El presidente de la República, Carlos Holguín Mallarino, donó a la reina de España, María Cristina Hasburgo, las piezas de oro.
Corte cita a audiencia para buscar repatriación desde España del tesoro Quimbaya.
La Corte Constitucional citó para el próximo 28 de enero a una audiencia pública a las autoridades colombianas, españolas y de la Unesco, con el fin de buscar la repatriación del tesoro Quimbaya, donado a España en 1892.
El alto tribunal busca la devolución de 122 piezas invaluables de oro que fueron donadas a España hace 123 años, cuando en 1893, el Presidente de la República, Carlos Holguín Mallarino, donó a la reina de España, María Cristina Hasburgo, las piezas de oro pertenecientes al tesoro Quimbaya.
En la Corte Constitucional el caso es adelantado por el magistrado Alberto Rojas Ríos y para la diligencia están invitados 30 representantes de las autoridades colombianas, españolas y de la Unesco, quienes acudirán al llamado del alto tribunal para debatir este litigio.
En la diligencia se espera contar con la presencia de los directores del Museo Nacional, el Museo del Oro, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia; igualmente, se espera la asistencia de la representante del Museo de América de Madrid, en donde actualmente se encuentra en exhibición esta obra.
¿Cómo es el Tesoro de los Quimbayas?
El Tesoro de los Quimbayas es un tesoro arqueológico de oro de 123 piezas de los quimbayas de Colombia, del siglo II d.C.. Está compuesto por estatuillas de oro y algunas piezas de cerámica.
Fue desenterrado por un grupo de ladrones de tumbas cerca de la localidad de Filandia, en la región de Quindío, en el año 1890. Fue donado por el Gobierno de Colombia a la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena por la ayuda prestada en un conflicto fronterizo entre Colombia y Venezuela. Las piezas llegaron a España en 1892 y fueron expuestas en Sevilla con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América. Posteriormente, fueron guardadas en el Banco de España. Hoy se expone en el Museo de América de Madrid.
La validez, oportunidad, sensatez y consecuencias para el patrimonio cultural de Colombia de la transferencia de 123 piezas del Tesoro de los Quimbayas o Colección Quimbaya a España en 1893 “obsequiadas” por el Gobierno colombiano de Carlos Holguín Mallarino después de haber sido enviadas a Madrid con el objeto de ser exhibidas durante las celebraciones del IV Centenario del Descubrimiento de América, ha sido cuestionada en Colombia por personajes ilustres como el poeta Rafael Pombo, el escritor Germán Arciniégas, académicos como el profesor Pablo Gamboa Hinestrosa, ex decano de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, las Academias de Historia de Colombia, en particular la Academia de Historia del Quindío, actual departamento o provincia de Colombia donde tuvo asentamiento la etnia de los quimbayas, donde está el origen artístico y cultural de la colección y donde fueron halladas las piezas arqueológicas a finales del siglo XIX, consideradas por expertos como de la más alta calidad artística de la orfebrería precolombina. Esa transferencia de bienes culturales ha sido cuestionada también por reconocidos antropólogos, arqueólogos, escritores, historiadores, artistas, periodistas y gentes de la cultura y las artes.
En 2007, una acción legal fue promovida e instaurada por un colectivo de abogados, historiadores, antropólogos y gentes de la cultura, solicitando de la justicia colombiana la anulación de la transferencia de la colección quimbaya a España, sustentando violaciones graves a disposiciones de la Constitución Política colombiana de entonces, que se mantienen vigentes en la actual Constitución Política, en las cuales incurrió el solícito gobierno “donante” de Colombia, a saber, no haber obtenido autorización del Congreso para obsequiar bienes nacionales, como lo eran las piezas integrantes de la colección, adquiridas con dineros del presupuesto del Estado colombiano y que, en el evento de que se hubiese producido tal autorización por parte del Congreso de entonces – algo que, se repite, nunca existió –, el entonces presidente de Colombia, Carlos Holguín Mallarino, debió promover la celebración de un tratado o convenio internacional, a ser tramitado ante el mismo Congreso de Colombia, para ser suscrito entre Colombia y el Reino de España, potencia extranjera que recibiría el fabuloso e inusual “obsequio”, tratado que tampoco existió, lo cual confirma que la actuación del presidente colombiano Carlos Holguín Mallarino además de inconsulta, fue personal y unilateral.
Una decisión declarando la ilegalidad (inconstitucionalidad) de la transferencia de la Colección Quimbaya a España fue proferida por un juez administrativo del sistema judicial colombiano. La decisión final de ese proceso judicial está en manos de la Corte Constitucional de Colombia, que podría dar impulso o simplemente dejar abiertos los espacios para la solicitud y trámite internacional de la restitución de las 123 piezas arqueológicas de la Colección Quimbaya a Colombia.
La Colección Quimbaya ha pasado así a engrosar la lista de casos relevantes de restitución de bienes culturales de Estado a Estado, entre los cuales se encuentran la restitución de los frisos del Partenón, también conocidos como “los Mármoles de Elgin”, de Reino Unido a Grecia y del Busto de Nefertiti de Alemania a Egipto. Otras formas de restitución de bienes culturales tienen lugar de Estado a particulares, como el caso de la pintura de Adele Bloch-Bauer, “La Dama de Oro”, obra de Gustave Klimt, restituida por las autoridades culturales del gobierno de Viena a una familia judía estadounidense, más de medio siglo después de haber sido expoliada por oficiales nazis durante la anexión de Austria. Miles de obras de arte, expoliadas de museos y de colecciones particulares por órdenes de Adolf Hitler antes y durante la Segunda Guerra Mundial, son hoy objeto de búsqueda y de procesos de restitución cultural por todo el mundo, principalmente en países de Europa.