presidente Santos contó la críptica historia de un hombre con barba blanca, no identificado, que lo abordó en un acto social. El hombre le entregó algo impresionante: un mapa del tesoro que contenía la ubicación exacta de San José. Su nombre y cómo obtuvo esta información no fue revelado. Y con base únicamente en este encuentro social, Santos autorizó que las fuerzas navales colombianas y un equipo de técnicos que trabajaban con el Woods Hole Oceanographic Intistitute (WHOI) procedieran a localizar el naufragio. De hecho, a los periodistas se les dijo que el mapa del tesoro era increíblemente preciso.
Pero después de tantos años, ¿cómo podía existir ese mapa y quién era el hombre de la barba blanca? Si el mapa del tesoro era real, ¿cómo llegó a sus manos? ¿Cómo se podía confiar en él, teniendo en cuenta que el San José parecía encontrarse en la misma área general denunciada por SSA en 1982? ¿La administración Santos recibió información de inteligencia que confirmaba con exactitud la ubicación de lo denunciado por SSA? Estas preguntas quedaron sin respuesta mientras avanzaba en absoluto secreto el proceso para contratar el rescate del San José. Pero esta asombrosa historia comenzó a fallar en mayo de 2018.
Primero, el Procurador General colombiano estuvo investigando una denuncia por corrupción en el proceso de contratación, y su conclusión fue que el proceso diseñado por la administración Santos era ilegal. Y parecía haber sido diseñado para favorecer a un individuo en particular: el misterioso hombre de la barba blanca. Ese informe de la Procuraduría se conoció pocos días antes del 25 de mayo, primera fecha límite establecida por el gobierno para recibir propuestas de terceros interesados en rescatar el San José.
Además, los medios de comunicación revelaron la identidad del hombre de la barba blanca; se trataba de Roger Dooley, un ex empleado de SSA. En lo que parece una sorprendente coincidencia, entre 2000 y 2003 Dooley trabajó para IOTA Partners, empresa que desde 1988 se ha encargado de la administración y financiamiento de SSA. Mientras estaban al servicio de SSA / IOTA, Dooley y otros empleados tuvieron acceso a los archivos digitales de SSA, incluyendo dos décadas de archivos relacionados con el galeón San José.
Dooley se desempeñó como arqueólogo de campo bajo la dirección del arqueólogo marino Daniel Koski-Karell, Ph.D. En ese momento se trataba de recuperar un galeón de Manila hundido en las Islas Marianas del Norte, en el Pacífico Occidental, con permiso concedido a los socios de IOTA por el gobierno de Estados Unidos.
Aunque el anuncio de 2015 del presidente Santos fue noticia en todo el mundo, su conexión con Roger Dooley permaneció oculta, mientras durante casi tres años Dooley trabajaba estrechamente con el gobierno colombiano diseñando a su voluntad la licitación a través de la cual se adjudicaría el contrato para el rescate del galeón San José. Lo que el Procurador General colombiano ha calificado de “proceso ilegal”
“Lo que tal vez evitó cualquier movimiento anterior por parte de Dooley”, afirmó el director gerente de la SSA, Jack Harbeston, “es que a partir de 1997, una ley colombiana dispuso que pertenecían al país todas las antigüedades náufragas que se encuentren en sus aguas nacionales, a las que dio condición de inenajenables. Por lo que nadie podía beneficiarse con el descubrimiento de un naufragio. Esa ley fue finalmente derogada en 2013. Y por coincidencia en 2014 se produjo la reunión informal entre Santos y Dooley, en la que Dooley le habría entregado al Presidente un “mapa del tesoro” nunca antes conocido.
Ante esto, Harbeston pregunta: “¿Por qué Santos mantuvo en secreto la participación de Roger Dooley en todo este asunto? Si no hay nada que ocultar, ¿para qué el secreto? De hecho, esa circunstancia está siendo investigada tanto por los periodistas como por el Procurador General colombiano. Y si esa investigación se mantiene, con seguridad saldrán a la luz otras “coincidencias” que han permanecido ocultas. Las investigaciones se iniciaron con tardanza debido a la corrupción detrás de los tesoros del galeón San José.
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