Por Juan Guillermo Martín (Arqueólogo y profesor universitario)
Desde hace dos años el presidente Petro dio la orden a la Armada Nacional de extraer el contenido del galeón San José, asegurando equivocadamente que no había madera de la embarcación. Esto ha llevado a que los militares asuman un protagonismo insólito e innecesario, cuando se trata de un proyecto de arqueología.
El ministro de las Culturas, Juan David Correa, buscando posicionarse bien ante su jefe, y quizás asesorado por la exministra Mariana Garcés, ha involucrado excontratistas de la empresa de cazatesoros MAC, y se ha metido de cabeza en esta iniciativa gubernamental, perdiendo de vista temas prioritarios de su cartera, como el Museo Nacional, que sigue en crisis, o la convocatoria de Estímulos 2024, que fue un desastre.
Sabiendo la visibilidad que tiene el galeón San José, el ministro decidió malgastar cuantiosos recursos para formalizar un proyecto improvisado “Hacia el corazón del Galeón San José”, oficializado en febrero pasado, cuyo plan de manejo arqueológico, formulado por el ICANH, cuenta con numerosas falencias, habiéndose ya aprobado, sin el trámite legal pertinente.
El evento de febrero fue un comité de aplausos, con invitados internacionales sin ninguna experiencia en conservación ni arqueología de profundidad, y con un cubrimiento periodístico desproporcionado para lo allí presentado. A la voz crítica de la Red Universitaria de Patrimonio Cultural Sumergido se le abrió un pequeño espacio, para que su representante pudiese ser atacado por el señor Correa, con el tono pasivo agresivo al que nos tiene acostumbrados. El ministro, presionado en el momento, llegó a prometer públicamente la derogación de la Ley 1675 de 2013 que, como es su costumbre, dejó engavetada.
Desde ese momento, se adelantó la contratación de un batallón de profesionales para tratar de darle el toque científico a un proyecto que no logra serlo, al que le viene bien la frase de “lo importante no es ser sino aparentar”. Para ello se han dedicado sistemáticamente, desde la dirección del ICANH, la DIMAR y la dirección de patrimonio de MinCulturas, a organizar una docena de eventos, buscando lavarle la cara a esta iniciativa, incluso burlando los comités académicos de eventos científicos como el Congreso Colombiano de Arqueología y el Senalmar 2024, para que se les incluyera a destiempo en los programas académicos de dichos eventos. Por si ya no se les ocurren más temas, les sugiero organizar uno con Disney, dedicado al Galeón San José y los siete enanitos.
Se adelantó también una temporada de campo en agosto pasado, denominada “Primera expedición” al San José, cuando en el 2022 la Armada y la DIMAR habían hecho otra “primera exploración” haciendo uso del recién adquirido vehículo de operación remota -ROV- que costó un poco más de 2 millones de dólares. De esa temporada del 2022 resultaron 63.962 fotos y cientos de horas de video, material que luego de dos años, no ha sido revisado en su totalidad y se suma al generado este año, del que desconocemos los detalles.
A diciembre de 2024 se han destinado alrededor de 2.600 millones de pesos (unos 6,2 millones de dólares), por parte del Estado colombiano, desde 2021, para “investigar” el galeón San José. Un presupuesto que, en manos de un verdadero equipo científico, habría ya generado nuevo conocimiento que estaría publicado en revistas reconocidas, sin contar las actividades de difusión correspondientes. Mientras tanto en Colombia, orgullosos “reescribimos” la historia anunciando que el galeón San José tenía un ancla, que se usaban bacenillas a bordo, que tomaban ginebra en botellas de vidrio y, gran sorpresa, que en una embarcación había un astrolabio, un instrumento de navegación para observar y calcular la posición de los astros en el cielo.
De todo este ejército de contratistas, habría que rescatar al historiador Antonio Jaramillo, quien ha venido revisando en solitario documentos de distintos archivos, proponiendo una alternativa al hundimiento del galeón, relacionado con una mala reparación del casco, y no asociado con una gran explosión accidental del depósito de pólvora, que se convirtió en la versión oficial británica de la época. La directora del ICANH, Alhena Caicedo, afirma en su desconocimiento que “La historia siempre la han contado otros, gente de afuera: desde España, Europa, Estados Unidos, el norte global. Incluso aquí mismo los historiadores señalan que la historia la construyen y la escriben los ganadores de la historia. Tal vez necesitamos otras perspectivas, otro punto de vista”, desestimando la larga trayectoria del país en investigación histórica, sobre todo de esta época.
Excluyendo el trabajo revisionista de Jaramillo, luego de 11 años del anuncio de su hallazgo, no tenemos un solo dato relevante ni nuevo conocimiento asociado con el galeón San José, ni la Carrera de Indias. Es lo que este gobierno denomina con orgullo como ciencia del Sur global. Conviene precisar que la ciencia de verdad es global y, si es seria, requiere la participación de científicos competentes, de cualquier parte del mundo. Vale la pena recordarles también a los funcionarios del gobierno, a falta de conocimientos en geografía, que todo el territorio colombiano está en el hemisferio norte.
* Arqueólogo y profesor universitario.